Mahomes y sus Chiefs vuelven a una Super Bowl

Los Philadelphia Eagles ya tienen pareja de baile en la 57ª edición de la Super Bowl. Los Kansas City Chiefs superaron por 23-20 a los Cincinnati Bengals para acceder al partido por el título, que se disputará el próximo 12 de febrero en Arizona. En un agónico encuentro, ambos equipos gozaron de oportunidades para hacerse con el AFC Championship, pero el gato al agua se lo llevaron Patrick Mahomes y los suyos con un field goal en los últimos segundos. A la cuarta fue la vencida para Mahomes, pues había perdido sus tres enfrentamientos previos ante Joe Burrow y sus Bengals. En un duelo marcado por la polémica y las cuestionables decisiones arbitrales, el quarterback de los Chiefs se tomó la venganza para llevar a su equipo a la tercera Super Bowl en los últimos cuatro años.

Quinta temporada de Mahomes como titular en Kansas City, y quinta vez consecutiva en la que el Arrowhead Stadium acogía la final de la Conferencia Americana. En frente, unos Cincinnati Bengals que se habían convertido en la criptonita de los Chiefs: desde la llegada de Burrow, los de Ohio habían ganado los tres partidos disputados ante los Chiefs. Uno de ellos, además, en el AFC Championship del año pasado, a través del cual los Bengals alcanzaron la Super Bowl. Antes del encuentro, todas las mirabas apuntaban al tobillo del quarterback de los Chiefs, maltrecho el pasado fin de semana en la ronda Divisional. Estaba claro que Mahomes no se iba a perder la fiesta, y arrancó el partido sin aparentes problemas en el apoyo. El festín de anotaciones que se preveía no llegó en los compases iniciales, con ambos equipos tanteándose y únicamente sumando de tres en tres. Los playoffs son otra historia. La defensa de los Chiefs se presentaba como el eslabón más débil de la final de conferencia, pero sorprendió con una presión asfixiante a Burrow, desesperado con su línea ofensiva que hacía aguas.

Tuvieron que pasar 21 minutos para que llegase el primer touchdown de la noche. Los Chiefs fueron valientes en una situación de cuarto down y, como no podía ser de otra manera, Mahomes encontró a su fiel escudero, Travis Kelce. Una conexión imparable para toda la NFL. Los Bengals, mientras tanto, seguían sin arrancar y no encontraban respuesta al agobio al que estaba siendo sometido Burrow. El quarterback de Cincinnati, que ha llevado a su equipo al AFC Championship en las dos temporadas en las que ha estado sano, caía en la precipitación ante el agobio de la línea defensiva de los Chiefs, y así llegó la primera intercepción de la noche. Lo mejor al descanso para los visitantes era el marcador (13-6), y es que seguían con vida en el partido a pesar de las malas sensaciones. Los ajustes de Zac Taylor en el descanso funcionaron, y en la segunda parte la línea ofensiva de los Bengals dio un paso adelante y ofreció una mejor cobertura a su quarterback.

Despertó Joe Burrow y despertaron los Bengals, que a la vuelta de vestuarios empataron el partido gracias a una espectacular recepción de Tee Higgins. Los locales, que habían perdido a un par de receptores importantes por lesión, respondieron de inmediato con un nuevo viaje a la endzone cortesía de Marquez Valdes-Scantling. Mahomes estaba muy cómodo, sin apenas recibir presión del rival. Sin embargo, en una de las pocas veces en las que fue alcanzado, el futuro MVP volvió a quejarse del tobillo y se pasó el resto del encuentro cojeando, como ya sucediese ante los Jaguars. Poco después, Mahomes regaló el balón a los Bengals después de que un pase se le escapase de las manos, y Cincinnati lo aprovechó para anotar un nuevo touchdown que volvía a poner el empate. Todo se iba a decidir en el cuarto final.

Las primeras oportunidades para los Chiefs fueron desarticuladas por la defensa visitante, mientras que los Bengals tampoco eran capaces de materializar sus posesiones de ataque. Burrow lanzó su segunda intercepción de la noche, y los árbitros comenzaron a castigar en exceso a los de Cincinnati. Incluso, en una decisión insólita, le dieron a los Chiefs una jugada extra cuando los locales ya se disponían a despejar el balón. Las nueve penalizaciones recibidas (frente a cuatro de Kansas City) fueron demasiadas para unos Bengals que, pese a ello, llegaron a tener posesión para ganar a falta de dos minutos. No estuvo acertado Burrow, incapaz de encontrar con regularidad a Ja’Marr Chase durante todo el partido, y entregaron la bola a Mahomes y los suyos a falta de 30 segundos para el final. El quarterback de los Chiefs, que se desenvuelve a las mil maravillas en estas situaciones, corrió como si no tuviese dañado el tobillo para conseguir unas yardas que, sumadas a una nueva penalización por un incomprensible empujón de Joseph Ossai cuando Mahomes ya estaba fuera del campo, dieron a su equipo la posibilidad de chutar un field goal a falta de ocho segundos. Eso sí, en esa misma jugada los árbitros no vieron un claro agarrón de la línea ofensiva de los Chiefs.

En los pies de Harrison Butker estaba el pase a la Super Bowl. Y, desde 45 yardas, el kicker de los de Kansas City no falló. El Arrowhead Stadium estallaba de alegría, y es que este triunfo tenía un sabor especial: el de la revancha. Después de tres intentos fallidos, Mahomes por fin pudo superar a Burrow. Con cojera o sin ella, el líder de los Chiefs es el mayor dominador de la NFL en el último lustro y esta pasada madrugada dio un nuevo golpe sobre la mesa. Ya tiene un anillo y tres apariciones en la Super Bowl en las últimas cuatro temporadas (antes de la llegada de Mahomes a los Chiefs, su última presencia en la final fue en el año 1969), y está a tan solo una victoria más de seguir agrandando su leyenda. Para ello, los Chiefs deberán superar al campeón de la NFC, los Philadelphia Eagles (que superaron a los San Francisco 49ers este domingo). En dos semanas, Mahomes tendrá la oportunidad de recuperar el trono de la NFL.