BREAK DANCE | EUROPEOS

Xak, bronce de número uno

El b-boy español sube al podio en los Europeos de break dance, celebrados en Almería. En el duelo por el tercer puesto, supera al líder del ranking, Danny Dan.

Cuando suena la música, casi nadie baila como Juan de la Torre, conocido como Xak. Como mínimo, en el Viejo Continente. Este domingo, el b-boy español se ha colgado el bronce en los Europeos de break dance, celebrados en Almería. Nacido en Lucena (1986), Xak competía en casa. El público, entregado, le acompañaba en sus gestos. Al compás. Algunos, seguramente, sorprendidos por su habilidad y la de todos los deportistas presentes; otros, puede, analizando cada uno de los pasos realizados. Los deportes urbanos crecen y España sigue el ritmo. El breaking, sin ir más lejos, será olímpico en París 2024 y Xak, con resultados como este podio, da motivos para creer. Con él, el español se asegura la presencia en los Juegos Europeos del próximo mes.

El Andalucía Urban, el evento en el que se enmarcaban los WDSF Breaking European Championships, el torneo más importante de breaking a nivel continental, reunía a varios de los mejores especialistas del mundo. Estados Unidos, Japón o Canadá son algunas de las mayores potencias en la materia. El ranking mundial, sin embargo, está liderado por un francés, Dany Dann, reciente ganador de las Gold Series en Río de Janeiro y, hasta este domingo, campeón europeo. Esta vez, no pudo acceder a la final y, en el duelo por el tercer puesto, se midió con un Xak inspiradísimo, que se llevaba las manos a la cabeza tras conocer el veredicto de los jueces. Los cinco, a excepción de uno, francés, optaron en masa por el b-boy español, superior en las tres rondas que componían la eliminatoria.

De abogado al objetivo de París

Con el podio, Xak, que superó al polaco Wigor en cuartos y cayó ante el neerlandés Lee en semifinales (plata tras perder ante su compatriota Menno en la final), suma puntos en el ranking olímpico. El objetivo de la Federación Española de Baile Deportivo es clasificar a dos representantes para París y Juan (sólo se llama así para su padre, su madre y su hermano), desde que se inició el camino hacia el olimpismo, se ha erigido como el líder de algo que, hace no tanto, parecía imposible. A gran escala, por la simple presencia del breaking en unos Juegos, y a pequeña, por su historia personal. Se enamoró de la disciplina con 15 años y a los 29 rompió con todo para dedicarse de lleno a ella. Antes, ejerció como abogado, pues es licenciado en Derecho por la Universidad de Granada. Cuando no había salas disponibles, entrenaba en el metro; ahora, lo hace en el Centro de Alto Rendimiento de Madrid (CAR), dentro del programa ADO. De llegar a los Juegos, lo haría con 38 años, pero con la ilusión de un niño. La misma que le ha empujado en Almería, con un bronce de número uno.

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