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Carolina Marín
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Line Kjaersfeldt
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BÁDMINTON | MASTERS DE ORLEANS

Carolina Marín alcanza su cuarta final desde la lesión

La campeona olímpica se exhibe de nuevo en Orleans para superar a Line Kjaersfeldt. Puede ganar su primer título desde los Europeos de su reaparición.

Cuando Carolina Marín viajó al All England Open, uno de los grandes torneos del circuito, se sentía poderosa. Estaba cerca de su mejor versión. De una versión mejorada, para ser exactos, con nuevas herramientas dentro de una caja que parece infinita. Una gripe, sin embargo, le impidió mostrar todo su nuevo arsenal. En el Madrid Spain Masters, dejó detalles; en el Masters de Orleans, lo está desplegando de forma arrolladora. De exhibición en exhibición hasta la final. Tras superar a la danesa Line Kjaersfeldt (21-11 y 21-13 en 41 minutos), la onubense se medirá mañana (sobre las 14:30) con la estadounidense Zhang Beiwen, 16ª en el ranking, para buscar su segundo título desde que se rompiera el ligamento cruzado y los meniscos interno y externo de su rodilla izquierda, a dos meses de los Juegos de Tokio. El primero fue en el torneo de su reaparición, los Europeos de Madrid, hace un año; desde entonces, ha alcanzado otras dos finales, en París e Indonesia.

Desde diciembre, gracias a un proceso de infiltraciones y un cambio de plantillas, la campeona olímpica ya no siente dolor en esa castigada rodilla. Sin él, puede liberarse. Y eso es lo que está haciendo esta semana, en la que no ha perdido ningún set. No ha estado ni cerca. Hasta hoy, no había superado los 35 minutos sobre la pista en ninguno de sus partidos. Ante Kjaersfeldt, tampoco necesitaba muchos más, pese a ser la danesa una rival peligrosa. No lo pareció en Madrid, donde Carolina también la despachó con facilidad en su debut (21-14 y 21-11), pero sí en lo precedentes anteriores. En los Europeos, la onubense necesitó el tercer set para avanzar; en junio, en Malasia, Kjaersfeldt logró su único triunfo en el listado de enfrentamientos entre ambas.

Vuelta a la rutina

Otra Carolina, otros tiempos. Aquella, también ganaba; pero la de ahora, la de sólo unos meses después, arrolla. En la primera manga, tras romper un empate de 5-5, se disparaba con soltura, gustándose cerca de la red y con un torrente imparable de remates; en el segundo parcial, historia similar. Esta vez, Kjaersfeldt aguantaba hasta el 10-10. A partir de ahí, un nuevo recital español. “Ya estamos en la final. Muy, muy contenta por cómo me estoy encontrando esta semana. El principal objetivo era seguir mejorando y desarrollando mi juego. Una final más. A disfrutarla y a dar lo mejor. Vamos a por ello”, decía Marín tras la victoria, que celebró apretando los puños y gritando, pero sin excederse. Las finales, y más en torneos como el presente, de rango menor pese a ser World Tour, eran su rutina. Poco a poco, la va recuperando.

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