Tiro con arco

“A los Juegos iremos a ganar”

Elia Canales y Andrés Temiño visitan la redacción de AS como los primeros campeones del mundo de tiro con arco en la historia de España. “Una medalla olímpica vendría genial”.

ANGELA PARAMO
Nació en Alcanar (Tarragona) en 1998. Licenciado en Periodismo y Ciencia Política. En AS desde 2020, es redactor en Más Deporte. Con vocación polideportiva, ha cubierto presencialmente desde la Titan Desert a los Juegos Olímpicos de París. En 2023, fue premiado por su atención sobre la información paralímpica. En 2024, por la Federación de Remo.
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En Corea del Sur, el tiro con arco es religión. El país asiático se colgó cuatro oros olímpicos en Tokio (todos menos uno), cinco en París (todos) y no había perdido nunca en una prueba mixta de los Mundiales. En los últimos, celebrados en su suelo, en Gwangju, Kim Woojin rompió el récord del mundo, con 709 puntos de 720 posibles, y el público estaba totalmente entregado a sus héroes. Son prácticamente invencibles, llenan estadios y sus imágenes aparecen en gigantescos carteles publicitarios. “¡Pese a todo, nosotros les ganamos!”, celebra Elia Canales, que enumera los infinitos logros de sus rivales. A su lado, en la sala VIP de la redacción de AS, se sienta Andrés Temiño. Juntos, hace dos semanas, se proclamaron campeones del mundo en la prueba mixta de arco recurvo, ganando al propio Woojin y a An San, ocho oros olímpicos entre los dos. Temiño, además, subió a lo más alto del podio en la prueba individual. Un ‘Maracanazo’ en toda regla. Un hito del deporte español.

“Probablemente, en Corea, se ha vivido como una tragedia”, coinciden. En España, se vivió como lo que fue: algo inédito en la historia del deporte nacional. Nunca antes se habían conseguido medallas mundiales en arco recurvo y nunca antes el tiro con arco había acaparado tanta atención. “Esperamos que esto nos dé un empujón en cuanto a visibilidad”, desean Canales y Temiño, que este martes fueron premiados por este periódico en la gala Patrocina un Deportista. No es el único reconocimiento recibido. Él, zaragozano y zaragocista, realizó el saque de honor en el partido que enfrentó a su equipo con el Albacete. Ella, de Tarragona, tiene claro lo que les falta para dar el salto: “Una medalla olímpica nos vendría genial”, dice. “A mí también me gusta ver un deporte cuando voy con alguien, cuando sé que esa persona (por los Nadal, Carolina Marín, Lydia Valenín...) tiene posibilidades de ganar. Es normal”, añade con sinceridad.

Andrés Temiño y Elia Canales posan con una camiseta dedicada a este periódico.ANGELA PARAMO

Se ven preparados para ello. Y los resultados les respaldan, más allá de sus recientes oros mundiales. España lleva años acumulando medallas internacionales. En los últimos Juegos, Canales, al lado de Pablo Acha, fue diploma olímpico y estuvo muy cerca de algo más. “Si hubiéramos ganado a India (se quedaron a un punto en cuartos de final), yo creo que hubiéramos ganado alguna medalla. Es verdad que son las primeras medallas en Mundiales, pero ¿cuántas medallas llevamos en Copas del Mundo? El nivel es muy alto, pero lo tenemos”, recuerda y defiende ella. “Nos podéis meter para la quiniela de Los Ángeles. Si vamos, iremos con la intención de ganar, pero aún hay que clasificarse. Nos queda otro Mundial, Europeos...”, coinciden e ilusionan, con el oro logrado por Juan Carlos Holgado, Alfonso Menéndez y Antonio Vázquez en Barcelona 92 como única medalla olímpica del tiro con arco español.

¿Cómo se empieza en el tiro con arco?

