PARÍS 2024 | NATACIÓN ARTÍSTICA

Los Juegos del hambre

Sara Saldaña, reserva en París 2024 del equipo español y que hizo dúo con Ona Carbonell, desconecta de la piscina con reseñas gastronómicas en las redes sociales: “Comer es toda una experiencia”.

París
GORKA LEIZADiarioAS

O está rodeada de agua, la mayor parte de su tiempo, o directamente se le hace la boca agua, cuando puede desconectar. El equipo español de natación artística cuenta en sus filas en París 2024, haciendo las veces de reserva, con una auténtica ‘influencer’, Sara Saldaña, quien lo desempeña en los pocos ratos libres que le deja su tarea como acróbata o saltadora, a la que se ha tenido que reciclar en los últimos tiempos, tras su participación ya en los Juegos de Tokio y anteriormente como parte del dúo con Ona Carbonell.

“Soy saltadora desde hace dos años. De hecho, cuando estaba de pequeña en el club (la AD Sincro Retiro de Madrid) era la que empujaba, estaba abajo, en el medio, de base. Es un trabajo que requiere mucho esfuerzo y muchas horas extra, porque nuestro medio es el agua. Cuando nos sacan de él y nos ponen en el aire, ya nos pesa más”, reconoce Saldaña, que añade a sus habituales tareas “sobre todo ejercicios de control: ir a la sala de gimnasia y probar volteretas laterales, hacia atrás, así como muchos ejercicios de abdomen para controlar el ‘core’ y el equilibrio”.

Y equilibrio también gana Saldaña con su ‘alter ego’, la cuenta de Instagram Olympian Foodie, que cuenta con casi 30.000 seguidores. “Es como un momento de desconexión. A mí me la gastronomía me gusta mucho. Creo que hay dos tipos de persona: quien come por alimentarse y quien come porque disfruta. Yo me reconozco en el segundo tipo, porque para mí comer es toda una experiencia”, expone la madrileña, quien detalla: “Cuando acabo el entreno y me apetece cenar fuera, busco sitios que me hayan salido en Instagram o en Tik Tok, o a veces un restaurante por el que había pasado y tenía buena pinta. Si me gusta, publico una reseña en redes sociales. Si no, ahí se queda. Nunca hay una crítica negativa”.

“Cambios para luchar por el podio”

Su papel varía esta vez en un programa olímpico que por primera vez incluye la rutina acrobática, ya que es una más del equipo pero como reserva, es decir, preparada por si alguna compañera sufre un imprevisto. “Hemos hecho cambios para luchar por el podio”, indica, sobre el ejercicio que presentó España en los pasados Mundiales de Doha. También los hubo este martes en rutina libre: “Mostramos la misma temática, Aladdin, pero hicimos unos cambios sobre todo en la artística y en la dificultad de los híbridos”.

Para dificultad, la que ella misma tuvo hace un lustro, la de emparejarse con Carbonell: “Yo tenía 18 años, era muy jovencita (tiene 23, habla como si tuviera 40), y para mí fue espectacular. Que te enseñe una de las grandes, que me sacaba diez años de experiencia, te hace aprender como deportista y a nivel técnico”.

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