Damián Quintero, últimos katas en España: “La cabeza me ha hecho un click”
El subcampeón olímpico visita AS antes de disputar su torneo de despedida en suelo nacional, los Mundiales de Pamplona. Su retirada definitiva, en el aire.
No sabe cuántas medallas tiene en total. Nadie le puede culpar. Es prácticamente imposible llevar la cuenta. “Me sé las que he conseguido en Europeos y Mundiales, a partir de ahí...”, dice Damián Quintero, subcampeón olímpico de kárate kata en los Juegos Olímpicos de Tokio, campeón del mundo por equipos en 2014, cuatro veces subcampeón planetario a título individual, oro europeo en once ocasiones y el mejor de la historia según la Federación Internacional. En suma, uno de los deportistas, independientemente de la disciplina, con más distinciones del globo, con un total de 130 metales, aproximadamente. Las bases de datos colapsan. “La mayoría (de medallas) las tiene mi madre en Málaga, aunque muchas se han quedado en Madrid por aquellas fotos que sacamos (en 2022, celebró sus 20 años con la Selección con este periódico). Quiero hacer un pequeño museo en casa con las más importantes, con alguna foto”, revela Quintero, que visita AS antes de disputar su último campeonato en España. Todas las leyendas llegan a su fin.
Del 22 al 24 de noviembre, el Navarra Arena de Pamplona acogerá los Mundiales de kárate por equipos, la Karate World Cup, en su nomenclatura oficial. Allí, Quintero regalará sus últimos katas en suelo nacional. El campeonato no significará su retirada, pero, a sus 40 años, el malagueño tiene claro que no volverá a competir en su país. “La cabeza me ha hecho click”, explica Damián. “Ahora, necesito tiempo para llevar a cabo mis distintos proyectos. He levantado un poco el pistón y entreno solamente por las mañanas, pero son igualmente tres o cuatro horas. Llego a casa, como, una siesta y ya son las cinco de la tarde. Necesito el día entero. Veo mucho más cerca que antes la retirada, pero porque también me apetece hacer otras cosas”, se extiende el subcampeón olímpico, que compartirá equipo con Sergio Galán (28 años), Raúl Martín (23) y Salvador Balbuena (21 años). Un cóctel de juventud y veteranía.
Cuando Quintero llegó al Centro de Alto Rendimiento de Madrid, donde también estudió ingeniería aeronáutica, sus compañeros más precoces no habían nacido. “En los entrenamientos, saben quién manda”, dice entre risas. “Tienen ese desparpajo de la juventud. A veces, también la tontería. ‘Venga, chicos, que ya tengo 40 palos y quiero irme a casa’, les tengo que decir de vez en cuando. Nos hacemos bien”, explica sobre un equipo con “muchas posibilidades”. En Pamplona, en un torneo de nueva creación (antes, los Mundiales por equipos e individuales se disputaban a la vez), compartirán primera fase con Hong Kong, Kuwait y Francia. Luego, se podrían cruzar con los favoritos. Damián no le teme a nada. “Nos podría tocar Japón, pero les prefiero en semifinales que en la final. Hay que ir a ganarlo todo. Queremos ir a por el oro”, lanza Quintero, que no sabe si recibirá algún tipo de homenaje. “Si ganamos, seguro”, suelta con su desparpajo. “Si lo hay, bienvenido sea, porque a todo el mundo le gusta. Y más en casa. Va a estar toda mi familia allí y muchos amigos. El ambiente va a molar mucho”, anticipa.
Su futuro... y el del kárate
La vida de Quintero dará un vuelco radical dentro de muy poco. A principios del próximo año, será padre por primera vez. “Estoy con muchas ganas. Pasitos de la vida. Estaría guay que (su hija, que se llamará Catalina) pudiera verme en algún campeonato, pero no sé si me va a dar tiempo”, dice el karateca, que tiene una fecha en el horizonte. “Al Mundial del año que viene sólo iría si no se clasifica otro español”, avanza el malagueño, que sí ve como un posible lugar de retirada los World Games (los Juegos Olímpicos de los deportes no olímpicos) que Chengdu (China) acogerá en agosto. “No me he puesto fecha, pero el rollo de los World Games me gusta. Sólo van ocho y ya estoy clasificado, por lo que no cierro las puertas a ningún joven que ya pueda dar el paso”, explica Damián, siempre cuidadoso con su legado y con facilitarle las cosas a las nuevas generaciones. Todavía más ahora, con todo lo que supone haber salido del programa olímpico.
A día de hoy, se puede vivir del kárate, pero con asterisco. Sólo pueden hacerlo casos excepcionales como el de Quintero, con una marca personal muy potente. “Se puede vivir del kárate, pero no se puede vivir del kárate si sólo compites. Eso es imposible. Tuvimos la época olímpica y ahora hay que ir más allá. Es importante tener un profesional de la comunicación, encontrar patrocinadores, moverte en redes... Nosotros también somos creadores de contenido, pero de uno muy específico, el deporte”, explica el subcampeón en Tokio, con más de 700.000 seguidores entre Instagram, X, TikTok y Facebook. Lo ideal, sin embargo, como el propio Damián defiende, sería vivir de un kárate “mucho más profesional”. “En un año perfecto, lo máximo que se puede ganar en el circuito principal (Premier League) son 9.000 €. Habría que intentar hacer un circuito potente, que se gane dinero compitiendo” expone Quintero, que no se ve como entrenador, pero sí en los despachos. Antes, también tiene en la mente el mundo de la televisión. Ahora, sólo piensa en una cosa: que sus últimos katas en España sean de oro.
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