El tremendo agujero de París 2024: 6.650 millones de gasto, 293 de retorno

El informe económico de ‘La Cour des Comptes’ presentado esta semana al Parlamento francés es demoledor. Tras hacer un exhaustivo estudio de los gastos públicos de los pasados Juegos Olímpicos y Paralímpicos, la institución suprema de auditoría del dinero público de Francia, ha dado unos números mucho más elevados de los anunciados. La aportación del Estado y de las colectividades territoriales fue de un total de 6.650 millones de euros (700 más de lo previsto) con un retorno de 293,6 millones procedentes de la recaudación fiscal, la tarificación especial del transporte y las ventas publicitarias de ‘France Télévision’: un 0,07 % del PIB en 2024 frente al 0,25 % estimado por el Insee.

Eso sí, el informe sostiene que resultaron casi dos veces menores los costes para las arcas públicas que, por ejemplo, los de Londres 2012, aunque alerta sobre el capítulo de seguridad, cuya infrapresupuestación fue notable: frente a los 200 millones calculados en el dossier de candidatura, el gasto real ascendió a 1.440. O las obras para garantizar el uso del Sena, estimadas en 331. En la parte positiva subrayan que las infraestructuras se ajustaron a lo esperado y que la liquidación del comité organizador dejó un excedente de 75,7 millones, lo que evitó recurrir a la garantía estatal.

Fríos datos que, sin embargo, según ‘Le Monde’ ha provocado un enfrentamiento entre el organismo galo y los responsables olímpicos, ya que reprochan que el informe haya incluido gastos que no considera directamente vinculados a los Juegos, como prolongaciones de metro, enterramiento de líneas eléctricas o sobrecostes de la renovación del Grand Palais, así como la construcción de escuelas. Además, Tony Estanguet, presidente del comité organizador, asegura el coste público real no superó los 2.500 millones y denuncia problemas de rigor y un sesgo sistemático contra el proyecto.

Aparte del aspecto puramente económico, el Gobierno defiende que la inversión en transporte, vivienda y la descontaminación del Sena representan mejoras duraderas, pero diversos colectivos sociales denuncian fenómenos de gentrificación, desalojos y un ‘maquillaje social’ que beneficia más a la imagen internacional de Francia que a sus ciudadanos más vulnerables. Todo esto abre de nuevo el debate sobre si organizar unos Juegos es un sueño o un enorme riesgo. De hecho, cada vez menos ciudades están dispuestas a asumir los riesgos financieros y políticos asociados. Los Ángeles 2028 fue adjudicada sin competencia tras la retirada de otras candidaturas, y la última edición de invierno en Pekín 2022 tuvo que celebrarse en instalaciones artificiales en pleno desierto, ejemplo de las anomalías a las que se enfrenta la organización.

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