De la nada a la Victoria

“Estoy en una nube, cualquier deportista ansía llegar a lo máximo, en una Selección absoluta”, concede a AS Victòria Porta (1-02-2000), quien en las semifinales del Europeo de hockey patines que supone su debut con España se cruzará este viernes (20:30 horas, Teledeporte y Esport3) con una Francia a la que precisamente anotó la jugadora su primer gol como internacional, el martes. La cima está alcanzando la catalana, con una increíble historia detrás, como un liderato actual en la OK Liga y un subcampeonato europeo sin salir de casa.

Porque Porta, apellido ilustre ya en las comarcas de Lleida, no procede de una interminable saga de amantes de los patines. Nacida en Vila-sana, de tan sólo 750 habitantes, hasta hace justo dos décadas ni ella ni nadie en el pueblo dominaban ni practicaban hockey. “Casi todas las jugadoras comienzan en este deporte por algún conocido, o porque tienen algún club cerca… No es mi caso”, se arranca Victòria, quien explica cómo en 2003 “la asociación de madres y padres (AMPA) de la escuela de Vila-sana pensó en hacer una extraescolar, porque muchas familias no disponían de los medios para desplazarse a Mollerussa (la localidad con tintes urbanos más cercana). Así que contactaron con clubes de fútbol, de baloncesto… Pero la que más facilidades dio fue una asociación de patinaje”, expresa.

Y ahí empezó todo. “Cedieron cuatro patines, y a partir de ahí nos empezamos a apuntar niñas y niños, montamos un equipillo y poco a poco fue creciendo… Y hasta hoy”. Resumen muy sucinto el de una jugadora que ha visto cómo del patio del colegio aquel Club Patí Vila-sana acabó por ascender a la OK Liga en 2017, por alcanzar la temporada pasada la final de la Copa de Europa (que perdió ante el Telecable Gijón, 6-1) y a liderar en la actualidad el campeonato doméstico. Un cuento de hadas en el mundo del deporte.

“Yo no sabía lo que era el hockey, jamás había visto una sola imagen de este deporte, ni tengo recuerdos previos al hockey”, admite Victòria, que agarró su primer stick con tres años. “Pero me encantó, fui creciendo y encima se me dio bien. He llegado aquí desde la nada. Yo represento a un pueblo muy pequeño, que siente mi debut y mis éxitos como suyos”. No en vano, y procedente de aquella AMPA, el presidente del Vila-sana es su padre, Ramon, y ejerce como capitana su hermana Maria. Y otra jugadora, la portera Anna Salvat, también forma parte de esta Selección que aspira a conquistar este fin de semana su séptimo europeo consecutivo.

Y lo intentará de nuevo ante Francia, a la que ya goleó por un contundente 8-1 el martes en la fase de grupos y que este jueves derrotaba en los cuartos de final a Alemania (2-0), mientras que la de Ricard Muñoz gozaban de un día de descanso merecido por su pleno de victorias, tres, hasta la fecha. Y con el factor campo a favor, en la Pista Josep Jou del pabellón de deportes de Olot (Girona). “Entre unos cuantos han alquilado una casa rural. La gran mayoría me han visto jugar en la calle, caerme, llorar, levantarme… Es precioso”, manifiesta Victòria Porta, que como siempre juega en casa.

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