Natación | Mundial de Piscina Corta
Weiler, quinta del mundo entre las colosas Smith y McIntosh
La española, que llegó a marchar segunda en la final de 200 espalda, comparte su carrerón con el récord mundial de la estadounidense y júnior de la canadiense. Walsh, titánica hasta el final.
Fue una de las primeras personas en abrazar y felicitar a Carles Coll, nada más salir del agua el viernes, tras coronarse el tarraconense campeón del mundo. Carmen Weiler, su compañera de andanzas en Virginia Tech, residente en Estados Unidos, criada en Singapur y nacida en Tailandia, pasó al primerísimo plano de la atención acuática de España, a la que representa por el origen valenciano de su madre, en la tarde que servía para bajar el telón del fabuloso Mundial de piscina corta de Budapest.
No era para menos, ya que después de pulverizar el récord nacional en las semifinales matutinas de los 200 metros espalda, y de haber batido previamente por partida doble el de un 100 espalda en que concluyó como séptima del mundo, se plantaba Weiler con el tercer mejor tiempo en la final del doble hectómetro. La guinda de la participación española. Y encima, entre dos colosas como Summer McIntosh y Regan Smith, a quien había superado en semifinales.
Pero lo de la estadounidense había sido pura contención. O farol, según se mire. Porque el ritmo que imprimió en la final fue inalcanzable desde el primer metro, hasta el punto de que no solo se colgó el oro Smith sino que batió su propio récord del mundo, y en ocho décimas: 1:58.04.
Sacando a Regan Smith de la ecuación, fue vibrante la carrera de Weiler, que hizo soñar por momentos con el podio, incluso con una plata. Porque giró en segunda posición, por delante incluso de McIntosh, en los 75 metros. Y seguía tercera en el ecuador de la prueba.
Y completó una final excelente, a tan solo una décima del récord de España que había logrado por la mañana (2:02.26), pero es que pugnaba con la canadiense, que estableció el récord del mundo júnior (1:59.96), con la bielorrusa Anastasiya Shkurdai y con la norteamericana Phoebe Bacon, que también acabó por superarla. Un grandioso quinto puesto para rubricar este estupendo Mundial.
Décimo récord y sexto oro de Walsh
No podía comenzar mejor la última tarde que con el décimo récord del mundo y el sexto oro en los campeonatos por parte de Gretchen Walsh, sin duda el gran nombre propio de esta semana en Budapest. Había rebajado ya en semifinales del 50 metros libre la plusmarca de Ranomi Kromowidjojo, quien se encargó personalmente de entregarle el diploma acreditativo.
Así que en la final continuó Walsh haciendo historia como quien sigue una fácil rutina y la rebajó hasta 22.83. Era la única manera de imponerse a dos contrincantes extraordinarias como lo eran Kate Douglass, con quien se fundía en un abrazo aún dentro del agua, y Katarzyna Wasick. Ellas fueron plata y bronce, por este orden.
El caimán Crooks coronó su obra
Igual de espectacular resultó la final del 50 libre masculino, con Jordan Crooks acaparando miradas y admiración después de que el sábado se convirtiera en el hombre más rápido del mundo, en el primero y único capaz de bajar de los 20 segundos (19.90).
Paradójicamente, fue más lenta la final que las series y las semifinales, pero el caimanés igualmente destrozó a sus rivales desde el primer largo, que alcanzó en 9.64, espectacular. 20.19 en total. A Crooks acompañaron en el podio el brasileño Guilherme Santos, rodeado de una nutrida y animada representación de compatriotas, y el estadounidense Jack Alexy.
Se repitió en la final del 50 braza femenino el orden de las semifinales, así como la campeona con respecto a Melbourne 2022. Ruta Meilutyte, quien además amenazaba su propio récord mundial, no pudo igualarlo pero igualmente se volvió a colgar el oro mundial, con un tiempo de 28.74 por delante de Qianting Tang y Lilly King. Se quedó a las puertas del podio la italiana Benedetta Pilato.
Qin Haiyang mina la moral de Prigoda
Y al filo no del podio sino del oro se volvió a quedar en el 50 braza masculino un Kirill Prigoda que ha sido subcampeón en las tres distancias de la especialidad, una de ellas tras Coll y las otras, detrás de Qin Haiyang, campeón también en la reciente Copa del Mundo.
El chino completó el doblete de los 50 y 100 braza al superar de nuevo a sus rivales en el último suspiro (25.42), mientras que el ruso compartió su plata con el plusmarquista Emre Sakci, que lideraba la carrera tras el viraje y con quien empató en tiempo (25.56).
Kós roza el récord de Larkin
Disfrutó de su momento de gloria el público local en la última tarde del Mundial, gracias al triunfo incontestable del húngaro Hubert Kós en la final del 200 espalda masculino, consiguiendo además el récord del campeonato y de Europa, 1:45.65, y quedándose a tan solo dos centésimas de la plusmarca mundial que desde 2015 sostiene Mitch Larkin. Lorenzo Mora y Mewen Tomac le acompañaron en el podio.
También merodeó su propio tope mundial, en el 200 libre femenino, una Siobhan Haughey que en su prueba fetiche (su tercer oro consecutivo) dominó de principio a fin (1:50.62), ante la canadiense Mary-Sophie Harvey y una joven Claire Weinstein, quien a sus 17 años volvió a rebajar el récord mundial júnior y de Estados Unidos (1:51.62).
Y no pudieron acabar mejor las finales individuales en el Duna Aréna que con un nuevo y estratosférico récord del mundo. El que Luke Hobson se quitaba a sí mismo en 200 libre, tras haberlo batido el estadounidense en el relevo 4x200 cuando ya parecía inalterable el 1:39.37 de Paul Biedermann con bañador mágico, en 2009. Ahora se sitúa en 1:38.61. La plata fue para Maximillian Giuliano y el bronce se lo llevó Lucas Pierre Henveaux.
La gesta final de Smith, King, Walsh y Douglass
Pero es que hasta el último suspiro saltaron chispas. Aparecían las estadounidenses Regan Smith, Lilly King, Gretchen Walsh y Kate Douglass en la piscina emulando a los Ángeles de Charlie, y lo que hicieron fue de película. Una barbaridad de récord del mundo en la final del relevo 4x100 estilos femenino, rebajando en cuatro segundos el que ostentaba su país desde 2022. 3:40.41, años luz por delante de Gran Bretaña y China.
Y no solo eso, sino que el pase de Smith supuso su récord mundial en 100 espalda, tras haber batido ya en el campeonato los de las distancias de 50 y 200 espalda. Pura perfección.
El broche lo pone Rusia frente a Estados Unidos
Y qué manera más entretenida de concluir definitivamente el Mundial de piscina corta que con una batalla de otros tiempos entre Estados Unidos y Rusia, estos con estatus neutral, en su retorno a la competición internacional.
Comenzó dominando Shaine Casas en la espalda. Pero la ventaja que logró Kirill Prigoda en la braza fue tan increíble como insalvable, haciendo los posteriores duelos antológicos. Andrei Minakov frente a Dare Rose en la mariposa. Y Egor Kornev contra Jack Alexy en el crol. No solo se impuso Rusia, sino que lo hizo despojando del récord del mundo a sus archienemigos, con 3:18.68. La trigésima y última plusmarca rebajada en esta grandiosa competición.
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