Manu Fraga: “La Copa del Rey es un Grand Slam de vela”

Manu Fraga (17-01-1973, Cariño-A Coruña) es el gerente del Real Club Náutico de Palma y director de la Copa del Rey MAPFRE. Charla con AS a tres días de que arranque, de manera oficial, la 41 edición de la Copa del Rey. Se muestra ilusionado y pone en valor una regata que volverá a ser el epicentro de la vela. Habrá más de 100 embarcaciones de 16 nacionalidades y tres continentes diferentes. Destaca el gran impacto económico en Palma de Mallorca, superior a los 20 millones de euros, avisará que la competición estará muy igualada: “Hay muchos equipos favoritos, seguro que hasta el último día no se decide el campeón”.

Está a pocos días de arrancar, de manera oficial, la 41ª Copa del Rey MAPFRE. ¿Con ganas?

Muchísimas. Venimos de una 40ª edición que fue muy especial y esta 41ª lo será igual, o más. Además, este año se da el 75 aniversario del Real Club Náutico de Palma por lo que intentaremos volver a crear algo único. Estamos, sin duda, con las ilusiones renovadas e intentaremos que el evento siga siendo excepcional y que marque tendencia. Buscamos mantener un evento de calidad técnica y deportiva. Tenemos claro que seremos el epicentro de la vela en Europa y es que a todo el mundo que le gusta la vela sigue la Copa del Rey MAPFRE. Es como, en el ciclismo, La Vuelta o el Tour. La Copa del Rey siempre está marcada en rojo en el calendario deportivo.

¿Por qué es una competición que engancha tanto?

La Copa del Rey MAPFRE tiene una peculiaridad y es que comparten espacio equipos profesionales con los más modestos. También porque hay un club detrás, el RCNP, que siempre está dispuesta a apoyarla, pase lo que pase.

Ya son 41 ediciones. ¿Cómo se mantiene?

Con ilusión y ganas. También tenemos la idea de que tenemos que evolucionarla constantemente, adaptarnos a los tiempos y no ser estáticos. Hay que escuchar a los armadores, participante y espectadores. Y también, claro está, hemos de agradecer mucho a las marcas su compromiso y apoyo. La Copa no se puede entender sin el apoyo de los patrocinadores. Hemos formado una gran familia y se ha conseguido que la Copa tenga ese plus que quizás no tienen otros eventos como tener una agenda social muy potente. En el tema deportivo creo que todo funciona muy bien y en el social, también.

¿Qué espera de esta 41ª edición?

Creo que será muy igualada. Hay muchos equipos favoritos, seguro que hasta el último día no se decide el campeón en ninguna de las clases. Esto a nivel deportivo porque en lo social, el RCNP se volverá a volcar con actividades.

¿Qué impacto económico tiene la Copa del Rey MAPFRE?

El impacto lo medimos en 2018 y se acercó a los 20 millones de euros. Pero es que la Copa, desde ese año, ha crecido muchísimo en participación, actividad, equipos y si se valorase ahora, estaría por encima de los 20 millones, seguro. A nivel de Baleares y retorno mediático, no hay club naútico del mundo que no conozca la Copa y la siga. Esto sitúa a Baleares en un lugar privilegiado a nivel mundial y lleva la vela y la ciudad a un nivel extraordinario. Las imágenes que se ven de la Copa son espectaculares y es que tenemos uno de los mejores campos de regatas del mundo. No tengo dudas que la Copa del Rey es un Grand Slam de vela. Es muy especial.

Vayamos a lo deportivo. ¿Se sigue manteniendo la fase previa y la fase final?

Sí. Yo creo que es algo fantástico y novedoso. Se apostó por este modelo de que tras la fase previa se agrupa la puntuación por la clasificación (el primero suma un punto, el segundo dos...) y en la fase final cada prueba cuenta porque no hay descartes. Es verdad que a muchos les cuesta digerirlo, pero es que todo ha de evolucionar y con esto se hace la competición más atractiva. De esta manera, no solo gana el más regular, sino el que sabe soportar mejor la presión y navegar en distintas condiciones.

Seguro que se han encontrado detractores...

Alguno hay. La vela es muy tradicional en muchos aspectos y a veces es díficil explicarlo. Pero es que dividir la competición en dos fases surgió porque muchas veces ocurría que el viernes ya teníamos vencedores. No podía ser que antes de una última jornada ya se supiese el ganador, hay que competir hasta el último suspiro. Creo que en el mundo del deporte no se puede vivir de rentas. De esta manera hay una rivalidad hasta el final y se juega con presión. Visto lo visto, se ha evolucionado y está el dato que, pese a este sistema, el 80 por ciento del podio final no cambia porque los buenos saben navegar en todas las condiciones. Es una regata que va de menos a más, que es lo que queríamos y se da más oportunidades. Por ejemplo, hay equipos que a la Copa llegan más verdes y durante la competición van mejorando y tienen su oportunidad de estar arriba. Ha sido un poco polémico, sí, pero creo que es bueno y hay que demostrar que el deporte es abierto. Hay que demostrar cada día que vales, que mereces ser el ganador.

¿Estará, un año más, el Rey Felipe VI a la caña del Aifos?

Por lo menos en su agenda lo tiene previsto. Cuenta con muchos compromisos, pero en la medida que pueda, y le dejen, va a navegar. El Rey es un gran deportista, es diploma olímpico y un gran apasionado del mar y la competición. Esperemos que haga más de una jornada patroneando el Aifos. Además, que el Aifos este año es uno de los favoritos en la clase ORC1.

Este año, tres barcos (’Corsario’, ‘Kapote tercero’ y ‘Tiro’, que se dirigían a Palma para competir en la Copa del Rey sufrieron ataques de orcas. ¿Es un tema que preocupa?

Está siendo un problema para la navegación en general. Les ha ocurrido a barcos de regatas y otros han tenido que ir muy cerquita de costa para evitar el ataque o el juego que hacen porque rompen timones. A través de la organización hemos dado todo nuestro apoyo y agradecemos mucho el esfuerzo personal que han hecho para estar en la Copa. Este tema de las orcas hay que afrontarlo como un problema a la hora de navegar por el Estrecho y las autoridades tendrían que tomar cartas en el asunto inventigando y dando recomendaciones. Algún día puede haber algún barco hundido y un daño más que un timón roto. Es un tema delicado y del que tampoco se tiene un gran conocimiento de por qué pasa.