María Delgado, de ver a sus ídolos en Londres 2012 a querer representarlos

Con 14 años vivió sus primeros Juegos entre el público. Hoy es inspiración para las nuevas generaciones y candidata al Consejo de Deportistas del IPC. Este jueves ha debutado en París.

París
Javier EtxezarretaEFE

La vida es impredecible. María Delgado (Zaragoza, 1997) apenas tenía 14 años cuando vivió sus primeros Juegos. Acudió, junto a su Club de Natación Adaptada de Zaragoza, a Londres 2012 como espectadora para ver de cerca a sus ídolos. “Esa primera experiencia con el deporte paralímpico encendió más la llama que había ya dentro de mí. Por entonces, me parecía un sueño poder estar en Río y lo cumplí”, asegura a AS. El abanico de historias era muy grande, pero su mayor inspiración fue Teresa Perales. “Está en el top-1. Es de Zaragoza, nadadora, paralímpica...”, enumera María, que ha debutado este jueves en los 100 mariposa y volverá a competir el sábado en 100 espalda. Sus referentes del ayer son hoy sus compañeros y la aragonesa sueña con poder representarlos en el Consejo de Deportistas del Comité Paralímpico Internacional (IPC) el día de mañana. Ella ya ha presentado su candidatura para unas elecciones que se celebrarán entre el 26 de agosto y el 5 de septiembre en la Villa Paralímpica de París. Por lo que esos Juegos, sus terceros en la piscina, tendrán más importancia si cabe.

“Mi referente era Teresa Perales: es de Zaragoza, nadadora, paralímpica...”

INSPIRACIÓN

Este Consejo es la voz de los deportistas y su presidente y vicepresidente tienen también voto en la Junta de Gobierno del Comité Paralímpico Internacional. Por eso, estos días tendrá que hacer campaña. “Lo llevo con calma. Otros compañeros están haciendo campaña porque no compiten, pero yo estoy más limitada. No estoy ocho o diez horas en la zona de votos. Priorizo la competición. Tengo muchas ganas y si salgo elegida, lo haré lo mejor posible”, confiesa. Por tener, tiene hasta su propio programa electoral, donde aboga por la “honestidad, transparencia y mejora continua, para tener una voz fuerte y representativa en las decisiones del IPC, garantizar que sus políticas y programas reflejen verdaderamente las necesidades y deseos de los deportistas y ayudar a mejorar las condiciones en todas las disciplinas y regiones”.

Su voz es dulce y potente. Poderosa, como sus resultados. Salió del equipo de Promesas AXA de Natación Paralímpica y se colgó dos bronces (100 espalda y 50 estilo libre) en Río 2016. De Tokio 2020 se trajo cuatro diplomas y sigue sumando metales en los Campeonatos del Mundo (12) y los de Europa (12). Ahora, tiene la mente puesta en la piscina de La Defènse. Atrás quedó su operación de una hernia en la espalda en 2022, porque la maquinaria de la zaragozana está a pleno rendimiento. Su gasolina es la ilusión.

El deporte es su vida. El epicentro de los diferentes aspectos que la componen. De ahí que María esté graduada en Ciencias del Deporte y haya hecho un Máster de Gestión Deportiva. Sin embargo, no descarta seguir preparándose y tiene en mente hacer el doctorado. “El deporte es mi pasión. El motor de todo. No sé qué me deparará el futuro, pero seguro que seguiré ligada al deporte”, sentencia con la misma firmeza con la que se ha propuesto seguir formándose. “Recuerdo que en primero de carrera mis compañeros no me ubicaban porque aún no había conseguido grandes triunfos. Tras Río, había muchas ganas de medalla. Gracias a ellos podía compaginar mejor el deporte y los estudios. Se tiraban el rollo y también los apuntes”, ríe pícara.

“Otros compañeros están haciendo campaña, yo priorizo la competición”

ELECCIONES

Han pasado los años y María ya no necesita asomarse a la vitrina, donde guarda sus medallas, para convencerse de que todo es cierto. “Lo he asimilado y, ocho años después, lucharé por repetirlo. ¿Hueco? La vitrina es infinita. Caben todas las que vengan”, bromea. Ni para convencerse de que esa chica con toxoplasmosis congénita —una enfermedad que le causa la falta de visión en el ojo izquierdo y parte en el derecho— es ahora el espejo para otras niñas. “No me doy cuenta. Hasta que no se me acercan alguien o contactan conmigo por redes no soy realmente consciente. Eso es un honor y un deber porque el espejo debe ser el correcto”, reflexiona, consciente de que todo gran poder conlleva una gran responsabilidad.

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