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Climent Club: los humildes orígenes en Argentina que forjaron la leyenda de Topuria

Agustín y Jorge Climent reciben a AS en el Climent Club, el gimnasio dónde han forjado a Ilia Topuria. Hablan de sus humildes orígenes en Argentina y cómo llegaron a ser pioneros en un deporte entonces desconocido en España.

J.M. BUERA

Agustín y Jorge Climent siempre han estado ligados a los deportes de contacto y, actualmente, son dos de los grandes referentes en España. Son la esquina de Ilia Topuria, campeón del peso pluma de la UFC, que ha tenido un ascenso meteórico en la compañía y es uno de los deportistas del momento. Los orígenes de estos hermanos argentinos son humildes, pero han conseguido llegar a lo más alto. “Somos tres hermanos varones y yo soy el más chiquito, y de por sí también soy el más pequeño de tamaño. Las artes marciales se crearon, yo creo, para que las personas más pequeñas y débiles se puedan defender de los grandes. Me tocó buscar un camino para poder defenderme de gente que era más grande que yo”, cuenta Agustín, ‘Maestro de Maestros’, a AS.

“Santiago, mi hermano mayor, me hacía un poco de bullying, y yo soñaba con reventarlo a él y a sus amigos. Empecé a hacer boxeo, nos peleábamos en el colegio, en el parque que estaba cerca... Siempre la pelea estuvo un poco rodeándonos. Cuando nos hicimos más mayores, pasaba lo de pelearse en la noche y esas cosas”, continúa Agustín. Empezó a practicar boxeo y, poco después, capoeira. Su entrenador le enseñó las MMA, que estaban en sus inicios. “El jiujitsu, en ese momento, que era en los primeros eventos de la UFC, mataba a todo. Demostró que, si no tenías la base de jiujitsu para meterte dentro de la jaula, estabas frito”, explica. Con sus conocimientos en las otras dos disciplinas, se unió a un grupo “que estaban empezando a enseñar”. “Fui de los primeros en ver cómo se creó en Argentina las MMA y el jiu jitsu, que eso, a día de hoy, nos sirvió para empezar a hacerlo aquí”, revela. A Jorge le echaron del colegio militar por una pelea y descubrió el deporte gracias a Agustín. “Se enteró de que su hermano más chiquito les pegaba a todos. No podía entender cómo estaba ganando a todos, entonces probó y también me lo cargué. Le dio mucha rabia y se puso a entrenar como un loco”, asegura, riendo, Agustín. Desde ese momento, se unieron y empezaron a entrenar juntos. “Los dos trabajábamos, aparte de dar clases dentro de nuestro departamento, que vivíamos en una planta baja, y era un tatami, que lo juntábamos y después era el sillón mismo”, explicó Jorge.

Agustín y Jorge Climent durante la grabación de su entrevista con ASFITO GONZALEZ

El ‘corralito’ hizo que los hermanos Climent abandonasen Argentina. Una crisis financiera que sucedió en 2001, debida a la restricción de sacar dinero de las cuentas para que los bancos no se quedasen sin fondos, lo que supuso un enorme caos en el país. La empresa de imprenta de su padre tuvo que cerrar y decidieron mudarse a España. “Nuestra familia viene de aquí, de Alicante. Nuestro abuelo, por parte de mi padre, era de Relieu, que es un pueblo de aquí arriba, y por parte de su madre era de Aigües. Eran vecinos de pueblo y se conocieron cuando emigraron a Argentina, en la época de Franco. Fueron incluso hermanos de pecho, porque no tenía leche una de las madres, y bajaban de un pueblo a otro”, comenta Jorge. La familia, excepto Santiago que decidió quedarse porque su novia se quedó embarazada, emigró a España. “Vinimos sin prácticamente nada, con lo que traíamos puesto y una mochila. Tuvimos que abandonar todas nuestras pertenencias, nuestros amigos... Fue todo un cambio muy fuerte, incluso yo todavía no tenía los papeles”, prosigue Jorge. En España, por aquel entonces, no había casi conocimiento de estos deportes de contacto, por lo que los Climent no dudaron en hacerse pioneros. “Empezamos a promoverlo. Creamos los primeros campeonatos, tanto de MMA, cuando todavía no existía la Federación, como de grappling, jiujitsu... E hicimos que, poco a poco, la gente empezase a tenerle más pasión para empezar a crear luchadores”, explica Agustín.

”A los 29 años, tuve un accidente muy fuerte de moto, me tuvieron que operar como 16 veces. Se me rompió el fémur, la pierna me cayó por aquí, la tibia, la nariz, los dientes... A la vez, no podía respirar. Me intervinieron un montón de veces en muy poco tiempo y, gracias a esa desgracia, me dieron una indemnización, y con ese dinero alquilamos el lugar y lo montamos”, revela Jorge. Así nació el Climent Club, un gimnasio pionero de artes marciales mixtas en España, cuando este deporte no tenía la visibilidad ni el reconocimiento que tiene a día de hoy. “Lo montamos con nuestras manos. Las paredes, el suelo, todo. Lo fuimos creando y construyendo poco a poco. Esto era una nave que estaba totalmente destrozada. Tenía un agujero en la pared por el que se veía al otro lado. Estaba todo lleno de basura, y lo hicimos y lo construimos a nuestro gusto”, continúa. Agustín lo resume a la perfección: “Hicimos oro de la nada”.

Durante el tiempo que habían estado dando clases en diferentes sitios, los hermanos Climent formaron, además, un grupo de peleadores, a los que se sumaron Ilia y Aleksandre Topuria al poco tiempo de llegar a España. “Vinieron aquí y hablaban como nueve idiomas, más o menos: alemán, georgiano, un poquito de inglés, algo entendían de francés... En 15 días hablaban todo en español”, recuerda Agustín. Después de años de dedicación y trabajo, se han convertido en el gimnasio referente de MMA en España, además de la cara de este deporte en nuestro país. Han ayudado a llegar a lo más alto a Ilia Topuria, y harán lo mismo con su hermano Aleksandre, que ya está también dentro de la compañía. Muchos de sus peleadores también son grandes promesas, como Pepe Torres, Salah Eddine Hamli o Stella Ábalos, que también apuntan a lo más grande del deporte, de la mano de los grandes maestros argentinos. Pioneros y referencias.