La sincro rusa cambia de era: la imbatible Romashina releva a Pokrovskaya
A la legendaria seleccionadora desde 1998, que con las nuevas normas ha “perdido el interés”, la sucede la más laureada de la historia, con 7 oros olímpicos, 21 mundiales y sin derrotas.
Parecía completo el retorno de la natación artística rusa a la competición internacional, que se produjo el pasado julio en los Mundiales de Singapur 2025 y que el llamado equipo neutral B saldó con ocho medallas (tres oros, tres platas y dos bronces), una menos que España, y con el hito histórico en negativo de que, por primera vez este siglo, cedían los títulos en rutinas en las que participaban. Pero su federación ha dado un giro, que se oficializaba este lunes mediante una comparecencia en Kazán y que supone un auténtico cambio de era.
Deja su cargo de seleccionadora la legendaria Tatiana Pokrovskaya, que lo ostentaba desde el lejano 1998, lo que le convirtió en la entrenadora que llevó a Rusia a lo más alto durante más de dos décadas, imparable, con un pleno de medallas olímpicas entre Sídney 2000 y Tokio 2020, hasta la suspensión de los deportistas del país por la invasión de Ucrania, en 2022. La líder del mejor equipo sincronizado de la historia, de 75 años, aparentemente ha dimitido, si bien continuará como asesora. “Con las nuevas reglas, había perdido parte del interés, se ha perdido el efecto sorpresa”, esgrime en el canal de noticias Match TV.
Pero si mítica es Pokrovskaya, no menos lo resulta su sucesora. Que, de hecho, fue durante muchos años su pupila. Se trata de Svetlana Romashina, la nadadora artística más laureada de todos los tiempos, campeona imbatida en todas las competiciones a las que se presentó y auténtico quebradero de cabeza para las españolas entre 2008 y 2021, cuando rivalizó consecutivamente con Gemma Mengual, una Andrea Fuentes que ahora será su contrincante en los banquillos y con Ona Carbonell, para retirarse en 2023, en pleno veto a Rusia.
“Tiene mucho que aprender”
Romashina, ganadora de siete oros olímpicos, 13 europeos y 21 mundiales, que jamás cayó del cajón más alto del podio, da el gran salto a sus 36 años desde el equipo júnior, con el que colaboraba. “Tengo grandes esperanzas puestas en ella”, asegura Pokrovskaya, quien añade: “Tiene una larga trayectoria en la selección nacional, fue una deportista excepcionalmente fuerte, aunque como entrenadora aún tiene mucho que aprender”.
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La Copa del Mundo de 2026, con parada en Pontevedra, y los Europeos de París, en agosto, serán las primeras piedras de toque para la nueva era de la gran superpotencia histórica en la sincro.
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