Andrés Temiño: "Yo empecé con dos años. Mi padre competía a nivel autonómico y fue mi entrenador hasta que entré en el CAR de Madrid. Me compraron un arco de ventosas. Cuando fui a tirar con mi padre y a él se le clavaban, me enfadé y cogí el de puntas. Una vez, me acuerdo, fuimos campeones de Aragón a la vez". 

Elia Canales: "Yo empecé con 13 años. Mi padre y yo nos apuntamos juntos. En un campamento de verano, me lesioné el primer día y era de lo poco que podía hacer. Yo no tiraba, pero me dejaron el arco y, con las muletas, me metí. Me gustó mucho y, cuando volví a casa, se lo dije a mi padre. Teníamos un club al lado y empezamos".

La potencia de Elia y ‘Eolo’ Temiño

El tiro con arco es muy complejo. Muchas ingenierías a la vez. Se tira desde setenta metros y algunas medallas (como el oro de París) se deciden por milímetros. El centro de la diana “es como un CD (12 centímetros de anchura)y entran en juego muchos factores. “El pulso se acelera mucho. Podemos llegar a 140. Tenemos un ciclo de respiración para bajar las pulsaciones”, explica Temiño. “Hay que tener en cuenta el viento. Se personalizan las flechas, desde su longitud hasta las plumas, cómo pueden girar, la tensión, la dureza...”, añade Canales. Ellos, como pareja, conforman un algoritmo perfecto. Andrés, pura calma a sus 21 años, tiene mucha facilidad para controlar el viento y entenderlo; Elia, 24 años de pura energía, es una de las arqueras con más potencia del circuito. En la prueba mixta, él siempre va delante y ella cierra. ¿Por qué? “Mis compensaciones por el viento, como ella tiene mucha potencia, le valen, algo atípico entre hombre y mujer. Y ella tiene más facilidad para tirar rápido, así que reacciona mejor si queda poco tiempo”, desgrana el propio Temiño.

Elia Canales y Andrés Temiño, durante su visita a la redacción de AS. ANGELA PARAMO

Más allá de toda la física y la estrategia, “la parte mental” es lo más importante. Y la trabajan como nadie en el mundo. Antes de las grandes competiciones, el equipo español suele realizar concentraciones en monasterios o casas rurales, donde conviven y entrenan completamente en silencio, meditando y practicando mindfulness. “La cabeza es la diferencia, por mucho material que haya. Saber gestionar los nervios y las expectativas... Es muy fácil decirlo, pero muy difícil hacerlo”, enfatiza Canales, que empezó la temporada con dudas y consiguió desprenderse de ellas “viviendo el momento presente al 100%, sin pensar en los resultados”. Fue clave una concentración en Ibiza antes de los Mundiales. En ella, además de tirar de noche (“también hemos tirado con los ojos cerrados, a la pata coja, pegando saltos...”, añade), habló mucho con Carlos Morillo, parte del equipo, exarquero y psicólogo, que le “ayudó un montón”.

Su figura es nueva dentro de una Selección obligada a cambiar. El introductor del método, Elías Cuesta, fue fichado por Estados Unidos con una oferta irrechazable. Ahora, el que está a los mandos es Juan Morago, que ya formaba parte de ese staff. La transición no ha podido ir mejor. “Ha sido un año de muchos cambios. Tanto desde la estructura, con el cambio de entrenador, como a nivel grupal e individual. Tiene mérito haberlo conseguido ahora”, ensalza Canales, que es el nexo de unión en casi todos los éxitos de los últimos años. Y tiene recompensa. El martes, viajará a India para formar parte de una novedosa superliga con importante inversión. Además, también compite en clubes de Francia o Alemania. Todo ello, mientras estudia marketing en la UCAM. Temiño, que también compite en ligas privadas, estudia Transporte y Logística en la Alfonso X. Son insaciables. “Queremos competir más, hay margen de mejora”, aseguran. Hasta esa medalla olímpica.

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