La guinda de Blai Mallarach
El atacante, que luchará por ir a sus cuartos Juegos antes de retirarse este año, disputa con el Sabadell y ante el potente JUG la final a cuatro de una Euro Cup que él ganó hace 20 años.
Cantaba Gardel que 20 años no es nada, y así lo cree también Blai Mallarach. El legendario internacional español, que ya ha tomado la decisión de colgar el gorro al final de esta temporada, roza con la yema de los dedos una Euro Cup que, con distinta denominación y formato, ya conquistó en 2004 con el CN Barcelona. Ahora, como jugador del CN Sabadell, afronta la semifinal ante el potentísimo JUG (17:45, Esport3) y, de superarla, este sábado a las 20:00 se mediría en la final con el ganador del Primorje-Spandau de Berlín. Será, además, en Rijeka, Croacia.
“Es curioso, porque piensas en una competición de hace dos años y parece que hayan pasado cinco, y sin embargo de aquello crees que no hace tanto”, destaca el atacante sobre el título cosechado hace dos décadas, pero también sobre el que perdió en 2022 en semifinales, entonces como rival de un CN Sabadell que acabó llevándose el título por primera vez en su historia, y al que él se incorporó el pasado verano. “La Euro Cup es una buena guinda, tras haber llegado a la final de la Copa del Rey y antes de los playoffs de la Liga. Hacer un buen partido ante el JUG nos puede dar alas para soñar”, manifiesta a AS.
Apartados de la segunda fase de la Champions por un solo punto, se reencontrarán los vallesanos con su excapitán y Mallarach, con algo más que un compañero de Selección: Sergi Cabanas, ahora en el JUG. “Siempre es un placer jugar contra amigos de calidad, que te exigen estar concentrado. Sergi aporta mucho ritmo, es imprevisible por todos los recursos que tiene. Está en el JUG gracias a los grandes años que hizo en el Sabadell”, analiza el zurdo. “Seguramente nuestra plantilla y la del JUG tienen más visibilidad porque nutren las selecciones. A priori sí partimos como los dos favoritos”, razona, cuando se le pregunta si se trata de una final anticipada.
Considera Mallarach, quien militó una temporada en el Mladost de Zagreb y que por tanto conoce perfectamente Croacia, que “jugar en Rijeka no nos va mal, será un ambiente más de waterpolo que de decantarse por un equipo. Habrá afición del JUG, pero por suerte no se juega en Dubrovnik, con la atmósfera que allí se crea”. Y lo sabe bien igualmente porque, con España, entre la catedral del JUG y Zagreb, fue capaz en enero de conquistar el primer Europeo en la historia de un combinado masculino cuyo seleccionador, David Martín, estará presente en esta final a cuatro de la Euro Cup.
“Esta competición es un premio para los equipos que apuestan por el waterpolo aunque no tengan el presupuesto ni los recursos para competir con los grandes. El Sabadell apuesta por muchos deportes, mantiene la esencia de club deportivo y social, al que la gente viene a educarse”, valora Mallarach sobre los motivos que le impulsaron a moverse hasta Can Llong. “Muchos clubes sólo miran los números, ven el waterpolo y otras secciones como un gasto, pero si se entiende el deporte como formativo y social debes apostar por ser un club educador y referente en la ciudad”, apostilla.
Pese a todo, avisa el catalán que su decisión de retirarse es irrefutable: “Tengo decidido que la próxima temporada colgaré el gorro. Físicamente, con 37 años, ya no me toca. Podría seguir jugando otro año, pero no me apetece no poder ofrecer mi máximo nivel. También por mi momento familiar y mi inmersión en el mercado laboral, debo dar un paso al lado y ver el waterpolo desde la barrera”, asegura Mallarach, licenciado en Administración y Dirección de Empresas, que cursa un Máster y que tiene previsto adentrarse en una empresa familiar que se dedica, entre otros menesteres, a la construcción de techos de piscina.
Pero antes lo seguirá poniendo todo para despedirse por todo lo alto. Tras participar del título continental de enero y del bronce mundial de la Selección española en febrero, en Doha, el veterano internacional sueña con ese metal que añora su generación: “Pienso estar física y mentalmente preparado para dar lo mejor de mí, luchar por ir a estos Juegos y ayudar al equipo a intentar conseguir este oro olímpico que le falta a este bloque. Es lo que cerraría el círculo”, suspira el gran zurdo de España.
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