MMA

Luis Pico, detrás del ‘Elegido’: “Simplemente, me gusta pelearme”

El peleador del Climent Club es una de las joyas del gimnasio, además de un luchador todoterreno en varias modalidades. Desde las MMA, a KOTS, boxeo sucio...

Instagram: @lewiis_00
Nació en Martorell en 1999. Grado en Periodismo en la Universidad Autónoma de Barcelona. Desde pequeña, tenía claro que quería ser periodista y hablar del Atlético de Madrid, hasta que descubrió el boxeo y las MMA. Entró en AS en 2022 y fue la enviada especial a Anaheim, California, para cubrir la disputa por el título del peso pluma de Topuria.
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El auge de los deportes de contacto en España ha creado peleadores todoterreno. Luis Pico es uno de ellos. Es una de las joyas del Climent Club, el gimnasio de los hermanos Jorge y Agustín Climent, y uno de los favoritos del público. No solo es peleador profesional de artes marciales mixtas, sino que también ha peleado en King of the Streets, además de protagonizar uno de los primeros combates de boxeo sucio en nuestras fronteras.

Pico es conocido como El Elegido. “Siempre he sido un chaval muy antisistema, solitario y muy suyo. Nunca me ha gustado la gente ni nada con socializar. Voy a mi rollo. En cambio, El Elegido es una figura que mucha gente lo tiene como si fuese lo máximo. Los relojes, los coches... Todo eso simplemente alimenta al personaje”, reconoce Lewis. Hay que mantener un equilibrio entre la persona y la imagen pública. “Quiero mantener una buena relación con Luis, mi persona, que es lo que me llena, y con el Elegido. También me tengo que llevar bien con él porque a veces me da quebraderos de cabeza, soy muy autoexigente, quiero que todo salga perfecto”, insiste.

El Elegido, sin duda, gusta, y mucho. Con más de 50.000 seguidores en Instagram, Lewis tiene algo que engancha al público. Ya no solo sus finalizaciones, sino el carisma. “Tengo mis dos versiones, pero nunca se tienen que cruzar ni confundir, porque, una vez lo hacen, la fama se te sube a la cabeza. A mí no me ha pasado, sería una mierda perder los valores de la persona que soy y que el personaje me coma”. La dualidad es un factor clave.

Boxeo, familia y el Climent Club

Luis se “ha criado en dos sitios, seis meses en uno y seis en otro”, entre Jijona, Alicante, y Priego, Córdoba. “Nunca he tenido un sitio base, me siento de los dos por igual”. A los 14 años empezó a practicar boxeo con unos amigos, inconsciente de lo que terminaría siendo a día de hoy. Llegó a este deporte de casualidad. “Siempre he sido un demonio de Tasmania, me metía en líos. En uno de ellos, me pegaron entre varios. Uno de los chavales, que fue el que más me dio, hacía kickboxing y dije: ‘Este tío pilota, me ha pegado dos patadas en la cabeza’. Yo quería aprender a hacer eso”, rememora. Una semana después, un amigo le propuso ir a probar y se enamoró del deporte. “Empecé a entrenar y, a los tres meses, ya le estaba dando guerra a los que llevaban uno o dos años”. Debutó en boxeo con 16 años.

Un tiempo después, las MMA de cruzaron en su camino. Pico seguía entre sus dos pueblos, y solo entrenaba cuando estaba en Córdoba, donde trabajó en la heladería de su familia durante unos siete años. “Cuando venía a Alicante me apetecía descansar porque no disfrutaba del verano”, recuerda. Cuando las artes marciales mixtas empezaron a subir, para 2018, encontró la que sería su nueva casa. “Busqué en internet un gimnasio de MMA en Alicante y el primero que me salió fue el Climent Club”. Agustín le cogió el teléfono y le invitó a probar, en un día que había sesión de sparring. Una mano de Ilia Topuria le cazó el hígado. “Me habían pinchado antes, pero nunca había sentido eso. No volví en dos o tres meses. La siguiente clase, fue más de lo mismo y ya me tocó volver a Córdoba a trabajar”, rememora.

Tras un parón, empezó a tomarse el boxeo en serio y a hacer Muay Thai. “Empecé a hacer las dos cosas en Córdoba”. En 2019, regresó a Alicante y apretó en las MMA. “Empecé a entrenar fuerte haciendo grappling, jiu-jitsu... Que no fuera solo striking”, cuenta. La pandemia fue un antes y un después. “Montaron el rancho, que fue una salvación para mis entrenadores y compañeros”. Regresó por última vez a Córdoba y decidió intentarlo, ser peleador. “Es algo a lo que nunca le dedicaba el 100% de mi tiempo y de mis ganas, y a mí me gustaba. La heladería era por ayudar a mi madre y mantener el dinero en casa con mi hermano”, cuenta Luis.

Lewis cogió sus maletas y se fue a Alicante, donde estuvo compartiendo piso con varios de sus compañeros de gimnasio. Cogió a Salah Hamli Eddine como su referente. “Él entrenaba un montón, estaba todo el día ahí y yo tamibén quería hacer eso. Le copiaba todo y eso me hizo ser muy fuerte mentalmente y me hice a ese estilo de vida”. Debutó en amateur con derrota en la Copa WOW. “Fueron 11 compañeros míos y el único que perdí fui yo. Fue como un garro de agua fría. Pero, en vez de quitarme las ganas, fue todo lo contrario”, relata. En su primer año hizo 11 peleas más y quedó tercero en el Campeonato de España.

El camino al éxito

Fue pasando de eventos más humildes a estar en el Palacio de Vistalegre, la Caja Mágica en Madrid o la Plaza de Toros de Alicante. “Si no lo vives progresivamente, te cuesta y no te haces, por muy bueno que seas. Te da el parón, el bloqueo y te quedas congelado, que fue lo que me pasó”. Ya lleva tres triunfos como peleador de MMA profesional, pero no es lo único que ha hecho. Es un luchador todoterreno que no tiene miedo de probar ninguna modalidad. “Simplemente, me gusta pelearme. No en la calle ni nada de eso. Hay gente que es buena, pero les tiene miedo a los choques o al golpe, a mí me gusta. Estoy medio jodido de la cabeza, me siento bien”, cuenta entre risas.

En King of the Streets hacen las peleas callejeras más sangrientas, sin normas. Lewis se animó a participar, toda una experiencia que ha hecho que se gane el respeto de la gente. “Fue una locura. Muchas veces lo pienso en frío y quiero volver, pero después me digo que no. Es un amor odio muy grande”. También fue uno de los primeros en realizar un combate de boxeo sucio en España. “Sabía que me iba a venir bien mediáticamente para mi imagen de peleador, pero lo he hecho porque me ha gustado”, revela. Su favorito son las MMA, aunque se animaría a probar también en Bare Knuckle o boxeo tradicional. “Este año hice cuatro peleas y todas han sido grandes, en eventos grandes con mucha gente”. Ya sea El Elegido o Luis Pico, el del Climent Club gusta, y mucho.

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