Vigo dice adiós a La Solitaire du Figaro Paprec

Vigo ya es historia en La Solitaire du Figaro Paprec 2025. España siguió centrando el foco de la vela porque la ciudad olívica lució y se constató que la pasión por el mar está muy latente. Numerosos barcos de espectadores acompañaron a los 32 regatistas que este domingo partieron rumbo a Normandía. En tierra, el público se concentró para seguir el inicio de la última etapa de regata en solitario en el muelle de trasatlánticos, la dársena del Náutico, la estación marítima y en Punta Lagoa.

La Solitaire du Figaro Paprec navega rumbo a la localidad normanda de Saint-Vaast-la-Hougue y lo hizo con ‘retraso’. A las 17:13, tras una llamada general y otra individual para Hugo Cardon (fue el vencedor de la segunda etapa), comenzó en la ría de Vigo la tercera y definitiva etapa de esta 56ª edición de la regata: 612 millas náuticas (1.133 km) que la flota inició con un recorrido de unas siete millas por la ría de Vigo que completaron rápidamente. Cardon comentó que “la primera parte de la regata va a dar mucho juego y luego viene el golfo de Vizcaya, que tampoco es tan fácil de manejar. Creo que no soy uno de los más cansados, aunque es cierto que no tengo la frescura de la salida, pero estoy contento con la forma en que he llegado a Vigo”.

El británico Oliver Hill llegó primero a la baliza de Rodeira, donde el viento aumentó mucho en intensidad mientras los barcos tomaron la boya a toda velocidad. En el siguiente punto del recorrido, el paso por el Muelle de Trasatlánticos y de nuevo en Punta Lagoa, Hill siguió comandando la flota, en una imagen espectacular de la flota desplegada por la ría. Tras pasar Borneira y Punta Subrido, frente a Cabo Home, la flota se alejó definitivamente por la boca norte de la ría alejándose de los numerosos barcos de espectadores para adentrarse en alta mar.

En las próximas horas, la flota de La Solitaire du Figaro tendrá que tomar la decisión de si virar hacia el noroeste y encontrarse directamente con el temporal previsto o navegar hacia Finisterre a lo largo de la costa gallega, ya que está ligeramente menos expuesta al viento fuerte. Al llegar a cabo Finisterre, ya libre de obstáculos, los navegantes no tendrán otra opción que continuar durante 350 millas rumbo al norte, con viento y mar en contra, antes de llegar a Pointe du Raz, en la costa de la Bretaña francesa. Los primeros barcos deberían llegar allí el miércoles por la mañana. A partir de ahí, tendrán que afrontar la difícil remontada por el Canal de la Mancha y la aproximación final a la meta, que según las previsiones meteorológicas será con vientos flojos.

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