HOCKEY | COPA DEL MUNDO

La saga Iglesias 30 años después

Belén es una de las integrantes de la Selección femenina que compite en el Copa del Mundo en el Estado Olímpico Terrasa, donde juegó su padre en Barcelona 92. Su madre y su hermano, pegados al stick.

José Antonio Iglesias (Cantabria, 1965) fue uno de los integrantes de la Selección masculina de hockey que compitió en los Juegos de Barcelona (5ª). Han pasado 30 años de aquello y su hija Belén, que no había nacido en esa cita inolvidable (26 años cumplirá este miércoles), pisa ahora el mismo suelo en la Copa del Mundo de Hockey de Terrassa y Amsterdam (Holanda). “Cuando en la pantalla nos pusieron un vídeo de aquellos Juegos se me ponía la piel de gallina”, recuerda ahora, inmersa en una fase de grupos que vivirá una jornada determinante este jueves ante Corea del Sur a las 21:30.

Belén Iglesias fue la primera goleadora de este Mundial. A los cuatro minutos ante Canadá, ya puso por delante a una España que ha llegado con una renovación importante y un cambio físico que espera que le lleve a esas semifinales que no pudieron alcanzar en los Juegos de Tokio. “Hicimos un trabajo intenso, de mucha fuerza y velocidad. Las jóvenes están como motos, todas nos ayudan en esa faceta y las más veteranos llegamos a nuestro límite”, explica, mientras recuerda aquel momento dramático en el Estadio de Oi en julio en la noche tokiota: “Nos quedamos con la miel en los labios, creíamos que podíamos ganar a Gran Bretaña”.

Pero el duelo fue corto, aunque intenso en un otoño de cambios en el equipo. Belén Iglesias se mantiene como una de las jugadoras más consolidadas del equipo de Adrian Lock, un técnico que conoce muy bien: “Estuve con él en la Sub-21. Quedamos cuartas del mundo y fue histórico. Continúa con la misma mentalidad y mensaje. Su filosofía de trabajo es impresionante. Nos hace entender sobre el juego y sobre los rivales”, explica una jugadora que compite en la liga alemana, donde ha echado raíces laboralmente.

España, en Terrasa.Europa Press SportsGetty

“Esta es mi cuarta temporada en Alemania (Grossflottbeker de Hunburgo). Mejoré deportiva y personalmente. Además estoy trabajando y hasta nueve compañeras vinieron a verme jugar ante Argentina”, comentó Iglesias. Lástima que el resultado no pudo acompañar, pero sí el mágico ambiente en el Estadio Olímpico. Iglesias se graduó en ADE Internacional y trabaja en una empresa que comercializa con materias privas relacionadas con la cerveza. “Ahora me encargo del riesgo financiero”. La cerveza, prohibida en la Selección. “No, no, aquí somos más de batidos”, apunta la jugadora madrileña, socia del Club de Campo, donde jugó su madre. Su hermano Álvaro también es otro de los clásicos de la Selección española dirigida por Max Caldas.

Su tío fue el primero de la familia. Le acompañó su padre y tanto su hermano como ella forman la segunda generación de la familia. “No recuerdo cuando cogí el primer stick, seguramente en la cuna”, detalla. Su historia es habitual en un deporte familiar que busca el podio en Terrassa, el epicentro del hockey mundial. “El reto siempre es lo más alto. No ganaremos el último partido si no nos centramos en cada partido. Jugamos en casa y soñar seguimos soñando todos”.

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