España, un “ave fénix”: plata y bronce hacia Los Ángeles

Sólo la mala fortuna, una variable a tener en cuenta en la disciplina, pudo evitar que España volviera de los Mundiales de beach sprint con dos oros. Este domingo, Adrián Miramón, con ocho medallas mundiales (cinco en larga distancia, endurance, y tres en la corta, el beach sprint propiamente dicho), cerró el medallero de la delegación con una plata. El sábado, en categoría absoluta, ya habían abierto el recuento Esther Briz y Ander Martín, campeones de Europa y del mundo en 2021 y 2022, que se colgaron el bronce. Dos preseas que señalan el camino a seguir hasta Los Ángeles 2028, cuando la prueba será olímpica. A día de hoy, un caladero casi seguro de alegrías; ahora, el objetivo es que siga siendo así en estos cuatro años. El inicio estuvo en Génova (Italia).

En el caso de Briz y Martín, que llegaban al mar italiano como pareja imbatida, un problema mecánico en el bote les impidió llegar a la final, dentro de ese entramado de contratiempos. “Estamos bastante disgustados. El asiento estaba atascado. No parece ni siquiera una derrota porque nunca luchamos, pero nos pusimos de pie y demostramos nuestras posibilidades en la final B”, lamentó la aragonesa, diploma en los Juegos de París en remo tradicional. En esas semifinales en las que ni compitieron, su tiempo (03:38.22), frente a Italia (02:40.73), fue totalmente irreal. En la lucha por el tercer puesto, contra los australianos Blake Whyatt y Elizabeth Newell, lo dejaron claro con el mejor crono de toda la competición, unos 02:17.21 minutos que estuvieron muy por debajo de los 02:26.07 que valieron el oro, para Lituania.

Este domingo, la mala fortuna siguió con Miramón, con una caída durante la final (02:43.21), contra el estadounidense Christopher Bak (02:33.32). “Estoy muy feliz. Soy un ave fénix, nunca muero. En los últimos metros, no tenía más gasolina en el cuerpo. Hasta que no suena la bocina, a pesar del problema en el embarque, la regata continúa y es en estos momentos en los que hay que pensar en todo el trabajo hecho para llegar aquí y pelearlo”, valoró el remero andaluz, que a sus 33 años es una leyenda viva de la disciplina, muy en la línea de lo que a día de hoy persigue el Comité Olímpico Internacional: velocidad, dinamismo y espectáculo. Las tres palabras definen a la perfección al beach sprint, en el que se parte corriendo desde la playa, se reman 500 metros y se vuelve para esprintar hasta la línea de meta.

Con el futuro asegurado

En Génova, como es habitual, España, con u nuevo centro de tecnificación especializado en Los Alcázares (Murcia), volvió a estar entre los mejores países del mundo. No se pudo llevar el medallero, conquistado por Estados Unidos, pero añadió seis metales más a su historial (también se cuentan las medallas en categoría júnior), el más amplio de siempre, con diez oros, cinco platas y tres bronces en cinco ediciones de los Mundiales. A ello, contribuyeron un buen puñado de generaciones que, en Italia, se destaparon con multitud de éxitos juveniles, con un oro para Andrés Washington y Marlo Liarte, platas para Lucía Navarro y el doble scull conformado por Mª Ángeles Macián y Zaira Nieto, y un bronce para Nicolás Ibarra y Carmen Jarabo. El futuro está asegurado y Los Ángeles, a la vista.

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