Golf | British Open

Sergio García revienta en el Open y rompe su driver

El castellonense, fruto de la frustración, rompe la varilla del palo tras un fallo en el hoyo 2 de la última vuelta.

GLYN KIRK
Nació en Madrid en 1995. Doble grado en Periodismo y Audiovisuales por la Rey Juan Carlos. Un privilegiado, hace lo que siempre quiso hacer. Entró en AS en 2017 y se quedó. Salvo un paréntesis en Actualidad, siempre en Más Deporte. Allí ha escrito sobre todo de rugby, golf y tenis. Ha cubierto el British Open, la Copa Davis o el Mutua Madrid Open.
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Y al cuarto día de British Open, Sergio García estalló. Fruto de la frustración, porque no han salido las cosas conforme avanzaban los días en una 153ª edición del torneo que arrancó muy bien para él, en -1 y cerca de la cabeza tras una primera vuelta en condiciones duras, el castellonense se desahogó este domingo de toda la rabia acumulada.

Fue en el tee del hoyo 2 de Royal Portrush (Irlanda del Norte) cuando, tras pegar la salida, que acabaría muy a la izquierda de la calle, Sergio reventó, golpeando el driver contra el suelo en un gesto que partió por la mitad la varilla. Una erupción que tampoco es anomalía, de hecho se ve a menudo en este deporte a veces tan maquiavélico (con la presión añadida que tiene él por estar intentando conseguir una plaza para la Ryder), pero que le obligó a jugar el resto de la última jornada sin un palo que, por suerte, en un links es muchas veces prescindible.

Lo demostró su tarjeta final. Llegó al 11 al par tras firmar dos birdies y dos bogeys y a partir de ahí se desató, restando más golpes en el 12, el 13 y el 17. Un 68 para terminar con -3 para -3 y en el top-35 provisional, en la que ha sido su 28ª participación en este grande y una de sus últimas oportunidades para sumar puntos de cara a clasificarse para la Ryder. Ahora tendrá que fiar todo a lo que juegue en el circuito europeo antes de la bienal y a que Donald confíe en su experiencia, la del mejor jugador de la historia de Europa en ese torneo, para formar parte del equipo. Tres vueltas bajo par en el Open no son mal argumento para sumar a su propuesta.

“Si hubiera querido romper el driver, le habría pegado diferente”

“Es lo que hay y hay que lidiar con ello. La verdad es que el campo estaba para hacerle 60 hoy (por este domingo). Es difícil encontrar mejor clima que el que nos ha hecho hoy en un Open británico. Pero bueno, contento por hacer 3 vueltas bajo par, por por lo menos acabar bien. La verdad es que sobre todo en los últimos seis, siete hoyos he pegado golpes bastante buenos. Eso es bueno. He pegado algún golpe bastante malo anteriormente. Hay que seguir trabajando, pero son tres vueltas bajo par", hizo balance el castellonense.

“Yo creo que ni es la última ni es la primera. El equipo no se escoge la semana que viene. Todavía quedan semanas, semanas buenas, semanas importantes, en las que tengo que seguir demostrando que voy mejorando. Yo creo que no le tengo que convencer yo. El que tiene que estar convencido es él. Él sabe lo que yo puedo aportar y lo que yo le diga no debería cambiar su manera de pensar. Si él cree que merezco estar ahí y que puedo aportar al equipo, pues estaré. Y si cree que no, pues no estaré“, valoró su situación respecto a la Ryder.

Si lo hubiera pegado con ganas de romperlo, lo hubiera roto sin ninguna duda y lo hubiera pegado diferente. Le pegaba así como un poquito de lado, con el cabreo de no pegar una buena salida. Pero la verdad es que me ha sorprendido mucho, y sobre todo por donde se ha roto. Normalmente se suele romper por lo que es el cuello, si le pegas así contra el suelo o algo, y se ha roto por el medio de la varilla.La verdad es que me ha sorprendido, pero bueno, a partir de ahí, pues a pegar la madera 3. Sí que había varios hoyos en los que me hubiera gustado tener el driver, sobre todo el 17, porque la podía llegar prácticamente a green de una con el driver. Luego había un par más que a lo mejor me podían venir bien.Pero bueno, al final yo creo que mayoritariamente he pegado buenas maderas 3 quitando un par”, justificó el episodio del hoyo 2.

“Es eso lo más frustrante, que tú te quedes con esa mala sensación de que a lo mejor la ejecución o la técnica ha sido buena pero el resultado no ha sido perfecto.No, no, no, es diferente. Es más que el resultado a lo mejor no es tan malo como parece, pero la sensación es mala. La sensación del swing es mala y entonces eso es lo que más frustra”, explicó el po qué de reacciones como esa.

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