Esperando a Ohtani: el agente libre más caro de la historia
El japonés, un ‘unicornio’ sin parangón en el béisbol actual, deshoja la margarita de su futuro con media MLB interesada en un contrato que moverá cifras mareantes.
En sus 120 años de historia, la MLB no había vivido unas Navidades como estas. Las Navidades de Shohei Ohtani, el agente libre más cotizado de la historia del béisbol. Un ‘unicornio’ capaz de pichear y batear en los parámetros de la más absoluta élite, libre para decidir su destino en la liga por primera vez a sus 29 años, que deshoja la margarita de su futuro, acabe donde acabe un contrato mareante (en términos absolutos será el mayor que se ha firmado nunca en el deporte estadounidense), con paciencia y suma discreción.
El estado es casi de psicósis estos días en Nashville (Tennessee, EE UU), sede de los Winter Meetings, una convención que junta a los general managers de las 30 franquicias de la MLB. Cualquier pequeño movimiento de los equipos involucrados en la carrera por hacerse con los servicios de Ohtani, o del propio jugador, es susceptible de alimentar teorías en una dirección u otra. Los últimos informes que llegan de la ‘Ciudad de la Música’, por ejemplo, especulan con un acercamiento importante a los Toronto Blue Jays en base a un cambio de agenda de Ross Atkins, su jefe de operaciones, que convirtió lo que iba a ser un encuentro físico con los periodistas presentes allí en uno virtual, al tiempo que algunos medios informaban de la presencia de Shohei en el campamento de pretemporada de su equipo.
Otros equipos con los que se ha relacionado intensamente a esta doble amenaza inédita, al menos a este nivel, desde Babe Ruth, son los Dodgers de Los Ángeles (para muchos los favoritos), los San Francisco Giants, los New York Yankees, los Seattle Mariners, los Chicago Cubs o la más reciente incorporación a las quinielas, los Atlanta Braves, libra por libra el mejor equipo del momento, que de firmar al japonés tendrían todas las papeletas para convertir el anillo de 2021 en una verdadera dinastía. Tampoco está del todo descartada, principalmente por su querencia por la Costa Oeste, una renovación con los Angels, aunque parece poco probable. En cuanto a otras organizaciones con alto poder adquisitivo, como los Boston Red Sox y los New York Mets, los rumores se han ido desinflando.
Todo se mueve estos días entre la intuición y las lecturas que se hacen de mensajes que el jugador ha dejado en el pasado y de su personalidad, de la que se sabe poco porque no habla el inglés con fluidez y, en la tradición japonesa, es reservado. Por ejemplo la citada preferencia por California y sus alrededores, que juega a favor de Dodgers, Angels, Giants y Mariners (en este último caso se cita también como influencia la figura de Ichiro Suzuki, nipón como él y leyenda en Seattle). O una cita en la que aseguraba que no se veía en una gran ciudad como Nueva York (curioso cuanto menos jugando en la periferia de Los Ángeles), lo que sobre el papel resta opciones a Yankees y Mets.
La magnitud del culebrón, que por momentos recuerda a ‘La Decisión’, como se dio en llamar el proceso que terminó con LeBron James abandonando Cleveland en dirección a Miami, opaca otras grandes historias del mercado como las de Cody Bellinger, el vigente premio Cy Young Blake Snell o Jackson Chourio (82 millones por ocho años de los Brewers en el mayor contrato de la historia para un jugador sin experiencia previa en la liga). También la de su compatriota Yoshinobu Yamamoto, el mejor pitcher de la liga japonesa los últimos tres años, que firmará seguramente un contrato en la horquilla de 200 a 300 millones. Sería la gran narrativa de la postemporada de no mediar Ohtani, que en el peor de los casos doblará esa cifra.
Para poner en perspectiva lo que significará la retribución de Ohtani dentro del deporte en general y del estadounidense en particular, ahí van algunas cifras: el mayor contrato firmado nunca en la historia de la NBA por volumen total es el que une a Jaylen Brown con los Boston Celtics de 2024 a 2029, valorado en 304 millones de cumplirse todas las variables. En la NFL es el de Patrick Mahomes con los Kansas City Chiefs para el periodo 2021-2031, 450 millones que, aunque no son totalmente garantizados, marcan hasta ahora el techo en las ligas profesionales norteamericanas. En unos parámetros similares a este último en cuanto a duración se proyecta el de Ohtani, que seguramente firmará por una década o más, pero en su caso se acercará a los 600 millones, si es que no llega o los rebasa ligeramente. A su lado palidecerán los 360 ‘kilos’ por nueve años que le dieron el año pasado los Yankees a Aaron Judge (40 por temporada, tope de la MLB por ahora) y los 426,5 por 12 (35 al año) de su compañero en los Angels Mike Trout.
Fuera del montículo hasta 2025
Quien se haga con los servicios de Shohei, el primer All Star en dos roles de la historia, MVP de la Liga Americana en 2021 y 2023, solo dispondrá en 2024 de la mitad de su potencial, pues recientemente se sometió a una cirugía en el codo derecho que, si bien le permitirá batear desde el primer día de la próxima temporada, en principio le tendrá apartado del montículo hasta 2025. En cualquier caso será el bateador designado allá donde vaya, posición en la que ofrece un 27,4% de promedio de bateo, con 681 impactos en 2.483 turnos, 171 jonrones, 437 carreras impulsadas, 86 bases robadas, .366 en OBP, .556 en slugging, .922 en OPS y 148 en OPS+. Y cuando pueda volver a lanzar, será el número uno en cualquier rotación, como es obvio para un tipo que suma 38 victorias y 19 derrotas en 86 apariciones como starter, con un ERA de 3.01, un WHIP de 1,08, 608 strikeouts y 173 bases por bolas en 481 entradas picheadas desde que desembarcó en Los Ángeles en 2018. El comienzo de algo que la MLB, a la que seis años después tiene como loca, llevaba mucho tiempo sin ver. Si es que alguna vez lo ha visto.
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