JUEGOS PARALÍMPICOS PARÍS 2024

La mayor ovación de la Défense Arena se la llevó un español: Miguel Ángel Navarro

El nadador quedó séptimo en los los 50 metros espalda S1, categoría reservada a los deportistas con mayor discapacidad física. “Se caía el estadio. Parecía francés de lo que me animaban”, bromea.

París

No ha habido medalla que haya sonado igual. La mayor ovación de la Défense Arena se la llevó un nadador español, Miguel Ángel Navarro (San Sebastián de los Reyes, Madrid, 2004), en la prueba de los 50 metros espalda S1. Una categoría que está reservada a los deportistas con las mayores discapacidades físicas. Quedó séptimo y mientras nadaba puso en pie a toda la piscina. Hubo aplausos, gritos... Unos decibelios que no alcanzaron ni los hermanos franceses Alex y Kylian Portal, que tenían hasta posters con su cara en la grada. Ni siquiera Teresa Perales con su histórica caza a Phelps.

“Fue espectacular. Nunca había vivido algo así. En muchas competiciones he sentido el apoyo de la gente, pero nada parecido. ¡Parecía que era francés de lo que me animaban!”, bromea el nadador, que prosigue: “Se caía el estadio. No vi nada igual los otros días en la piscina”. Ese momento mágico lo vivieron también sus padres y sus hermanos pequeños, presentes en estos Juegos. “El grupo de WhatsApp de la familia estaba lleno de fotos. Seguro que tienen algún vídeo con esos instantes”, cuenta Miguel Ángel, que todavía sigue en una nube. No es para menos porque ha hecho historia. Es el primer español en la historia que participa en dicha prueba.

Se cierra así el círculo. “Mi madre, Sonia, fue la sobrecargo que llevó a la delegación española en el vuelo a París”, desvela este estudiante de Derecho y Periodismo en la Universidad CEU de Madrid, que nació con amioplasia muscular congénita y posee una discapacidad del 93%. Miguel Ángel no olvidará ese 31 de agosto de 2024, cuando toda la Défense Arena se puso en pie para ovacionarle. “Fue espectacular. Competir delante de tanta gente en una final paralímpica y sentir ese respaldo del público es la recompensa a tanto tiempo trabajando. No tengo palabras. Estas cosas sólo se viven en los Juegos. Lo sentí durante toda la carrera”, incide.

Lo mejor de todo fue poderlo compartir con su familia, con su novia... “Pude acercarme a ellos antes de la competición y luego los localicé en la grada, porque estaba con una bandera de España. ¡Salieron un montón por televisión! Los enfocaron muchas veces”, explica emocionado. Ellos son su motor. Su ayuda. Los pilares sobre los que se cimenta un sueño hecho realidad. “No lo hubiera podido hacer sin ellos. Mi familia siempre ha estado ahí. Mis hermanos se han tenido que comer muchas clases de natación para que yo pudiera ir. Así, mis padres nos llevaban a todos”, recuerda.

Tras un par de temporadas dedicándose a la natación y su destacada actuación en las World Series de Indiannapolis en primavera, el madrileño ha cumplido el reto de París 2024. El primero de los muchos que atesora, porque se define como un activista de la inclusión y la educación. Lo hace también desde su micrófono como colaborador de un programa de radio local de Madrid y desde su ejemplo. Digno de ovación.

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