Lorenzo Albaladejo, de participar en unos Juegos a comentarlos

No es lo mismo vivirlo que contarlo. De ahí que sólo alguien que haya estado en unos Juegos Paralímpicos sea capaz de describirlos con tanta riqueza de detalles. Ese es el caso de Lorenzo Albaladejo (Murcia, 1990), que participó en los de Londres 2012 como atleta y ahora afronta sus segundos Juegos (Tokio 2020 y París 2024) como comentarista de RTVE. Sea desde donde sea, una cita así siempre es “mágica”, asegura ilusionado a AS. Lorenzo conoce bien el atletismo y a sus compañeros, dado que es presidente del Consejo de Deportistas del Comité Paralímpico Español desde 2019. “Estoy en contacto permanente con ellos”, explica el murciano, justo antes de poner nombre a esas posibles revelaciones: “Puede ser David José Pineda. Adi Iglesias es favorita y habrá opciones también con Sara Andrés”.

La aventura de Londres 2012 sigue fresca en su memoria. “Tuvimos sold out en todas las jornadas y se metieron 70.000 u 80.000 personas en el estadio sin parar de gritar. Te sientes estrella de rock por un día. Muchos pensarán que eso es lo más espectacular, pero a mí lo que más me conmovía era darme un paseo por la Villa y convivir con los deportistas de tantos países y culturas tan diferentes. Te das cuenta de que no es tan difícil llegar a puntos de entendimiento”, defiende Lorenzo, que se trajo dos diplomas: uno por su sexto puesto en los 100 metros y otro por su séptima posición en los 200 metros de la clase T38. La final de los 100 se catalogó como “uno de los eventos del día para la prensa inglesa”, advierte, poniendo el acento en la cobertura informativa. Supuso un antes y un después en cuanto a visibilidad: “Salí a recoger a mis tíos a Westfield London, un centro comercial cercano a la Villa, y fliparon. Nos paró un grupo de chavales de entre 12 y 15 años y me pidieron muchísimas fotos”.

A los deportistas los puso en el foco, hasta el punto de sacudir la concepción que la sociedad tenía de ellos. “Cambió el paradigma de los paralímpicos y se pasó de ser discapacitados que hacen deporte a deportistas de élite”, desarrolla el murciano, que subraya la importancia de aquella cita. Sus únicos Juegos como atleta fueron, además, unos Juegos únicos. “Cualquier edición conlleva impacto, pero el realmente importante es el legado. Esa huella que deja. Londres 2012 demostró que cuando la sociedad de un país se vuelca con un mensaje, el resultado es escandaloso”, argumenta Lorenzo, quien tiene una parálisis cerebral —sufrida a causa de una hipoxia cerebral grave durante su nacimiento— y coleccionó 18 títulos de campeón de España, se colgó nueve medallas en campeonatos de Europa (un oro, cuatro platas y cuatro bronces) y se hizo con la plata en 100, 200 y 400 metros en los World Games de Sant Cugat en 2018.

Se retiró en 2020 y ahí dio el salto. De las pistas a los micros. De volar a reparar en las pequeñas cosas. Por eso, ese otro debut tampoco lo olvida. “Comenté para TVE los Juegos de Tokio 2020, que estuvieron marcados por el COVID y el cambio horario. Eso me quitó mucha presión en mi primera vez. A pesar de que iba a ser difícil captar la atención del público español, los datos de audiencia fueron buenos”, desvela el murciano, que ha conseguido imprimir un estilo propio a sus comentarios: “Quiero transmitir a la gente la sensación que tiene el deportista desde abajo. A veces se peca de querer contar demasiadas cosas y lo importante es lo que está pasando. No quiero quedarme en las marcas o la posición del ranking que ocupan, sino contar su evolución y esos detalles humanos que dan un valor diferencial a la retransmisión. Recuerdo que, en el caso de Gerard Descarrega, hablé de su hija Martina que le estaba viendo a pesar de ser tan chiquitita”.

París ya es un nuevo capítulo de su historia. Sus terceros Juegos. Los segundos en un estudio. “Nosotros nos hemos quedado en España. Es horario europeo y la audiencia va a ser aún mayor. Desde Londres 2012, no hemos tenido una fiesta de ese nivel”, afirma Lorenzo emocionado. Las cosas han empezado bien, pero se muestra cauto con el papel de los nuestros. El objetivo no es fácil: superar las 36 medallas de Tokio y los 102 diplomas. “Ha sido un ciclo diferente, de tres años. Además, ha habido un cambio generacional. Y luego hay países, como China y Reino Unido, que llevan todo el ciclo sin aparecer y el año de los Juegos empiezan a sacar marcas asombrosas. Se guardan sus cartas”, avisa.

Estos Juegos serán también recordados por la equiparación en los premios para olímpicos y paralímpicos, aunque el murciano va más allá. “El Plan ADOP está centrado en la obtención de medallas. ¿Y cómo ayudamos a quienes aún no han llegado? La próxima reivindicación debe estar en la base y la tecnificación”, apunta Lorenzo, quien trabaja precisamente en ese acceso al deporte para las personas con discapacidad o en riesgo de exclusión social. Su proyecto se llama Escuelas deportivas, corriendo tras un sueño. “Hemos creado varias en Latinoamérica y ahora queremos hacerlo por toda España de la mano de empresas. Yo superviso todas. Además de contar con entrenadores de primer nivel, se les paga el material deportivo. Tenemos la de Murcia en marcha y estamos negociando para abrir otra en Madrid”, desliza el atleta, que ve en el deporte una herramienta para la inclusión. Para la igualdad también de oportunidades...

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