JUEGOS PARALÍMPICOS PARÍS 2024

Ricardo Ten, eterno

El ciclista logra la primera medalla —un bronce— para España en París 2024 y la primera como ciclista a título individual en persecución. Es su noveno metal en unos Juegos.

París
Eva Morel for OIS/IOCOIS/Eva Morel

La eternidad está al alcance de muy pocos, pero Ricardo Ten (Valencia, 1975) es uno de los elegidos. Incombustible, imparable e imprescindible. Es el primer medallista de España en estos Juegos de París 2024, un metal cargado de simbolismo por quién es el ciclista y porque, siendo uno de los grandes pioneros del deporte con discapacidad, ha entrado en la historia por inaugurar oficialmente esa igualdad entre premios de olímpicos y paralímpicos. Su bronce en persecución ya es eterna, como él. “Yo debuté con la selección, a nivel internacional, en el 95. Las cosas han cambiado. Antes era un deporte amateur y teníamos sólo el apoyo de nuestro entorno. Ahora nos podemos dedicar de una manera exclusiva”, contó en AS. De hecho, él se perdió Atenas 2004 por falta de ayudas y ante el imperativo de tener que dedicarse a su trabajo de contable.

Ricardo paró el crono en 3:45.152 y se subió al podio. Y esto no acaba más que empezar... Sin apenas tregua, tendrá que afrontar la carrera de un kilómetro y la velocidad por equipos en pista antes de cambiar de tercio y salir a la carretera. Ese gran reto lo afrontará ya la próxima semana. El miércoles 4 de septiembre es el día señalado. Es la cita que tiene entre ceja y ceja: la contrarreloj individual. Tres días después, llegará la prueba en línea. Por lo que puede seguir acrecentando su leyenda.

De hecho, entre 2017 y 2024 ha conseguido un botín de 18 medallas en Campeonatos del Mundo de pruebas en línea y contrareloj (diez de oro, cinco de plata y tres de bronce) y cuatro oros en pruebas continentales. De momento, Ricardo se ha sacado por fin la espinita que le quedó en los pasados Juegos. En Tokio 2020 —los primeros como ciclista— sacó su única medalla (un bronce) en velocidad por equipos y, a nivel individual, se quedó con las ganas. “Estoy muy contento, la venía buscando desde hace mucho tiempo. A lo mejor no están todos los rivales, unos por decisiones de sus dirigentes por la guerra de Rusia y otros, por las suyas propias. Las oportunidades hay que aprovecharlas y lo hemos conseguido”, explicó nada más acabar la prueba y formuló un deseo: “A ver si nos sigue acompañando la suerte...”.

Eso nunca ha sido un problema para alguien que es un experto en superarse y reinventarse. Ricardo fue a cinco Juegos como nadador, en los que se colgó tres medallas de oro, una de plata y tres de bronce, y estos son los segundos sobre una bici. La culpable de que recuperase la ilusión perdida en la piscina. A ella llegó trece años después de sufrir un accidente que le cambió la vida. Con sólo 8 años, mientras jugaba junto a su primo en la casa de campo de sus tíos, que estaba en obras, se electrocutó. Permaneció casi un año ingresado en la unidad de quemados de la antigua Fe de Valencia y perdió dos brazos y una pierna. Nunca ese gen competitivo, que entonces le llevó a sacarse el curso y ahora a seguir ganando medallas con 49 años. Y esto no ha hecho más que empezar.

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