Yulen Pereira vuelve tras dos ligamentos rotos: “Prometo los Juegos y medallas”
El esgrimista regresa en Doha (del 29 al 31 de enero) con AS. Es 20º del mundo y, después de ‘Supervivientes’, volvió con dos podios.
El ritmo de vida de Yulen Pereira es frenético. Tras salir de Supervivientes, su popularidad se multiplicó. Alfombras rojas, pasarelas, etc. No para. “Es estar en el bombo, como se dice en Cuba (el país de su madre)”, resume en el CAR de Madrid. Se lesionó a finales de mayo. Después, sin saber que se trataba de una doble rotura de ligamentos, siguió compitiendo. Se operó el 29 de septiembre. Las cicatrices se camuflan bajo el tigre que tiene tatuado en la parte interna de su brazo derecho. “El doctor Miguel del Cerro hizo una obra de arte”, dice a AS antes de su regreso, en el Grand Prix de Doha (del 29 al 31 de enero). Tras su paso por la isla, se colgó dos medallas internacionales y se instaló en el top-20 del ranking. El equipo nacional, además, oposita a una de las plazas para los Juegos de París. No tiene dudas de que estará en ellos. Y de que llegará “esa medalla que ponga la esgrima donde merece”.
¿Cómo se ha recuperado de la lesión?
Hemos dado pasos de gigante. Hace menos de cuatro meses que me operé y estoy supercontento. Los fisios me han tratado de diez y el doctor dice que todo está fenomenal. Hemos acortado plazos (la previsión inicial era volver a finales de febrero, en la Copa del Mundo de Heidenheim, en Alemania). Con ganas de competir.
El origen de todo está en Turquía... y se complicó.
Sí. Salí tocado de Turquía. Pensábamos que era una fractura trabecular, pero, al final, la cosa no era lo que parecía. Era una rotura de dos ligamentos, el escafolunar y el triangular. Me operé con el doctor Miguel del Cerro, en el Hospital Beata María, y todo salió a pedir de boca. Fue una obra de arte (se señala las cicatrices) y todo ha sido en nada.
Llegó a competir lesionado.
Después de Turquía, compito en el Campeonato de España por equipos, en los Juegos Europeos y en los Mundiales. Me paso los dos últimos meses de la temporada con los dos ligamentos rotos sin saberlo y compitiendo. Compito vendado, bajo ibuprofenos, nolotiles, etc., pero con muchísimo dolor.
¡Y hasta ganó!
Sí (risas). A alguno que otro aún le gané, pero nada que ver con el nivel que demostré de febrero a abril. Estaba a un nivel de finales, de medallas, etc. Coño, fueron dos medallas (Copa del Mundo de Heidenheim y Grand Prix de Cali). Y me rompí.
Imagino que fue un golpe muy duro.
Durísimo. Venía muy motivado, con muchas ganas. Quería hacer unos buenos Mundiales, quería poner al equipo muy arriba y, obviamente, rendir en la parte individual. Fue un jarro de agua fría. La noticia me la dan en agosto y no me lo podía creer. Claro, llevaba varios meses compitiendo y pensando que era una fractura trabecular. Entonces, de golpe, me dicen que no, que están los ligamentos rotos, que hay que operar y que son seis meses. A llorar. Lo mejor que pude hacer, yo creo, fue asimilarlo lo antes posible, trabajar con mi equipo y ser lo más positivo posible. Todo eso es lo que creo que ha acortado los plazos.
En ese proceso hay mucho de Javier Ayuso, su psicólogo.
Me ha ayudado un montón. Tenemos los objetivos muy claros y ha sido clave en esta recuperación. La parte mental es básica. En este tipo de lesiones y en un año como este, puedes entrar en un bucle de depresión del que no sales. Gracias a él y, obviamente, a familiares, amigos y equipo, estamos como estamos.
“En un año como este”, dice. Con los Juegos tan cerca, nada es lo mismo.
No, no. Está claro que no es lo mismo, pero los objetivos son los mismos. No podemos cambiar los objetivos ni rebajar la intensidad. No ir a dos competiciones como Suiza y Canadá te trastoca los planes, pero el objetivo es ir a París. Quedan muchas oportunidades y queda mucho Yulen. Tenemos menos oportunidades que los demás, está claro, porque nos hemos perdido competiciones, pero sigo entre los veinte mejores del mundo individualmente (20º) y rozando los diez mejores por equipos (11º). Hay muchas oportunidades y puedo decir, con la boca bastante grande, que somos de los favoritos, tanto España como equipo como yo individualmente. Estamos ahí, estamos entre los mejores. No es una mentira, no es un sueño: es una realidad. Hay que seguir creyéndolo y trabajar.
¿Sigue creyendo en la plaza individual?
Creo más en la clasificación por equipos que en la individual. Creo que el equipo nunca ha estado a este nivel. Es el mejor equipo y el mejor grupo en mucho tiempo. En cuanto a la individual, yo ya sé qué es tirar en dos Preolímpicos (son del 26 al 28 de abril), estar entre los mejores y no clasificar por la mínima. Es mucho más complicado y más después de la lesión. En cuanto al equipo, creo que España está en un momento único.
¿Cerca de una medalla olímpica?
