GOLF | PHOENIX OPEN

Rahm se gusta en ‘casa’

El vizcaíno coge sitio en la parte alta de la tabla con un -5 para -8 en la segunda vuelta, en un día en el que le tocó jugar 23 hoyos.

Sarah StierGetty

Otro torneo, otra oportunidad. Un día más en la oficina para la versión 2023 de Jon Rahm. Una bestia competitiva que anda desbocada. En el TPC Scottsdale, apenas a un paseo en coche de su morada de Phoenix (EE UU) y de Arizona State, donde empezó a forjarse un nombre en el golf y donde conoció a la madre de sus hijos, Rahmbo avanza hacia la que podría ser su tercera victoria del año. Ganó en Kapalua, ganó en La Quinta y fue séptimo en Torrey Pines en sus tres salidas hasta la fecha. Y en la cuarta el ritmo vuelve a ser de campeón. Este viernes le tocó jugar 23 hoyos, los 18 de la segunda ronda y cinco que se le habían quedado pendientes el jueves por falta de luz. Los completó en -5 para -8.

Había cerrado con eagle el día anterior, pero el parón le sentó mal. Comenzó con un bogey al 14 que arregló en el 17 y con un -3 para abrir boca tocó volver a plantarse inmediatamente en el tee del 10. De nuevo no fue el comienzo ideal: bogey al 11 tras mandar la bola al lago que protege el hoyo por la izquierda. La reacción llegaría con un birdie en el par 5 del 13. A partir de ahí, desencadenado. Eagle monstruoso al 15 desde el bunker, birdie al 16, el divertidísimo hoyo-estadio, al 2, al 3...

Se frenaría en un tramo final en el que coqueteó con el bogey. Especialmente en el noveno, su último segmento del día. Su segundo impacto aterrizó en arena y, antes de ejecutar el tercero, tuvo que quitarse de la bola por un comentario a destiempo de un aficionado (esto es Phoenix) al que fulminó con la mirada. Recuperada la concentración, se dejó el putt para par dado con una recuperación majestuosa. Al cierre de esta edición era segundo solo superado por Scottie Scheffler, el vigente campeón (-7 para -10), y a falta de lo que ocurriera en el segundo turno, en el que entre otros jugaba Rory McIlroy, al que esta semana aspira otra vez a desbancar del número uno del ranking mundial.

“He tenido un par de golpes de suerte. En general ha sido una gran ronda. Cuando coges greenes aquí es muy divertido y creo que he hecho un buen trabajo”, analizó Jon al término de la que es su 18ª vuelta consecutiva bajo par en Scottsdale, algo de lo que nadie más puede presumir ahora mismo. Otra muestra del pletórico momento que atraviesa. Jamás ha acabado fuera del top-10 en este torneo, que como tantos otros considera una de las paradas especiales en el calendario del circuito, una cita “muy diferente de lo que normalmente ves”, que no tiene “nada que envidiar” a ninguna otra. Y que en 48 horas podría figurar en su cada vez más extenso palmarés.

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