HOCKEY

Pere, el Amat 4.0

La Selección masculina de hockey parte el viernes a la India para disputar el Mundial de la India con un nuevo miembro de esta legendaria saga familiar: “Con dos años ya cogía un stick”.

RODOLFO MOLINADiarioAS

Pere era su abuelo y fue medallista de bronce en los Juegos de Roma 1960. Paco, Joan y Jaume siguieron su estela durante dos décadas en las que la Selección masculina de hockey logró otra medalla olímpica en Moscú, en 1980. Les siguieron Santi y Pol, el más popular, nombrado mejor del mundo por la Federación Internacional en 2008, plata en Atlanta 1996 y, 12 años después, en Pekín. Y, ahora, con un paréntesis de nueve, el apellido Amat vuelve a la Selección.

Con apenas 18 años, Pere Amat, nieto del pionero y primo segundo de Pol, es una de las principales novedades de Max Caldas en la lista de España para el Mundial de la India que arranca el día 13. Aunque actuará de reserva, al joven talento le ha pillado por sorpresa: “Era inesperado. Empecé hace poco y no tenía experiencia, pero el grupo me ha acogido fenomenal”, cuenta el de Terrassa, quien reconoce que cuando recibió la llamada del seleccionador creía que era para comunicarle que estaba descartado para este campeonato.

“Es muy buen chico y muy bueno”, explica Pol Amat, que ahora dirige el Club Egara, en el que juega su primo. “Una de las primeras cosas que me dijo fue que quería saber tres conceptos para defender mejor y meterse en el partido. Tiene las ganas de ser un jugador importante. Que piense tan joven, demuestra que tiene personalidad y que quiere aprender”, añadió uno de los capitanes, Álvaro Iglesias. Y, en medio, el apenas barbilampiño Pere, que ha empezado este curso la Universidad y que se encuentra ya entre los mayores de su deporte: “No me han visto el pelo en la uni”, bromea. El atacante asume que deberá “hacer al menos dos asignaturas... “Mi madre me dice que el que hace lo que puede no está obligado a más”, añade el estudiante de Bioquímica, en proceso de asimilar la rapidez de los acontecimientos.

Pere Amat (abajo a la derecha).

Con apenas dos años, a Pere ya le regalaron su primer stick. Era de plástico y lo utilizaba en casa a todas horas, especialmente cuando su abuelo cogía una pelota y empezaba a dar pases con su nieto. Era la manera de inculcarle una pasión que perdura desde 1935, cuando la familia Amat creó el Club Egara. “Solo he podido ver vídeos de Pol, ya que no hay tan antiguos. Todo lo que he conocido de ellos ha sido gracias a las historias que me contaban”, comentó el jugador, quien se define como “descarado”. Aunque compaginó un tiempo el tenis con el hockey, tuvo claro que “el hockey era prioridad”. “Si no, me cuelgan”.

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