Un TikTok olímpico
Marina González, que fue a los Juegos Olímpicos de Tokio, triunfa ahora en redes con su mezcla de gimnasia y ocio. Tiene 1,4 millones de seguidores en la red social china.
Cómo se consigue que millones de personas se interesen por lo que haces en tu día a día? ¿Qué se siente cuando te das cuenta de que una parte de tu vida ha pasado a ser pública, quizá irreversiblemente? Son preguntas que pueden surgir al toparnos en una red social con el típico perfil de ‘influencer’.
Puede arrojar luz sobre esas dudas Marina González (Malgrat de Mar, 20 años) y lo hace para AS. Ella es un fenómeno viral, sobre todo en TikTok, aplicación en la que ya cuenta con 1,4 millones de seguidores (la población de Estonia, por poner un ejemplo cercano), atraídos por su mezcla de deporte y diversión. Su vídeo más reproducido ha recibido 19 millones de clicks.
Pero esta actividad realmente es un hobby para ella, cuya principal ocupación es la gimnasia, campo en el que ya ha sido olímpica (Tokio 2021), mundialista (2019), subcampeona de España individual y campeona por equipos. Cuenta, precisamente, que su hasta ahora única participación olímpica supuso un punto de inflexión en su carrera en redes: “Antes de eso tenía 500.000 seguidores, y a raíz de enseñar la vida allí creció mucho”. “La verdad que ni te das cuenta, como lo haces porque quieres y te gusta...”, añade para recalcar que no es algo que se tome demasiado en serio. Porque su intención, asegura, es simplemente “transmitir a través del deporte”.
De hecho, le “cuesta” encontrar un rato para subir sus vídeos, en los que se pueden ver desde rutinas de entrenamiento a los retos de baile que caracterizan a TikTok (puedes ver su perfil aquí) y que han enganchado a tantos jóvenes. “Me sale natural, no me pongo obligaciones. No es un tema de ‘tengo que grabar sí o sí’. Cuanto más lo haces porque te gusta, y no porque te lo piden, mejor sale. Para mí es ocio. Otros juegan al golf. Me ayuda a distraerme, me relaja y desconecto del deporte”, desgrana. También ayuda a visibilizar una disciplina con poco seguimiento más allá de los Juegos, algo con lo que está “muy contenta”.
Aunque se lo tome a la ligera, lo cierto es que esta faceta hace que tenga una estructura detrás poco habitual en el deporte minoritario. Marina cuenta con su propia web, una agencia de comunicación que le gestiona las entrevistas... Su perfil de “deportista y estudiante” y su “forma de ser abierta” atrae a las marcas, un respaldo económico que, reconoce, le da cierta tranquilidad para centrarse en el deporte. “Me puedo pagar una carrera en Estados Unidos, algo que no todo el mundo puede hacer”, celebra. “Considero que todo esto me ha ayudado mucho a poder seguir en la gimnasia. Mis padres se han gastado mucho dinero en mí y creo que tanto esfuerzo tiene que estar recompensado. No es lo mismo utilizarlo para comprarte un coche que para esto. Me está pagando un futuro, y me siento más enriquecida así que si me comprara una casa. Soy afortunada de poder tener una educación, conocimientos...”, agrega.
Y es que actualmente estudia gestión de cadenas de suministro en la Universidad de Iowa State, con cuyos Cyclones compite en la División I de gimnasia de la NCAA. Tiene una beca completa y la posibilidad de seguir representando a España, algo con lo que “soñaba”. En el frío estado norteño, cerca de Chicago, con temperaturas que alcanzan los 25 grados bajo cero en invierno (”si sales a la calle con el pelo húmedo se te rompe”, comenta), se entrena con técnicas “diferentes”, más “avanzadas” que en España. Es “otro mundo”.
Actualmente se recupera de una lesión de rodilla que le impidió estar el mes pasado en los Mundiales. Tiene complicado ir a los del año que viene, clasificatorios para los Juegos de 2024, porque quiere volver al 100%, sin forzar. De hecho no va a competir en la NCAA con el beneplácito de su universidad. “Pondré mi cuerpo y alma en recuperarme, pero si no es esta, será en 2028″, relativiza. Que al fin y al cabo es joven y se ve “en un gran momento”.