GOLF | LIV VALDERRAMA

Sergio García y Chacarra cogen sitio arriba en Valderrama

Buen arranque de ambos españoles. Rahm y David Puig, la otra cara de la moneda, se descuelgan. Lidera Burmester.

Jon NazcaREUTERS

Sergio García y Valderrama, Valderrama y Sergio García. Un binomio que invalida aquello de se les rompió el amor de tanto usarlo. En un campo que saca lo mejor de él, en el que ha ganado tres veces como miembro del PGA y DP World Tour, el castellonense tiró este viernes de sol y viento racheado un 69 (-2 respecto al par) que le pone en disposición de conseguir este fin de semana su cuarta victoria. Solo tres jugadores le mejoraron en el trazado de Sotogrande (Cádiz): el sudafricano Burmester, líder en -5; el neozelandés Danny Lee, segundo en -4, y su paisano y compañero en los Fireballs, Eugenio Chacarra, que se reconcilió con la perla alumbrada por Jaime Ortiz-Patiño, que el año pasado le llevó por la calle de la amargura, disparando un 68 (-3).

Valderrama no ofrece muchas oportunidades, y tan cierto es que la ausencia de corte en este circuito da cierta tranquilidad de salida a sus integrantes como que la extensión del formato, a tres vueltas en vez de cuatro, castiga mucho los malos arranques. Por eso Jon Rahm y David Puig, los otros dos militantes españoles en la superliga saudí, enterraron en esta primera vuelta gran parte de sus opciones con tarjetas de +2 y +10 respectivamente.

Rahmbo no consiguió contagiarse de la buena onda de García, con el que compartió partido junto al inglés Richard Bland. Empezó con bogey, se puso bajo par con birdies al 4 y el 5, aprovechó el 11, uno de los más asequibles del recorrido, y después entró en barrena. Bogey al 12, al 13 y un doble bogey devastador tras irse al agua en el 17, el hoyo insignia, un par 5 de riesgo/recompensa rediseñado en 1993 por Seve Ballesteros, que en la Ryder de 1997 deslumbró al mundo con momentazos como esa sacada de bunker antológica de Nacho Garrido jugando junto a Olazábal contra Mickelson y Lehman. “Lo único que me puedo achacar es ese golpe (el que llevó su bola al estanque que defiende el green) y el primero del hoyo trece, que se me ha ido. A veces terminas peor de lo que realmente sientes que has jugado. Espero seguir jugando igual de bien para darme oportunidades”, apuntó el vizcaíno.

También se enredó ahí, aunque salvó el seis, Sergio, que había firmado dos birdies y un bogey por los nueve primeros y llegaba lanzado tras restar consecutivamente en el 13 y el 14, en este último con un putt precioso de izquierda a derecha, uno de conocerse Valderrama al dedillo. De esa sabiduría se ha debido de empapar bien estos días Chacarra, que fabricó seis birdies repartidos a partes iguales, tres y tres, entre las dos mitades del diseño, mermados por tres bogeys. “Es mi campo favorito en el mundo y eso obviamente ayuda. Siempre tienes dudas en este campo, pero al final consigo moverme bien”, afirmó García tras entregar la tarjeta.

No igualó la producción de Burmester, uno de los jugadores de la temporada en el LIV (ganó en Miami y fue tercero en Mayakoba), al que le salió un día casi redondo con seis birdies y un solo bogey, pero siguen siendo el hombre a batir y tiene a sus Fireballs segundos por equipos con -2 en el acumulado. Sergio y Valderrama, Valderrama y Sergio. Como la nata y las fresas.

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