GOLF | BRITISH OPEN

Rahm: “Preferiría tener tres victorias en el Open como Seve y no un 63″

El vizcaíno atiende a un nutrido grupo de periodistas en Hoylake tras una tercera vuelta marciana: “Es uno de esos días en los que me siento invencible”.

Hoylake
Peter PowellEFE

Cuando uno acostumbra a lo que para otros parece (y muchas veces es) imposible, tiende a normalizarlo. Quizá por eso Jon Rahm apareció este sábado en la zona mixta del Royal Liverpool Golf Club con gesto distendido, pero serio, como el que no quiere la cosa. Frente a él se arremolinaba un nutridísimo grupo de reporteros. No solo españoles. Incluso Jaime Díaz, una de las figuras más importantes del periodismo de golf estadounidense, que ha trabajado para reputados medios como Golf Digest, Sports Illustrated o Golf Channel, estaba allí, aguardando las impresiones de Rahmbo sobre una vuelta histórica.

“Los 17 primeros hoyos de la primera vuelta del Masters fueron iguales, casi mejores. Pero como 18 hoyos, sí. Es equivalente a ese día. Las sensaciones son un poco diferentes al Masters, porque ahí estaba en el torneo desde el primer día y esto también ha sido un poco por las condiciones del tiempo”, arrancó.

“Sí, voy a decir que sí. Ha sido un día de esos en los que me siento invencible. He estado muy cómodo, la verdad, sobre todo desde el tee. Cuando estoy tan cómodo desde el tee es muy fácil mantenerme agresivo y darme oportunidades. Es la mejor ronda que he jugado en un British Open. De hecho es la mejor ronda que he jugado en un links nunca”, analizó.

Aun así, reconoció que cambiaría su 63, algo que no hizo nunca Seve, “por las tres Jarras de Clarete” que consiguió el genio de Pedreña. También que queda “mucho trabajo por hacer” el domingo para llevarse el tercer grande a casa. ¿Un golpe con el que quedarse de un día para el recuerdo? “Va a ser complicado. Es difícil decir uno. El putt del ocho. Yo creo que hacer approach y putt es difícil. No había leído bien el viento y hacer ese putt, luego meter el del nueve... Es difícil decir uno. Me quedo con los 20 minutos entre el par del 8 y el birdie del 10. Es donde ha cambiado todo”.

Tocó también el tema de la frustración, que exteriorizó especialmente el primer día en la calle del 18, cuando se enfadó por la marabunta de operarios de televisión que seguía un partido en el que también jugaba la esperanza británica, Rory McIlroy (reconoció que ir esta vez con el coreano Sungjae Im, en un partido menos estimulante para los locales, ayudó), y en el green del 10 el sábado tras fallar un putt corto. “Honestamente, parezco frustrado a menudo. Estaba jugando buen golf pero cometiendo errores. Me dejé golpes que en un grande son muy costosos. Creo que soy mucho más paciente de lo que la gente piensa. Simplemente muestro mi frustración más a menudo que otros, pero soy extremadamente positivo en el campo”, apuntó antes de desgranar la estrategia para afrontar otro domingo en la pelea por un major: “Queda mucho golf por jugar. Simplemente voy a disfrutar la tarde con mi familia. Eso es todo. Siento que he hecho muy buen trabajo en las semanas anteriores y en esta, dándome una oportunidad. Voy a comer, a ver a mi fisio y a disfrutar de un poco de tiempo en familia antes de irme a la cama. Tan simple como eso”.

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