Dhers apunta hacia París

“La idea es clasificar y entrenar, clasificar y entrenar, para tratar de llevarse una medalla”, eran las palabras de Daniel Dhers (Venezuela, 38 años) a AS, antes de que empezaran los Madrid Urban Sports. Pese a su deseo de llevarse algún metal en la que podía ser su última participación en Madrid (se retirará después de los Juegos de París), quedó quinto clasificado en la final del domingo en la explanada Central Park.

Para el venezolano los Juegos Olímpicos no son una novedad. Ya estuvo en Tokio, cuando se estrenó esta disciplina como olímpica. Ahí había pandemia, muchas restricciones y poco público. Su deseo es poder disfrutar esta experiencia con ‘normalidad’, rodeado de público: “Va a ser una locura, creo que París va a estar en cenizas cuando terminemos, porque la fiesta que se va a armar va a ser increíble”.

Tras París, Dhers colgará su bicicleta. No definitivamente, pero sí en el campo profesional. Después de 18 años en la élite, el medallista olímpico decide retirarse de la competición. “Me ha gustado poder demostrar que el deporte no tiene una vida corta, que mientras te mantengas activo puedes lograr una longevidad dentro de tu deporte”, sentenció Daniel.

En la presentación de la cuarta edición del Madrid Urban Sports, habló también de su nueva faceta como entrenador de la delegación China femenina, presente también en estas series. Iba a ser la primera vez que competía a la vez que ejercía de preparador. Contaba a AS el motivo por el que decidió aceptar esa oportunidad: “Vivía en Hong Kong hace 20 y pico años, y conocí corredores de aquel lado del mundo, y segundo, porque ellos estaban buscando un entrenador y claro, el final de mi carrera, los resultados que he tenido, y han escuchado lo disciplinado y serio que soy a la hora de competir. Creo que teníamos buena sinergia”. Experiencia que está viviendo de manera “emocionante”, al ver que las corredoras tienen problemas que él tuvo hace 15 años: “Me llama la atención ver en dónde están ellas ahora y saber cómo ayudarlas a lograr sus metas”.

No es tarea fácil compaginar la competición pura y dura, con la responsabilidad de entrenador. Sin embargo, es algo que a Dhers, acostumbrado a ser muy organizado y disciplinado, no le ha resultado muy difícil: “Entendemos que una mano lava la otra, y las dos lavan la cara, entonces nos ayudamos siempre”.

Pese a su retirada cercana, el venezolano quiere seguir vinculado con el deporte. Ejemplo de ello es la academia deportiva de habilidades blandas que ha creado (cómo hablar a la cámara, cómo ahorrar la parte psicológica para los entrenadores, para los padres, …). Con la plata de Tokio, su país lo ha posicionado en un gran referente moral. Dhers dice que le “es importante invertir tiempo en Venezuela porque es un país que está en renacimiento; noto que puedo hacer cosas por mi país”. Su objetivo final, poder seleccionar atletas venezolanos que puedan hacer rutas olímpicas. Con el futuro un poco incierto, lo que está claro es que queda Daniel Dhers para rato.