Rahm pasa reválida en el Open de España

Dice Jon Rahm en su entrevista con Movistar Golf previa al Open de España que le pone un notable a su temporada. El vasco llega al Club de Campo, donde este jueves (09:30) sale por séptima vez en su carrera en el torneo, como campeón individual y por equipos del LIV, y como uno de los hombres clave en el triunfo europeo en la Ryder de Bethpage, pero también sin victorias particulares. Todas las que ha conseguido en este año de claroscuros han tenido coprotagonistas. Ninguna ha sido exclusivamente atribuible a él, y eso es algo que en un jugador de su categoría, que entre su primera temporada como profesional (la 16/17) y 2024 siempre añadió algún trofeo a la colección, le pone un asterisco a esa calificación.

La reválida puede pasarla esta semana, en la que aspira a conquistar por cuarta vez el abierto nacional y desempatar en el palmarés con Seve, de cuyo último triunfo en la cita se cumplen 30 años. “Si no fuese por figuras como él, yo no estaría aquí”, ensalzaba una vez más su figura Rahm el martes en la presentación del torneo, a la que acudió en compañía de Ángel Hidalgo, el hombre que le privó del cuarto entorchado el año pasado en un playoff y con el que compartirá partido hoy.

Ninguno ha jugado un golf brillante desde aquello. Rahm ha acumulado top-10 en la superliga saudí casi por imperativo legal pero no ha llegado a rematar, e Hidalgo, salvo en Irlanda hace un mes (su único top-10 del curso), en ningún momento se ha acercado al nivel de excelencia desplegado en la semana de su vida. Un resultado decente le pondría de cara jugar los playoffs del circuito europeo.

Ellos son 2 de los 21 nombres españoles presentes en el cartel, al que vuelve tras seis años de ausencia Sergio García, campeón precoz hace ya 23 años, cuando se impuso en 2002 en aquella edición disputada en El Cortijo de Gran Canaria. Con él han venido a la capital sus pupilos en los Fireballs del LIV: Josele Ballester, en su primera edición como profesional, y David Puig, el tercero en discordia del partido estelar del domingo en 2024. También están Luis Masaveu, quien formó parte de ese roster, y Eugenio Chacarra, que salió de allí entre quejas. Con Alex del Rey y Ángel Ayora, el español que mejor ubicado llega en la Race to Dubai (27º), casi toda la prometedora juventud del golf español juega este Open.

Pero la novedad está en lo que viene de fuera, cada vez más y mejor porque el modelo del torneo, a imagen y semejanza del de su hermano tenístico, que se ha ganado la fama de ser uno de los que mejor cuida a los jugadores y los VIPs, se va abriendo camino en los círculos golfísticos. Ya lo decía Rahm el martes. “Es muy fácil de vender”. Y ciertamente lo es. Un gran campo, a media hora de un gran aeropuerto, en una gran ciudad con una gran oferta gastronómica y cultural para las horas muertas entre vuelta y vuelta.

En ese cebo han mordido este año Shane Lowry o Patrick Reed, que repiten de la pasada edición, o Joaquín Niemann, que se presenta por primera vez atraído también por el botín que hay en juego, pues el campeón a partir de ahora recibirá una plaza en Augusta y el British Open de la temporada siguiente (solo esta última, no la del Masters, irá al segundo en caso de estar ya clasificado el ganador). Un hueso sabroso para la tropa errante del LIV, que busca puntos de ranking mundial y billetes a los grandes allá donde los ofrezcan hasta que concluya su asimilación por parte del establishment.

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