REMO | BEACH SPRINT

Los Mundiales del cambio: “¡Esto está guapísimo!”

Adrián Miramón habla con AS antes de la gran cita del beach sprint, modalidad que puede ser olímpica, pero que hoy no le da seguridad económica.

Con la maleta siempre lista, Adrián Miramón vive entre Santa Pola (Alicante), Málaga, donde nació hace 32 años, e Irlanda. Después de nueve años instalado en Bilbao, donde combinaba el remo de mar con las traineras, esta temporada tenía planificado mudarse a la isla situada al norte de Europa. Las condiciones meteorológicas para entrenar, sin embargo, le hicieron cambiar de planes. “En agosto, estuve compitiendo en Irlanda y fue increíblemente duro. Lluvia, frío... En remo olímpico, no te mojas tanto, pero en mis disciplinas salta el agua constantemente y tampoco puedes llevar neopreno porque te quita mucho movimiento”, explica Miramón, que este fin de semana disputa las World Rowing Beach Sprint Finals, en las que la delegación española acude como gran dominadora de la pasada edición y con 17 deportistas.

Miramón es tetracampeón del mundo de remo de mar (2015, 2016, 2019 y 2022) y campeón del mundo de beach sprint (2019). Es un referente dentro dos modalidades que llegan al punto cumbre de su curso (tras los Mundiales de beach sprint, desde este viernes, tendrán lugar los de remo de mar o larga distancia, del 6 al 8 de octubre). Sin embargo, no puede vivir de ellas de forma directa. “Gano un Campeonato del Mundo y, como suelo decir, lo que me dan es un abrazo, absolutamente nada más”, reivindica el malagueño. “La gente piensa: ‘Buah, con cinco Mundiales, tendrás muchos patrocinadores’. Pero no tengo ninguno”, añade antes de volar a Barletta (Italia), donde se celebran las dos competiciones planetarias.

Actualmente, Adrián trabaja como representante en España de la marca irlandesa de botes Kanghua. Además de ello, también recibe ayuda del Ayuntamiento de Málaga. “La gente me pregunta qué haré cuando deje de remar. Si me parara a pensarlo, lo dejaría ya. Prefiero no hacerlo”, alza la voz desde el humor. Lejos de abandonar, sólo piensa en seguir agrandando su brillante palmarés, “la ilusión” a la que se agarra para seguir ligado al mundo del remo en un futuro (ya sea como entrenador, asesor, etc.). En aguas italianas, es favorito para lograr el doblete. “El objetivo es el de siempre: intentar ganar. Al final, al ganar tantas veces, puede parecer sencillo, pero es igual o más complicado. Quiero volver a ganar los dos campeonatos individuales, en esprint y larga distancia”, advierte.

Miguel Salas, en la Selección, durante una competición de beach sprint.

Los Ángeles 2028, objetivo olímpico

En el horizonte, hay esperanza. El beach sprint, con España como gran potencia mundial, puede ser olímpico en Los Ángeles 2028. En la prueba, “muy televisiva”, los remeros deben completar 500 metros en aguas abiertas con salida y llegada en la playa. “Para el espectador, es superbonito. Son regatas de dos minutos y medio, más o menos, y en duelo directo. Suele haber olas, la gente vuelca, hay choques, etc. Hace tres semanas, estábamos en los Juegos Mediterráneos y los del Comité Olímpico Española (COE) fliparon. ‘¡Esto está guapísimo! Hay que darle más bombo’, dijeron”, explica Miramón. El camino olímpico “solucionaría un poco” la situación de su gremio. De momento, no se quiere hacer ilusiones, “porque si no pasa, la hostia, con perdón, sería más fuerte”. Mientras llegan noticias, seguirá ganando. Ahora, en unos Mundiales que pueden ser claves para el cambio.

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