El Polo se reencarna en La Estupa

Asomaba La Estupa, el templo budista más grande de Europa, en Benalmádena, tras la portería en la que se decidió la Copa del Rey de hockey hierba 2023-24. En la tanda de ‘shoot out’, tras un trepidante 2-2 en el tiempo reglamentario, se reencarnó el Real Club de Polo en el campeón que no conseguía ser desde 2020 aun habiendo logrado más títulos que nadie, 32 ya en su historia, el sexto con un Carlos García Cuenca que ha regresado esta temporada para dirigir a un equipo que no conoce la derrota. Se quedó con la miel en los labios el Atlètic Terrassa, igual que el año pasado, y de nuevo en los ‘shoot out’.

Con mucho respeto mutuo, marcajes individuales y más flicks que acercamientos al área rival con la bola pegada al stick se sucedieron los primeros compases de una final que, ante tal tesitura, se empezó a decantar en un penalti córner. Era el segundo consecutivo que servía el Polo, a los diez minutos de partido, cuando Iñaki Zaldua cruzó la bola al palo largo con una precisión quirúrgica para avanzar a los barceloneses. Reclamó el Atlètic un presunto juego peligroso de Salva Armenteras, pero el videoarbitraje lo desdeñó.

Con el alto voltaje propio de una final, como se comprobó en tarjetas verdes como la que vio por un empujón Pau Cunill, echó de menos precisamente el defensa del club egarense algún que otro penalti córner, de los que es especialista, para igualar el marcador en la primera mitad del choque. Sí los tuvieron los de Carlos García Cuenca, que en su cuarto intento estuvieron tan cerca de anotar el segundo gol que Marc Calzado tuvo que hacer un auténtico paradón ante Marc Recasens.

Se fue poco a poco el Polo adueñando del partido, sin permitir que su rival prácticamente cruzara la línea de los 22 metros. Así que, al medio tiempo, la mejor noticia para el Atlètic Terrassa pasaba por lo reducido de su desventaja, por el 1-0.

Sin embargo, tanto fue el cántaro a la fuente que se rompió. Y a los tres minutos de la reanudación, y en su séptimo penalti a córner a favor –que llegó con intriga, concedido por el videoarbitraje tras una reclamación del Polo–, marcó Marc Recasens el 2-0.

Podía dar la impresión entonces que la distancia sería definitiva, pero justo sucedió lo contrario. Y en uno de sus primeros acercamientos claros en todo el encuentro, tan sólo dos minutos después, Pepe Cunill aprovechaba la asistencia de Jordi Bonastre para reducir distancias. Una magnífica reacción que en pocos segundos desembocó en los dos primeros penalti córners, consecutivos, para el Atlètic Terrassa. Y en un ‘stroke’, tan protestado que el videoarbitraje lo anuló por juego peligroso previo de Marc Escudé.

En cualquier caso, para entonces ya se había despertado del letargo el Atlètic, que buscó el gol del empate y no tardó en encontrarlo. Cómo no, fue en un penalti córner convertido por Pau Cunill mediante un auténtico obús marca de la casa. El 2-2, en el minuto 38 dentro de un tercer cuarto movidito.

Aunque la emoción llegó en el cuarto y último periodo. Con tarjetas verdes fruto del nerviosismo, con rapidísimas transiciones, idas y venidas de ambos equipos, y con un doble penalti córner favorable al Polo, a falta de cinco minutos, en que se le multiplicó la faena a un Marc Calzada que volvió a realizar otros dos tremendos paradones.

Le emuló en la otra portería Luis Calzado al minuto siguiente, con un rechace providencial con un pie, cuando el penalti córner había sido favorable al Atlètic Terrassa. El último del tiempo reglamentario, cuando quedaban 46 segundos, fue para un Polo que se topó con Pau Cunill defendiendo entre los palos, dando así paso a los ‘shoot out’.

Taquicárdica fue la tanda, que comenzó con las dianas de Marc Recasens y Guillermo Fortuño para el Polo, y de Quim Malgosa para el Atlètic, pero que se detuvo en los siguientes lanzamientos. Le paró Luis Calzado su tiro a Pepe Cunill, pero pidió el videoarbitraje, se le concedió ‘stroke’ y Calzado volvió a parar, con el stick y la ayuda del palo. También falló Iñaki Zaldua, cuya reclamación cayó en saco roto.

De vuelta a la normalidad, igualó de nuevo Jordi Bonastre, avanzó Marc Reyné al Polo y se topaba Marc Vizcaíno con la mano providencial del internacional español Calzado. Así que Llorenç Piera metía el definitivo 4-2 en los ‘shoot out’, lo que devolvía el título de Copa a los barceloneses, no sin antes atravesar la enésima escena de suspense con una solicitud de videoarbitraje del Atlètic Terrassa que no condujo a nada, salvo a su segundo subcampeonato consecutivo.

El cuadro de honor de esta Copa del Rey de hockey hierba 2023-24 lo completa el Egara, que también tuvo que recurrir a los ‘shoot out’ para imponerse al CD Terrassa, con el que llegó empatado (1-1) al final del tiempo reglamentario. Estuvieron más atinados los de Ramón Sala, que obtuvieron la tercera plaza de esta edición por 3-1 en esa tanda final.

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