RUGBY SEVEN | SERIES MUNDIALES
El seven español se la juega en Madrid: “Si bajamos no se acaba el mundo”
María Ribera y Paco Hernández, los seleccionadores, exponen en AS lo que está en juego. Las Series Mundiales son el 4,6% del presupuesto de la RFER.
Madrid no será la tumba del seven español. Hay mucho en juego este fin de semana en el Estadio Metropolitano de Madrid, escenario de las Finales del remozado formato de las Series Mundiales (desde este viernes a las 12:00 en Movistar Deportes 3), pero tampoco es un todo o nada. Se esfuerzan en recalcarlo a AS María Ribera y Paco Hernández, los seleccionadores nacionales masculino y femenino, respectivamente. “No se acaba el mundo si no conseguimos la permanencia”, coinciden ambos.
El sistema es simple. En ambos sexos se han configurado dos grupos de cuatro equipos cada uno. Primero, un todos contra todos y después, en función de la clasificación, cruces a vida o muerte. El futuro de un proyecto condensado en 14 minutos. “No se acaba el mundo, si ni se acabó con la pandemia de COVID (risas). Pero es importante la permanencia, claro. Es darle continuidad a un proyecto que ha demostrado este año que puede acercarse a los ocho primeros puestos. Bajar sería un freno a eso, pero habrá que reestructurar, ver qué quiere la Federación y, a partir de ahí, ver cómo volvemos a las Series Mundiales. Creo que tenemos capacidad suficiente para estar y debemos seguir un año más. Permanecer es tener una vía muy trabajada de cara a Los Ángeles 2028″, cuenta Hernández. “Estamos centradas en el presente, en mantenernos. Sabemos que el mundo no se acaba si bajamos. El objetivo inmediato sería volver”, respalda Ribera el balance de posibles daños que hace su compañero.
Ponerle cara al principal problema que supondría perder la categoría es hablar de cifras. La presencia de ambas selecciones en las Series Mundiales le reporta a la Real Federación Española de Rugby 600.000 euros anuales de su homóloga internacional, World Rugby, que representan el 4,6% de un presupuesto de 13 millones (en principio era de 12, pero desde el ente aseguran a este diario que las previsiones acercan esa cifra) como el actual. No es el pan y la sal de la RFER, pero sí una partida importante en su planificación que ayuda a sufragar los elevados costes de dos equipos que se pasan el año girando alrededor del mundo (este año han visitado Dubái, Australia, Los Ángeles, Singapur, Ciudad del Cabo, Vancouver, Hong Kong y ahora Madrid). En el caso del combinado femenino además llovería sobre mojado, porque la no clasificación para los Juegos Olímpicos, que en el caso de los chicos aún es posible, significa la pérdida del ADO.
Ocurra lo que ocurra, tanto Ribera como Hernández confían en los esfuerzos de la Federación por mantener sus proyectos a flote. “Descender tendría un carácter negativo seguro, pero la Federación tendrá un plan B. La Selección seguirá y trabajaremos para volver a las series. La Federación apuesta por los cuatro equipos nacionales, los dos de XV y los dos de seven. Ha soportado la no clasificación de las chicas para los Juegos bien y se les dará continuidad a todos los proyectos”, apunta Hernández. “Están muy encima de los dos proyectos, incluso sin habernos clasificado para los Juegos. Han hecho un gran esfuerzo. Los recursos no serán los mismos, porque el apoyo de World Rugby no será el mismo. Pero sabemos que la Federación va a trabajar duro para que el seven siga en la élite”, opina Ribera.
Grupos ‘trampa’
La primera fase, con dos partidos el viernes y uno el sábado, es en cierto modo engañosa para el ojo poco habituado a esta disciplina. Los chicos han evitado a Uruguay, campeona del Challenger, pero tienen a Samoa y Kenia, dos equipos ultrafísicos, en su grupo además de Chile, que ha crecido exponencialmente en los últimos tiempos. Lo ideal sería encontrarse a Alemania en el cruce, pero para eso todo apunta que tendrán que quedar primeros del grupo. “Sobre el papel son los de menor nivel, pero las Series Mundiales son muy dispares. Nosotros mismos en Vancouver competíamos por no ser últimos y la semana siguiente hacíamos nuestras primeras semifinales. Todo está muy igualado y hay que estar preparados sea quien sea”, avisa Hernández, que asegura que el equipo está “con mucha confianza” y bien trabajado “física y tácticamente”.
Las chicas, además de Japón, que marcó el corte de la lucha por la permanencia, tendrán que lidiar con China, país de escasa tradición pero con un equipo de velocistas, y Polonia, que suele dar guerra en los Europeos. “Nuestro grupo es el fuerte, pero tiene la ventaja de que luego te cruzas con el ‘flojo’. En el seven no hay nada escrito y cualquiera te puede hacer daño, así que cada partido tiene que ser una final. Si pudiera elegir un cruce, elegiría no tener ninguno (risas)”, analiza Ribera.
En cuanto al factor cancha, tanto Hernández como Ribera creen que suma más de lo que resta. “Tenerlo en el Metropolitano es muy importante. El rugby a siete no se conoce tanto como el XV. Hemos tenido pocas oportunidades de jugar en España y esto puede ser una catapulta. Que la grada española esté llena hace que estemos a tope, pero no nos puede distraer de dar nuestra mejor versión”, argumenta Paco. “Siempre en casa”, le sigue María. “Creemos que la gente del Metropolitano será un jugador extra. No hay nada mejor que hacer lo que más te gusta delante de tu gente”, añade. Y si es con final feliz, mejor que mejor.
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