Tiger Woods se rinde a Augusta

Al cuarto día, Tiger Woods dijo basta. El californiano se retiró este domingo antes de que comenzara la acción en una última jornada doble en el Masters de Augusta, pues la suspensión por mal tiempo el sábado obligó a dejar gran parte de la tercera vuelta para el último día. Cuando sonó la bocina, con siete hoyos completados, Woods marchaba último, en +6 para +9.

Castigado por un clima frío y húmedo que su maltrecho cuerpo, especialmente esas rodillas destrozadas, sufre más que el resto, el cinco veces chaqueta verde decidió dejar de arrastrarse por el campo de Georgia (EE UU). El sábado por la mañana había conseguido pasar por los pelos el corte. La 23ª vez que lo consigue de forma consecutiva, empatando el récord del torneo que compartían hasta este año Fred Couples y Gary Player.

Ha sido la única nota positiva de una semana que ha vuelto a evidenciar las limitaciones de este Tiger, que tiene casi tantas cicatrices como años ya, 47, para el golf profesional, un deporte cada vez más hormonado. Si sus tarjetas, 73 y 74 golpes en las dos jornadas completas que ha disputado, no han sido peores ha sido por una cuestión de sabiduría, porque conoce Augusta de memoria, y porque su putter todavía responde cuando toca.

En principio la próxima aparición del Tigre habría que esperarla para dentro de algo más de un mes, el 18 de mayo, cuando arrancará el PGA Championship, el segundo major del calendario, que en el caso de Tiger a estas alturas ya se reduce a los grandes y poco más. Lo triste es que sus dos últimas salidas en los principales torneos, la del British Open del año pasado y esta, han dejado claro que no tiene el nivel competitivo para continuar en la persecución de los 18 majors de Nicklaus, que el Masters de 2019 seguramente acabe quedando como el último fogonazo de su legendaria carrera. Su retirada es la cuarta de esta edición tras las de Louis Oosthuizen, que abandonó el sábado, y Kevin Na y Will Zalatoris, ambos el jueves.