TURF - SAUDI CUP

Anaya: “Queremos dejar alto el pabellón de España”

El argentino llevaba tres caballos a Dubai en 2002 cuando hizo escala en España y se quedó en Mijas. Hoy defiende los intereses españoles en el meeting de la Saudi Cup con ‘Il Decamerone’.

Javier Hernández

En su país, el oficio al que se dedica se denomina cuidador. En España lo llamamos preparador. Para que todo el mundo lo entienda, Óscar Anaya (10 de mayo de 1971, Junin, provincia de Buenos Aires, Argentina) es entrenador de caballos de carreras. Anaya dejó Argentina cuando el país sufrió la desventura del corralito, llegó a España de rebote y decidió quedarse en vez de seguir camino a Dubai como era lo previsto. Los inicios en Mijas fueron duros, pero aquel niño que a los 14 años tenía claro que su pasión eran los purasangres y que de su entusiasmo quería hacer su modo de vida hoy está en Riad representando a España en la Saudi Cup, el meeting de turf que más dinero reparte en todo el mundo; 35,35 millones. No sabemos si es un tipo duro, pero sí que es un hombre hecho a sí mismo.

-¿Cuáles fueron sus inicios con el turf?

-Terminé la primaria a los 13 años y a los 14 empecé a trabajar de peón con la familia Goicoechea, con el padre de Martín Goicoechea, quien estuvo montando en España de 2001 a 2006. Trabajé con él hasta que vine a España por intermedio de Marcelo Durán, un periodista muy reconocido en Argentina. Iban tres caballos argentinos a Dubai y pasaban por España. Aterrizamos en Vitoria y fuimos a Mijas pues los caballos tenían que estar un mes en Mijas. Al cabo del mes, los caballos siguieron para Dubai pero yo me quedé. Ahí comencé a trabajar para Miguel Ángel Ribera, que tenía los caballos con Martin Goicoechea e Iván López. Empecé haciendo camas, trabajando duro. Llegué a España en 2002, solo. Mi mujer y mi hijo mayor se quedaron allí. Miguel Ángel Ribera, sin conocerme de nada, me ayudo muchísimo. Tardé casi dos años para sacarme la licencia de entrenador. Tenía cuatro caballos y me los presentaba Juan Martel. En 2009 obtuve la licencia un martes y al domingo siguiente gané mi primera carrera, con Bahraj, en Dos Hermanas.

-De los inicios más humildes a verse ahora entre la élite mundial del turf.

-Sinceramente, eso no se piensa. Uno piensa en ganar carreras y ser una persona reconocida. Más que nada soy un trabajador y, poco a poco, fui mejorando. En Mijas estaba bien pero tuvimos la desgracia del cierre del hipódromo. La noticia fue a las 9 o 10 de la mañana y, en ese momento, pedí el número de teléfono de Guillermo Arizkorreta para pedirle trabajo en Madrid, para hacer camas, porque yo montar a caballo no sé, y justo esa semana los propietarios me dijeron que aguantara, que no fuera a Madrid a trabajar, y me entraron unos cuantos caballos más. Por un día no llamé y le pedí trabajo a Guillermo Arizkorreta. De haber hecho aquella llamada hoy estaría trabajando para Arizkorreta y no como preparador.

-Diez años después, la realidad dice que el año pasado le disputó la estadística de preparadores a Arizkorreta.

-Para que se vea como son las cosas. Ahora estoy medio cerca de él. Ahora coincidiremos los dos en Arabia Saudi y pensará como yo: a ver si somos capaces de hacer un buen papel y dejar alto el pabellón de España. De eso se trata, de dejar bien parados a nuestros caballos y que la gente hable bien de nuestro turf, del turf español.

-Il Decamerone es el caballo de su vida, hasta ahora…

-He tenido buenos caballos, como Great Prospector, un caballazo. Il Decamerone es un buen caballo pero yo soy una persona ambiciosa y siempre quiero tener uno mejor. Pero, indudablemente, Il Decamerone es un buen caballo y nunca olvidaré la Copa de Oro que ganamos.

-¿Es este el mayor reto profesional de su carrera profesional?

-Sí. Es una carrera de bastante dinero. No suelo salir mucho a competir fuera de España, pero ya vengo rondando varias veces porque mi cuadra mejora cada año de nivel, mi cabeza piensa cada vez más en salir a competir fuera. Pero si, a nivel económico y por la calidad de los caballos que hay, esta carrera es el mayor reto.

-¿Cómo compraron a Il Decamerone?

-Fue un poco deprisa, porque ya le habíamos visto en un reclamar anterior que ganó y Chevalier Catare fue tercero. Salía a vender en 32.000, y posteriormente decidimos hacer el esfuerzo por un 6 años y lo reclamamos por 30.200 euros. Después hay que tener esa pizca de suerte necesaria porque al caballo le salió todo perfecto, la Quinté, la Copa de Oro, el Román Martín.

-¿Cuándo se marcan como objetivo venir a la Saudi Cup?