Yo creo que sí. Por nivel y matemáticamente hablado, estos últimos cuatro años la esgrima ha tenido una subida de nivel general, en todas las categorías, brutal. Hemos conseguido medallas en Copa del Mundo, los júniors, los cadetes... A todos los niveles, hemos conseguido medallas internacionales y es algo que hacía mucho que no se veía. Creo que nos lo merecemos. Todas las armas hemos entrenado para ello. Creo que se va a conseguir. Me voy a mojar. Ceo que se van a clasificar las tres armas para los Juegos (Carlos Llavador tiene plaza virtual en florete y Lucía Martín-Portugués, en sable) y luego, allí, conseguiremos la medalla que ponga ya la esgrima donde se merece, porque hemos trabajado para ello.
Tras Supervivientes, ¿le sorprendió volver a un nivel tan alto?
Siempre trabajamos para ello. Igual que ahora. Estamos trabajando para los Juegos Olímpicos y no me sorprendería estar en ellos. Igual que cuando volví después del parón. Trabajaba diariamente para volver a mi mejor nivel y sé que, si estoy a mi mejor nivel, puedo conseguir muchas medallas. Por lo tanto, para mí no fue una sorpresa. No fue: “Wow, Dios, qué locura”. No. He trabajado mucho más que mucha gente y me lo merezco. Cuando uno entrena, se enfoca y cree en sí mismo, no se tiene que sorprender cuando llegan los resultados. Ahí está, son dos medallas en tres meses. Ahora, ha pasado lo de la lesión, pero sé que voy a volver y lo volveré a hacer. No tengo dudas. Aquí queda grabado. Veníamos de muy abajo, de un pico físico, mental y mediático, y se podía entender que no iba a estar al 100% o centrado, pero se demostró otra vez que fui el mejor, sin duda. Ahora va a pasar lo mismo. Volveré, volveré a estar al 100% y el equipo va a estar en esos Juegos Olímpicos, no tengo dudas.
Ante todo el revuelo, respondió con resultados.
Las palabras se las lleva el viento. Las medallas son el reflejo del trabajo diario. Es un premio diario. Las medallas se ganan aquí (en el CAR), no se ganan hablando. Día a día. Y a los hechos me remito. Gané al campeón olímpico, al subcampeón, gané al campeón del mundo... Estaba al nivel de los mejores tiradores del mundo, del top-10. Esa era la misión. Estoy en el top-20 mundial y me ha frenado la lesión. Yo sabía que podía llegar a ese nivel. No sabía si iba a ser el uno, el diez o el veinte, pero sabía que tenía ese nivel. Ahora va a pasar lo mismo.
La última vez que hablamos, dijo que su paso por Supervivientes había hecho que más gente se interesara por la esgrima. ¿Ese efecto se sigue notando?
Pienso que ha sido un impacto mediático bastante positivo, sobre todo en los jóvenes. Mucha gente se ha interesado, me ha preguntado y sé que han subido las inscripciones en muchos clubes. También se ha interesado por la esgrima gente de fuera del mundo del deporte, como influencers, streamers, etc. ¿Si he sido sólo yo? No creo. Al final, somos mucha gente la que llevamos trabajando muchos años en esto. ¿Qué he sido una parte muy fuerte de este movimiento? Sin duda, está claro. Al final, la exposición mediática tiene el poder que tiene. Y quiero que la esgrima tenga más exposición. Creo que este año olímpico podemos poner la esgrima donde se merece consiguiendo una medalla.
Tomó la decisión en un momento en el que los apoyos económicos no llegaban. Por lo que se ve en redes sociales, su boom en cuanto a patrocinios ha sido muy fuerte.
Sin duda. La exposición mediática es oro para las marcas y para las empresas. Al final, si tienes muchos seguidores, si viajas mucho, etc., la marca se ve. He tenido un crecimiento del 100%. He pasado de cero a cien, prácticamente. Las marcas llegan, las ofertas llegan y estoy superagradecido. Tengo muchas marcas que me apoyan en mi carrera deportiva y otras que se van a unir el año que viene. Estoy muy contento. Si trabajas, llegan las recompensas. Y, si inviertes en exposición, las marcas se acercan. Me ha ayudado mucho por esa parte.
En 2023, hasta debutó en las pasarelas.
He desfilado, sí (risas), he hecho moda. He trabajado con marcas de coches, de bebidas, del mundo del deporte... También me invitan a muchos eventos. Al final, es estar ahí, estar en el mejunje y que reme a nuestro favor. Creo que lo estamos haciendo bien. No le va a gustar a todo el mundo lo que hago, ni siquiera mi deporte, pero es lo que hay. Creo que es una forma muy bonita y muy legal de conseguir patrocinadores.
¿Qué espera de su nuevo regreso?
En 2024, Yulen viene con ganas. Muy hambriento. Creo que vamos a ver la mejor versión. No sólo de Yulen, sino que de todo el equipo. Creo que el equipo va a salir a morder y voy a estar para apoyarlo y para luchar por esas medallas. Vamos a ver al mejor Yulen de toda la historia. En 2022, te dije que 2023 llegaría duro, y vino duro, con dos medallas y muchos patrocinadores, y creo que ahora todo mejorará aún más. Hasta que me retire, la misión es mejorar cada año. ‘Estar en el bombo’ cada año, como se dice en Cuba. Prometo un equipo clasificado y medallas, aquí queda grabado. La próxima vez que estemos aquí sentados será para hablar de dos medallas, seguro.
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