Miguel Carballeda: “Ojalá lleguemos a las 40 medallas”

“Somos los paralímpicos españoles y eso no es cualquier cosa”, avisa Miguel Carballeda (Pontevedra, 1959), presidente del Comité Paralímpico Español, para quien estos Juegos serán inolvidables. No le faltan motivos. La igualdad entre los olímpicos y los paralímpicos, por fin, es una realidad y se materializa así una reivindicación histórica del CPE. Además, Carballeda vivirá los últimos en un cargo en el que lleva dos décadas. Los jóvenes y la igualdad de oportunidades serán los objetivos de cara a la próxima etapa. También que las mujeres aumenten su presencia en la élite. Ellas, las Teresa Perales, Susana Rodríguez, Marta Arce, Marta Fernández, Nuria Marqués, Sarai Gascón, Adi Iglesias... son firmes candidatas a subirse al podio. Son inspiración en el deporte y en la vida. Son el orgullo de su presidente, que atendió a AS antes de que empiece la competición este jueves: “Nuestros paralímpicos nos pueden dar muchas alegrías”. Pronostica una lluvia de medallas.

—¿Qué expectativas tiene para París 2024?

—Siempre las mejores. Estamos muy ilusionados con el trabajo de estos tres años intensos. Hay ganas de recuperar unos Juegos normales porque los de Tokio fueron agridulces. La parte buena se corresponde con las 36 medallas obtenidas, pero la mala eran esas gradas vacías a consecuencia de la pandemia. París supone el retorno a la normalidad.

—¿El objetivo pasa por igualar esos 36 metales?

—Estamos obligados a intentar sacar un poquito más en cada Juegos. Ojalá podamos llegar a las 40 medallas, aunque no pasa nada si son 39 o 41 (risas). Nuestros deportistas son capaces de conseguir esas cuatro medallitas más. ¿La revelación? No me atrevo a dar ningún nombre, pero sé que nuestros jóvenes nos van a dar alguna sorpresa...

—¿Qué Juegos espera tras los olímpicos?

—Nosotros los mandamos a ellos delante para ver cómo funciona todo y después tener la prueba válida para los paralímpicos (risas). Los paralímpicos también tendrán su momento de gloria. París va a hacer muchas cosas por la igualdad entre olímpicos y paralímpicos, como el mismo logotipo, la misma mascota… Nosotros en España también hemos conseguido esa igualdad por la que el Comité Paralímpico ha luchado durante toda su historia. Nuestros deportistas recibirán el mismo reconocimiento económico por las medallas. Se lo han merecido siempre y lo hemos conseguido para estos Juegos.

—¿Va el deporte de la mano de la sociedad en este camino hacia la igualdad?

—A nosotros nos interesaba por una cuestión de justicia y de concienciación de la propia sociedad. Socialmente había unanimidad en que debían cobrar igual por un mismo esfuerzo, que en el caso de los paralímpicos podría llegar a ser incluso mayor. Eso empuja al movimiento paralímpico a obtener un mayor reconocimiento, por eso hemos tenido también ese cambio en la Constitución en el artículo 49 que nos considera, como no podía ser de otro modo, personas por encima de todo. En la Ley del Deporte se tuvieron en cuenta todas las propuestas paralímpicas y no hubo trabas por parte de ningún grupo parlamentario. Los políticos se pusieron de acuerdo.

—¿Cuál es el próximo reto de cara al futuro?

—Seguir apostando por los jóvenes, por nuestras promesas. A París van veinte deportistas de esos equipos de promesas apoyados y subvencionados también por nuestros amigos y compañeros de viaje: los patrocinadores. Ahí está la clave. En que seamos capaces de encontrarles, de convencerles y facilitarles el acceso al deporte y ya, si quieren competir, que algún día tengan la posibilidad de subirse al podio. Alguno posiblemente lo hará en París.

—Poco a poco sube la presencia femenina…

—Sí, despacito. Ojalá subiera un poco más rápido. Estamos trabajando en ello, desde el Comité Paralímpico hasta las Federaciones. Las chicas nos dieron grandes opciones de medallas en Tokio y lo harán de nuevo en París. Hay que abrirlas las puertas.

—Teresa Perales, Susana Rodríguez, Marta Arce, Marta Fernández, Adi Iglesias… Hay muchos referentes femeninos.

—También lo son en su vida personal. Las cosas están cambiando para mejor y ellas nos dan un ejemplo continuamente. Espero que Teresa Perales supere de una vez por todas a Phelps. No lo conozco, pero un poquito de manía sí que le tengo (risas). Ojalá nuestra sirena del Ebro domine el panorama medallero internacional.

—Otro ejemplo es Loida Zabala.

—Estaremos acompañándola y animándola. Le agradecemos su capacidad de superación, su ejemplo… Ha tenido que pelear por muchas cosas. Ha salido adelante y lo ha contado con naturalidad para poder ayudar a otras mujeres.

—¿Qué le diría a la gente para que vuelva a encender la tele y siga a los paralímpicos en TVE?

—Hemos arreglado todo y tendremos muchas horas de Juegos en TVE. Les diría que no se olviden, que ahora vienen los buenos, los paralímpicos, que nos pueden dar muchas alegrías. No dejen de verlos. La visibilidad es vital, de ahí la importancia del seguimiento de los medios de comunicación. No sólo ponemos el foco en los deportistas, sino en los cuatro millones y medio de personas con discapacidad. El deporte puede ser la alternativa para ser feliz.

—Estos Juegos tienen hasta banda sonora: ‘Ganar dos veces’.

—Era una asignatura pendiente. Lo intentamos en otros Juegos y no pudo ser. Esta vez, gracias a Pascual, tenemos la mejor canción y el mejor título. Superar los obstáculos es también ganar, más allá del deporte.

—A nivel personal, ¿qué suponen estos Juegos tras 20 años como presidente del CPE?

—Asistí a Seúl 1988, porque llevaba el deporte de las personas ciegas en la ONCE, y fue algo muy especial. Recuerdo que nos encontramos en la escala de Tokio a Ángel Nieto y nos convenció para que no cogiéramos un taxi en la espera y le explicáramos qué era eso de los paralímpicos para que él pudiera contarlo. Barcelona 92 cambió tantas cosas para el movimiento paralímpico... ¡Y las cambió España en sus únicos Juegos! Ya nos merecemos otros porque se aprende mucho y se coloca a las ciudades más importantes del mundo en la agenda. Es vital. Al mundo paralímpico nos gustaría disfrutar de unos Juegos en Madrid. En mi caso particular, voy a vivir posiblemente mis últimos Juegos como presidente del CPE. Veinte años es una etapa importante, larga, hemos conseguido muchas cosas y se debe producir un relevo normalizado y natural a la vuelta de los Juegos. Ya tenemos previsto el calendario para hacer nuestras elecciones y sacar adelante una etapa nueva que seguro que será mejor. Ha sido un auténtico honor. Quiero agradecer a todas las administraciones su capacidad permanente para ir avanzando. Entre todos hemos conseguido progresar.

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