Juan Cruz Belluati, el zurdo que formó en la pista a Galán y a Lebrón
“Yo sabía que juntos podían llegar donde están, por la calidad que tienen”, asegura el drive argentino que también fue compañero de Navarro.
Hoy se ha enfrentado a dos jugadores que para él son muy conocidos, porque Juan Cruz Belluati (Buenos Aires, 28 años) formó pareja con Ale Galán “una temporada y media”, y con Juan Lebrón “casi 10 meses”, que ahora forman la mejor dupla del mundo. Con ambos fue el drive, por su condición de zurdo, y aunque no intuía que algún día Lebrón cambiase la posición “estaba clara desde el principio la polivalencia de Juan”. “En el momento que se supo que ellos dos iban a formar pareja, no tuve duda de que iban a pelear por ser los números uno”, cuenta el argentino afincado en Villanueva de la Cañada.
“Con los dos he tenido una gran experiencia. Con Galán en seis meses éramos la sexta pareja, y con Lebrón dispute dos finales”, recuerda Belluati, que si se tiene que quedar con uno de ellos se decidiría “por Alejandro, pero por un tema personal, porque somos buenos amigos”, asegura, y también dice que “Lebrón ha ido cambiando. Es un jugador que lo vive todo con mucho temperamento; para los bueno y para lo malo, y un gran tipo”.
-¿Por qué duraron tan poco con usted?
-Galán se fue como Mati Díaz y Lebrón con Juan Martìn. ¡Yo hubiese hecho lo mismo! Cuando te llaman jugadores de ese nivel, y eres un joven que quiere progresar, pues no lo dudas, no te queda más remedio que irte.
Los tres mejores jugadores españoles del ranking han sido pareja de Belluati, “porque con Paquito Navarro también jugué, un Master”, asegura. Y ahora forma pareja con Silingo, “un veterano”, él que siempre se ha manejado con jóvenes: ·”Es otra forma de ver la situación, y de ganar experiencia. No tengo ansia por nada, aunque lógicamente me entreno cada día con la vista puesta en la cima”.
-¿Hay mirlos blancos entre los jòvenes que quieran ser también números uno?
-Estábamlos esperando este camada de chicos, que han venido en tromba. Ahora quiero distrutar con Silingo lo que nos depare el tiempo.