ALPINISMO

Nueva secuela en la ‘expedición perdida’ del Everest

Un equipo de National Grographic encuentra una bota y un pie de Andrew Irvine, compañero de George Mallory en su trágico intento de ascenso en 1924.

David GrayREUTERS

Uno de los grandes misterios que encierra el Everest está un paso más cerca de ser esclarecido. Gracias a un equipo de National Geographic, que recientemente se topó por casualidad con una evidencia que ayuda a comprender lo que ocurrió en el intento de hollar su cima que Andrew Irvine y George Mallory, dos intrépidos británicos, protagonizaron en 1924. Cuando se cumplen 100 años de la desaparición de ambos en la cara norte de la montaña más alta de la tierra, la revista anunció el descubrimiento de parte de los restos de Irvine.

Según la publicación, el equipo, liderado por Jimmy Chin y con la participación de los cámaras y montañistas Erich Roepke y Mark Fisher, divisó en la zona del glaciar Rongbruk Central, el valle que se abre a los pies del Everest al sur del Tíbet, un objeto que sobresalía del hielo. Una vez se acercaron comprobaron que se trataba de una bota con restos humanos en su interior y una etiqueta con las iniciales A. C. Irvine, que concuerdan con Andrew Comyn Irvine, el nombre completo de uno de los desaparecidos. Se cree que habría podido acabar ahí como consecuencia de avalanchas y movimientos de tierras producidos en los últimos 100 años.

Mallory e Irvine, en el Everest en 1924.Noel E. Odell, Royal Geographical Society via Getty Images

“A veces, los mayores descubrimientos en la vida suceden cuando ni tan siquiera estás buscando. Este fue un momento monumental y emocional para nosotros y todo nuestro equipo sobre el terreno, y solo esperamos que pueda finalmente llevar la paz mental a sus descendientes y al mundo del alpinismo en general”, señalan en National Geographic.

El misterio que envuelve a ambos reside en si fueron capaces de alcanzar o no la cumbre del Everest. Fueron vistos por última vez cuando ascendían, y los restos ya encontrados anteriormente de Mallory, en 1999, sugirieron que habían sufrido una caída fatal en el descenso, pero nunca ha sido posible determinar si esta se produjo tras hacer cima o tuvieron que darse la vuelta antes por algún problema.

La cámara perdida, un factor potencialmente decisivo

Aunque el hallazgo de la bota de Irvine permite confirmar su muerte, que era una obviedad tras todo este tiempo pero tampoco podía atribuirse oficialmente al accidente dado que no había pruebas de ello, todavía queda oculto entre el hielo un objeto potencialmente decisivo a la hora de descifrar este enigma: la cámara de fotos que llevaban consigo, que podría contener alguna evidencia clara de que consiguieron completar la ascensión al rey de los ochomiles. Eso retrasaría la casi 30 años la fecha de su coronación, y relegaría a un papel secundario en la historia a Edmund Hillary y Tenzing Norgay, quienes ostentan el honor desde 1953.

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