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Carolina Marín
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Mariska Tunjung
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BÁDMINTON | MADRID SPAIN MASTERS

Carolina se despide del Madrid Spain Masters en un duro partido

La campeona olímpica cede en semifinales ante la indonesia Mariska Tunjung (10-21, 21-15 y 21-10). “He sufrido una pérdida importante”, revela.

CHEMA DIAZDIARIO AS

Todo parecía perfecto, pero no tenía nada de ello. “Unas horas antes del partido, he sufrido una pérdida muy importante para mí. No supe hasta el último momento si iba a estar preparada, pero jugando aquí, en España, y con toda la gente que sabía que vendría a verme, no podía dejar de jugar. Para mí, una retirada son palabras mayores”, revelaba Carolina Marín, con lágrimas en los ojos, justo después de caer ante la indonesia Gregoria Mariska Tunjung (10-21, 21-15 y 21-10 en una hora), en las semifinales del Madrid Spain Masters. Hace once meses, la onubense, tras destrozarse la rodilla, reaparecía en el Centro Deportivo Gallur (Madrid) para, 337 días después de la lesión, conseguir su sexto Europeo seguido. Esta vez, además, en el partido por el título, en ese mismo escenario, esperaba Pusarla Sindhu, subcampeona olímpica en los Juegos de Río, aquellos que coronaron a la española. Todo parecía conducir al mismo sitio, maravilloso, pero esta vez, sin embargo, el bádminton había pasado a un segundo plano.

Y pese a todo, Carolina dio la cara. Y de qué manera. En el primer set, volaba sobre la pista como había hecho durante toda la semana. Junto al entrenador de la campeona olímpica, Fernando Rivas, estaba su psicóloga, María Martínez, dejando entrever que no era un partido más. En el primer descanso, sin embargo, con un contundente 11-3 en el marcador, sólo hablaban técnico y pupila. Y era para corroborar que el plan táctico, aquello que podían controlar, era perfecto. La seis veces campeona de Europa estaba contando sus golpes por ganadores y la indonesia, por errores. Casi todos forzados. Una y otra vez, Tunjung, 12ª del mundo en ascenso, se topaba con la red tras remates muy agresivos de Carolina, que buscaba los pies de la rival con más dirección que potencia. Caían en picado. Y Gregoria, desde sus 166 centímetros, los veía caer. Sin poder hacer nada al respecto. “Carolina, Carolina”, cantaba la grada, a modo de celebración. “Indonesia, Indonesia”, respondía alguna tímida voz. Y la jugadora asiática, procedente de un país en el que Marín “es como Messi”, también lo hacía.

Con más movilidad, y envalentonada por una Carolina extrañamente imprecisa, recuperaba las sensaciones en un segundo set congestionado, que no se rompió hasta el 8-8. Entonces, la jugadora indonesia se disparaba. La igualdad en la manga se rompía con un parcial de tres puntos (11-8); la igualdad en el partido volvía con un tirón en el marcador aún mayor, hasta el 17-11. Tercer set. Vuelta a empezar. Vuelta a un inicio al que, seguramente, la mayoría de jugadores ni hubieran llegado; con motivos más que suficientes, ni hubieran iniciado el partido. Demasiada carga emocional, demasiado tiempo en pista. Pese a un inicio prometedor (4-1), el duelo, el sufrimiento interno, se le hacía largo a una Marín que pareció ni disputar los últimos puntos. Rugía la grada intentando levantarla cuando, con 14-10 en contra, se quedaba en el suelo. Se levantará, como siempre ha hecho.

Quintas semifinales desde la lesión

En lo deportivo, Carolina cada día está más cerca de su esencia. Antes del All England Open, del que se tuvo que retirar debido a un fuerte proceso gripal, estaba a un “90% de sus capacidades físicas y mentales”, tal y como aseguró su entrenador a este periódico. Totalmente liberada de dolor, en Madrid, disputaba sus quintas semifinales desde su grave lesión, con el título en los Europeos y finales en París (octubre de 2022) e Indonesia (enero de este año). “Es más que agradecimiento (a Madrid). Ha sido una semana muy buena en cuanto a sensaciones. He intentado dar lo mejor de mí y tener esa calma emocional, pero, a veces, las emociones externas te bloquean. Y eso me ha pasado al final del segundo set y, obviamente, del tercero. Ahora, necesito rodearme de mi familia y tener el cariño de ellos. Necesito resetear un poco. Ha sido un día bastante duro para mí”, añadía tras el partido. Está en el camino hacia el 100%. Su próxima parada, en la que pensará “cuando ya esté en el avión”, será en el Masters de Orleans (Francia), la semana que viene.

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