Carolina Marín: “He tenido que parar el entrenamiento y me he puesto a llorar”

Una leyenda que, ahora, todavía es un poco más eterna. Este miércoles, el jurado del Premio Princesa de Asturias de los Deportes 2024 anunció a Carolina Marín como galardonada. Por su palmarés, con el oro en los Juegos de Río como mayor distintivo, y, sobre todo, por su carácter, su fuerza y su resiliencia. Por ese “puedo porque pienso que puedo”, su lema. Tras la confirmación del premio, que será entregado en octubre en el Teatro Campoamor de Oviedo, la campeona olímpica, sorprendida por la condecoración, atendió a los medios en el Consejo Superior de Deportes, en Madrid. “Lo primero, me gustaría agradecer al CSD por dejarnos este salón y por dejarnos a los deportistas estar en nuestra casa”, empezó Carolina, acompañada por la ministra de Educación, Formación Profesional y Deportes, Pilar Alegría, el presidente del CSD, José Manuel Rodríguez Uribes, y parte de su equipo.

“No sé por dónde empezar, porque no tengo palabras suficientes. Decir que gracias. Gracias al jurado por pensar en mí. Es un sueño. Hace varios años, lo hablaba con mi mamá y miembros de mi equipo. Soñaba con ello. Hoy se ha hecho realidad. Estoy agradecida y muy emocionada”, continuó Carolina, ya con la voz entrecortada. Como los medios presentes, que llegaron a contrarreloj, el premio cogió por sorpresa a la onubense, en cuya agenda, además de entrenar, sólo tenía previsto acudir a la presentación del documental ‘Power: La fuerza de un sueño’. Tras varias llamadas de su madre, tuvo que alterar todos sus planes. “He recibido la llamada entrenando. He tenido que parar el entrenamiento y me he puesto a llorar. De la emoción, no me salían las palabras”, reveló la campeona olímpica, que se convirtió en la octava mujer en recibir el galardón y en la tercera española, con Arancha Sánchez Vicario y Teresa Perales.

“No sabía que estaba nominada. Ha sido un susto. He recibido cinco o seis mensajes de mi madre. ‘Carito, por favor, coge la llamada. Caro, coge la llamada’, me decía. Me he puesto en lo peor, que le había pasado algo a un familiar. Y, luego, he recibido la llamada de un número que no tenía, de un hombre llamado Carlos”, añadió para completar su relato. Antes y tras él, los agradecimientos se amontonaban. “Quiero darle las gracias a cada uno de los miembros de mi equipo (su preparador físico, Guillermo Sánchez, y su entrenador, Fernando Rivas, estaban presentes), a mi familia por apoyarme en cada una de las decisiones. A mi madre y a mi padre, que permitieron irse a Madrid a una hija que igual estaba más loca de lo normal. Tras los éxitos de estos años, en España se está hablado de bádminton y eso es un gran orgullo”, siguió la tres veces campeona del mundo y ocho de Europa.

Otro sueño cumplido

El Permio Princesa de Asturias, en realidad, siempre había estado en la mente de Carolina, una de las figuras más importantes del deporte español y todo un fenómeno de masas en Asia. “Mi madre me decía que me merecía este premio. Hace varios años, a través de la prensa de Huelva, postularon mi candidatura, pero no lo pude conseguir”, recordó. “Entrenando, estaba enfocada en otra cosa. Se me han saltado las lágrimas y he abrazado a mi preparador físico. Luego, he llamado a mi madre y a mi entrenador, porque creo que ahora mismo son las personas más importantes”, reiteró una Carolina que, fiel a su ADN, ya piensa en los Juegos de París. “Al 2024, todavía se le puede pedir mucho. Lo primero que pido es salud. Que me respete mi cuerpo en este poquito que queda para París. Ya, por pedir, vamos a pedir la medalla de oro, no vamos a pedir la de bronce”, dijo la leyenda, que lo es un poquito más.

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