FID CIUDAD DE LEÓN ABANCA

De la Cruz: “No me gusta que mis jugadores miren la NBA”

Juan Domingo De la Cruz y Juan Antonio Corbalán hablan antes de la segunda sesión del FID de León, que contará con Marta y Rudy Fernández.

León
Javier Casares (AS)

Pocas horas después de un día para el recuerdo en el FID de León, con una ovación eterna a Álex Corretja aún resonando, Juan Antonio Corbalán y Juan Domingo De la Cruz, héroes de aquella plata en Los Ángeles 84 que cambió la historia del baloncesto español, le dieron continuidad a la fiesta deportiva que estos días vive la ciudad. Este viernes, desde las 19:00, los dos formarán parte de una jornada dedicada exclusivamente al básquet. Con ellos, compartirán escenario José Manuel Beirán y Juanma López Iturriaga. Tras su conferencia, con el aforo completo, tomarán la palabra Marta y Rudy Fernández, que en los Juegos Olímpicos de París jugó su último partido como profesional. “El plato fuerte de la edición”, según el director del evento, Francisco del Río, que acompañó a Corbalán y De la Cruz en su charla con los medios, en la que también estuvo el director territorial de ABANCA, Marcos Lamas.

“En primer lugar, quiero darle las gracias al que tuvo la idea”, dijo Corbalán para tomar la palabra, en referencia a Del Río. “Esto puede parecer normal en Barcelona o en Madrid, pero en ciudades como León puede ser un acontecimiento. Los deportistas o los famosos también tenemos nuestro corazoncito y entendemos que todos tienen derecho a comer de este pequeño pastel que es el deporte. El deporte, ahora, se está yendo un poco por los cerros de Úbeda, pero lo bonito del deporte es que pueda ser un ejemplo de vida”, valoró en referencia al FID, que cumple su octava edición. “Yo he estado bastante en León y es una ciudad que siempre me ha gustado. Hemos jugado aquí algún torneo con la Selección. Estoy convencido de que lo vais a pasar muy bien hoy”, añadió De la Cruz, que habló del baloncesto del pasado y del presente.

Francisco del Río (FID), Corbalán, Marcos Lamas (ABANCA) y De la Cruz.Javier Casares (AS)

“Es muy fácil jugar con gente de 2,19 o 2,20 (metros). Nuestro techo era Fernando (Romay), con 2,12 o 2,13 raspados. Teníamos cuatro pívots livianos. Ha cambiado mucho el baloncesto. Yo no podría jugar en este baloncesto. Ni loco. Por la fuerza y el físico”, comparó el Lagarto, que sigue muy ligado a su deporte. Actualmente, es el director deportivo del Bàsquet Mallorca. “Yo tengo un club y trabajo con la base. No me gusta que miren NBA. En todo caso, a los universitarios, porque juegan a otro ritmo y defienden hasta en los vestuarios. Suelo ser bastante anti-NBA. Ahora, los chicos miran mucho eso. Me gusta ser crítico y me da igual que me peguen un palo o no. Ahora, es difícil nombrar los jugadores de un equipo, antes eran equipos identificables. Creo que se está perdiendo un poco el color, la camiseta”, reflexionó.

Rivalidad Barça-Madrid

Entre risas, dejando claro el buen rollo que “siempre ha existido” entre ellos, Corbalán y De la Cruz también rememoraron sus enfrentamientos, el primero con la camiseta del Real Madrid y el segundo, con la del Barça. “Había mucha rivalidad, pero nos respetábamos mucho. Ellos eran imbatibles y queríamos demostrarles que había alguien que les podía hacer frente. Me hace gracia cuando hablan de ‘La Familia’. Lo respeto, pero nosotros éramos una familia también. Nos partíamos la cara por la Selección. Cuando me piden un base, siempre le digo a él”, expresó Juanito, señalando a su compañero. “La rivalidad se queda en el deporte, no forma parte de la vida. Lejos de ser enemigos, hemos sido compañeros de una obra de teatro, aunque nuestros personajes han sido distintos. Yo mismo, con 16 años, estuve a punto de fichar por el Barcelona”, completó Corbalán.

De la mano, en esa Selección por la que se partían juntos la cara, consiguieron una plata que, como se anticipaba, cambió el baloncesto español para siempre. Antes de la generación de oro, estuvieron ellos. Y muchos más. Entre ellos, un Fernando Romay al que, entre bromas por sus capacidades técnicas, ensalzaron. “Sin Romay, aunque muchos digan que no sabía jugar al baloncesto, porque de ser así hubiera estado en la NBA (risas), no hubiéramos conseguido lo que conseguimos. Éramos unos enanos y él nos permitió mirar a los ojos a la Unión Soviética, a Yugoslavia e, incluso, a los americanos. No jugábamos peor que ellos, pero les mirábamos por el pecho”, le dedicó Corbalán, que, entre anécdotas, también homenajeó de forma muy sentida a Antonio Díaz-Miguel, el entrenador que llevó a España a la gloria. Recuerdos que, en el Auditorio de León, se amontonarán.

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