GOLF | DP WORLD TOUR CHAMPIONSHIP

Rahm brilla en la ‘happy hour’ de Jumeirah

El vasco se encarama a la parte alta de la tabla con -6 para -6 en un día de tarjetas muy bajas en la final de Dubái.

ALI HAIDEREFE

El Jumeirah Golf Estates, sede dubaití de la final del circuito europeo, el DP World Tour, declaró este viernes la ‘happy hour’ de birdies en su Earth Course y Jon Rahm se apuntó a la fiesta, autor de una de las 39 tarjetas bajo par (-6 para -6), de 50 participantes, que se entregaron en este diseño del ahora vilpendiado, por CEO del LIV, Greg Norman.

Fue como si el vizcaíno tuviera prisa por enmendar su feo final del jueves, cuando dos bogeys en los dos últimos hoyos, el del par 5 del 18 con una bola al agua, le dejaron más o menos en la media del campo una tarjeta que, en un día más complicado que este segundo, hasta entonces era oro. Salió esta vez por el 10, acompañado del escocés Syme, y se puso rápidamente en velocidad de crucero con birdies al 10 y al 12.

Aprovechó el 14, primer par 5 de la jornada, y acompañó con otro birdie al 15. El 17 se le volvió a atragantar. Como el jueves, encontró el bunker de la derecha de salida y, con poco espacio para trabajar, no fue capaz de rescatar un tres. Tampoco fue un gran frenazo, porque tras fallar la calle del 18 se sacó un golpazo que cogió el green, y se fue a los nueve segundos hoyos eagle en mano. “Tenía un lie decente y solo tenía que abrirla un poco, para mí no fue un golpe demasiado difícil”, explicó después ese lance.

Mantuvo ese impulso, restando en el 2 y el 3 y después hilando cinco pares sólidos antes de un bogey final al que quitó hierro: “Es una buena vuelta”. Suficiente para seguir el ritmo de Fleetwood y Hovland, otros ilustres de esta final que también aumentaron sus revoluciones, -6 para -9, cerca de un genial Nicolai Hojgaard, en cabeza -6 para -11. Con ellos y con muchos peligrosos efectivos más (Hatton y MacIntyre están en -7 y Lowry en -5) se jugará Rahmbo el triunfo en el último gran fin de semana golfístico de este 2023. El único disponible, claro, el del torneo, pues la Race ya es virtualmente una nueva adición al palmarés de Rory McIlroy (par para -1 en un viernes gris), campeón del circuito por quinta vez, segunda consecutiva.

En juego también sigue la tarjeta PGA de Jorge Campillo, quien habría firmado un cañón de vuelta de no ser por su quintuple bogey, varias penalizaciones mediante, al 18, que sepultó el birdie del 12 y no pudo maquillar del todo pese a anotarse tres birdies del 1 al 9. El extremeño llegó a Dubái octavo entre los que optan a una de las diez tarjetas para el circuito estadounidense que recibirán los primeros de la Race que no la tengan ya de antes. Puesto en peligro con su +1 para +1, que le deja 42º. Las proyecciones le mantienen aún en rango, pero necesita un buen final para garantizarse ser el único español en el PGA el año que viene junto a Rahmbo, algo que ya no pueden conseguir ni Adrián Otaegui (par para -1), ni Pablo Larrazábal (+4 para +4) ni Nacho Elvira (+1 para +6).

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