-Cuando el caballo gana la Copa de Oro, Nick Higgins nos lo propuso y, cenando, lo comentamos. Luego Sousa, desde Riad, nos convenció de llevar el caballo porque estaba seguro de que puede hacer una buena carrera.

-Compraron el caballo en un reclamar con un valor 40 y lo tiene ahora con un 46 en el meeting de la Saudi Cup. ¿Cómo se mejora seis kilos de valor a un caballo de 6 años?

-No es fácil. El caballo puso mucho de su parte, es un guerrero. Cuando le compramos le dije a Reza Pazooki (el propietario) que le subiríamos a 43 y que nos podríamos a divertir, pero el caballo dio un subidón y empezó a crecer. Las cosas han salido bien gracias al equipo de trabajo, porque el caballo no es fácil de montar, es muy ardiente, un caballo que tira mucho . El equipo de trabajo ha sido clave.

-¿Cómo encajó la retirada de Sousa a pocos días de la carrera?

-Ricardo tuvo una oferta importante para montar en la Saudi Cup, la carrera de mayor dotación del mundo, y me dijo que tomara yo la decisión. No me gusta presionar. Seguramente, si le digo que no, que debía montar al mío, le quito de montar en la Saudi Cup, pero yo quiero que el jockey monte al cien por cien de ganas. Al final, se ha complicado un poco más porque le iba a sustituir Janacek, pero horas antes de coger el vuelo a Riad resulta que ha dado positivo en COVID y no puede ir. De los jockeys que quedaban libres en Riad para montar en esa carrera Janacek nos aconsejó a Murzabayev, a quien conoce desde hace años y asegura que es muy buen jockey, y ha ganado tres veces la estadística de jockeys en Alemania.

-¿Cuál es la distancia ideal para Il Decamerone?

-Creo que 2.100 metros. En Sanse llega a la Copa de Oro (2.400 metros) porque Lasarte es una pista donde un caballo de 2.000 metros llega, pero en Madrid…

-Después de esta carrera ¿cuál será su objetivo?

-Cuando llegue a Madrid queremos dejarle tranquilo, que descanse pensando ya en la Copa de Oro. Es un caballo duro, es livianito, comilón, pero no hay que abusar de él. Enfocaremos la Copa de Oro dándole una carrera antes, como mucho, dos.

-Los caballos españoles que intentaron esta aventura en años anteriores regresaron sin éxito: Federico y Noray, en 2020, y Domi Go y Finley Tuned el año pasado…

-Creo que los dos que estamos este año, Il Decamerone y Sir Roque, son muy competitivos. Creo que podemos estar alguno entre los cuatro o cinco primeros, en la pelea, en el dinero. Tengo mucha fe en que mi caballo va a hacer un buen papel y, el de Guillermo, siempre está cerquita también.

-¿Se ve por delante de Sir Roque?

-Ya le batimos en el premio Román Martín. No he estudiado todavía a conciencia la carrera, pero me gustaría ver a cualquiera de los que corre en el Listed que disputamos en Deauville, a ver cómo les quedaba el traje. Yo sé cómo corrió mi caballo y sé que mejora dos cuerpos de aquella carrera, y si mejora dos cuerpos ya está muy cerquita del primero. Era un Listed durísimo que podía haber sido un Grupo 3 tranquilamente.

-2022 fue el mejor año de Anaya como preparador, batiendo el récord de España de carreras ganadas por un entrenador, 82. ¿Qué espera de 2023?

-Siempre digo que quiero ganar una carrera más que el año anterior, pero será difícil superar lo de 2022 pues nunca en España un entrenador había ganado 82 carreras en un mismo año, es muy difícil. Sinceramente, pretendo ganar los máximos grandes premios posibles. Creo que este año tengo la mejor cuadra que he tenido.

-¿Cuáles son sus mejores bazas para esta temporada?

-Il Decamerone, algunos que no han corrido como Tammani y Golden Voice, después están King of Jungle, Sohrab, its Chico Time, y los guerreros de siempre como Stoweman, Powerful Sole... También está Herring Island, un caballo de distancia con un valor 98, Stour...

-Una carrera con la que siempre soñó ganar...

-El GP de Madrd y la Copa de Oro. Una ya la tengo. El GP de Madrid lo disputé dos veces, en una fui tercero con Melting Dew y el año pasado quinto con Stour. Para este año tengo la baza de Herring Island y a ver si llego también con Stour.

-¿Qué importancia ha tenido Reza Pazooki en su carrera?

-No me olvido de ningún propietario, empezando por los que confiaron en mi en Mijas. Después, Reza me propuso trabajar con él y me trajo sus caballos. Me ha ido bien con él, es un propietario que me apoya al cien por cien. Siempre tiene entre 10 y 15 caballos, que no es nada fácil. Los propietarios son todos importantes. Reza es un propietario que me ayuda porque vive esto mucho, tenemos una muy buena relación. Tengo suerte con los propietarios que tengo, me dejan trabajar tranquilo.

-Hoy en Arabia Saudí y, en agosto, en Sanlúcar.

-Tengo ya hasta la casa para el verano. Sanlúcar es como el billete para las subastas de octubre en Inglaterra: los compro con antelación porque seguro que iré.

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