SNOWBOARD | COPA DEL MUNDO

Una simbiosis perfecta: Lucas Eguibar, oro en Sierra Nevada

El español se impone en la Copa del Mundo andaluza con una final perfecta. Repite el resultado de 2020 para sumar su quinta victoria y desquitarse tras los Mundiales.

Miguel Ángel MolinaEFE

Él necesitaba a Sierra Nevada y Sierra Nevada le necesitaba a él. Parecía una simbiosis perfecta en el momento adecuado. Y lo fue. Este sábado, tras una final impoluta, dominada de principio a fin, Lucas Eguibar se ha colgado el oro en la Copa del Mundo de snowboard cross celebrada en la estación española, donde era el principal reclamo. Su 15ª medalla en el circuito internacional y la quinta victoria en un palmarés tan improbable, por la escasa tradición nacional en la materia, como extraordinario, porque le sitúa entre las referencias mundiales de la misma. Regino Hernández, Queralt Castellet y él. Tres nómadas en universos paralelos, en mundos situados a años luz de España hasta su aparición. Cada podio los acerca un poco más, cada presea rompe un poco más el muro de hielo.

Casi nadie (o nadie) se desliza como Eguibar por la nieve andaluza. Sobre ella, se colgó dos medallas de plata (individual y por equipos) en los Mundiales de 2017 y logró la victoria en la Copa del Mundo de 2020. Su último oro en el circuito hasta hoy. “La pista me gusta mucho. Además, es muy parecida a la de hace tres años. La estructura es la misma y ya tengo ganas de competir”, decía en la previa. Salida perfecta, desde la izquierda, y brújula calibrada. El trazado vuelve a la memoria y se desactivan los recuerdos: el rider vasco sabe perfectamente qué tiene que hacer. Y lo hace. Se pone en primera posición desde los metros iniciales, como le gusta (a él y a todo el mundo), y toma distancia para evitar posibles peligros. Curva a la derecha y se mantiene. Salto, velocidad y llega la parte técnica. Curva a la izquierda y Luki sale en cabeza. El esquema no se altera. Una final soñada: limpia, sin sustos, hasta tranquila. Vuelve al primer escalón del podio. En casa y tras caer a las primeras de cambio en los recientes Mundiales de Bakuriani, en los que defendía título.

Tras él, en Sierra Nevada, cruzaban la meta los italianos Omar Vistin (plata) y Lorenzo Sommariva (bronce). Siempre lejos. Como el francés Loan Bozzolo, amenazante en los primeros compases con su habitual arrancada, pero finalmente cuarto. Eguibar ya avisó en el día de su 29º cumpleaños, el jueves, firmando el mejor tiempo en los entrenamientos oficiales. “Estoy contento, como la última vez que participé en Sierra Nevada, me siento cómodo, me gusta el trazado, es una pista en la que hay que ser agresivo. Además, el equipo ha hecho un gran trabajo con las tablas y estamos siendo rápidos. Tengo ganas de competir tras los Mundiales”, se reafirmaba ayer, tras certificar su pase a la final. Tanto en octavos como en cuartos firmaba el mejor tiempo de su serie; en semifinales, el segundo. En la última carrera, empujado por el aliento de familiares y amigos, que luego le levantarían en brazos, se deslizaba como nadie. Como en 2017 y 2020. Nieve conocida para curar las heridas.

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