España y sus “tatuajes prohibidos”, a por la final ante Australia

Camino a otra final, la cuarta del mundo, la décima contando Juegos y Europeos, y todo ello en 15 años de ensueño para la Selección femenina de waterpolo, que este miércoles a las 11:30 (Teledeporte) se medirá a Australia, la sorpresa que eliminó a Grecia en los cuartos de final en los Mundiales de Natación de Fukuoka. Una estancia por Japón que les ha servido también a las ‘guerreras’, intrépidas y competitivas como ninguna, para vivir sus peripecias, especialmente en el hotel de concentración que está ubicado en un centro comercial de la ciudad.

Debido a los horarios, España no ha realizado doble sesión de entrenamiento, como era lo habitual en anteriores competiciones, sino que ha hecho un entrenamiento en la piscina asignada por la organización y unos pequeños ejercicios en el gimnasio y en la piscina del hotel. Una piscina ubicada en la décima planta con unas normas que le han causado más que un apuro a los técnicos. “Nos han dejado pasar al gimnasio, pero cuando queríamos ir a la piscina no nos han permitido el acceso porque está prohibido bañarse si llevas tatuajes. Es un asunto cultural, para ellos es una falta de respeto”, advierte Anni Espar, la única del equipo junto a Ariadna Ruiz y Cristina Nogué que no llevan ninguno en el cuerpo. La más exagerada en este aspecto es Paula Camus, que luce hasta 30 y, claro, cuando la vieron encabezando el grupo con una camiseta de tirantes saltaron las alarmas: “Le ofrecieron unas vendas o una chaqueta para que se tapara”, cuenta Espar, divertida.

Momentos de desasosiego que da una competición tan exigente, lo que le transmite la barcelonesa, junto con Laura Ester, Maica García y Pili Peña las veteranas, a las más jóvenes. “Ellas ven que ir a los Juegos es algo natural, pero el otro día les comenté después de la comida que nos lo tenemos que tomar como un Preolímpico. Que no es fácil ir a los Juegos aunque ahora lo vean como algo lógico. Hay que atarlo ya”, aseguró. Y lo sabe bien la jugadora del CN Mataró, que vivió el emblemático Preolímpico de Trieste (Italia), punto de inicio de los éxitos, que les permitió eliminar a las campeonas mundiales y conseguir el pase a Londres 2012, donde fueron plata; y el taquicárdico de 2016, celebrado en Países Bajos, subcampeona mundial que quedó eliminada por España en su casa. Si ahora las españolas ganan a Australia, cogerán billete directo para París. Esa es la prioridad.

Para que eso ocurra, deberán doblegar a Australia, un equipo que Espar conoce bien ya que ha jugado en dos etapas recientemente. En ambas ganó la liga. “Se ha notado que ha tenido varias jugadoras en Europa o Estados Unidos, como Tilly Kearns, Bronte Halligan, Alice Williams, y han ganado un punto extra a la hora de competir. La liga australiana es corta, no compiten todo el año. Es un equipo que tiene jugadores jóvenes. Ya jugaron muy bien contra Estados Unidos·”, analiza una de las mejores jugadoras europeas de la última década.

Curiosamente, la derrota de Estados Unidos ante Italia en los cuartos de final, pilló a Espar echando la siesta, pero cuando se enteró del resultado al despertarse “vi el último cuarto... No te lo esperas pero algún día sabes que acabarán cayendo. Cada vez lo veíamos más cerca”. Estudiante de un Máster de Comercio Exterior (tuvo que dedicarle una tarde libre en Japón para acabar un trabajo y por eso no aparece en la fotografía de grupo), el seny del equipo de Miki Oca lo vive “con las mismas ganas e ilusión” porque “cuando ya pierde las ganas de estar arriba y ganar, mejor dejarlo”. Las guerreras llevan ya más de una década con eso lema.