Las Guerreras se agarran a un clavo ardiendo

No hay partido fácil, y aunque el marcador final (30-23) invite a una visión optimista del encuentro, lo cierto es que se sufrió, se temió por los peor, por volverse a casa de manera definitiva un jueves vulgar, porque Islandia remontó el marcador del descanso (14-13) y amenazaba con irse a la victoria con un 16-18 en el minuto 40, con unas Guerreras sometidas.

Ambros recuperó a Danila para la causa, que salió a pleno rendimiento. La aragonesa provoca el caos, porque es imprevisible. Con ella llegaron las Guerreras que siempre se quiere ver: pases al pivote para que Lyndie Tchaptchet firmase su mejor partido en el Mundial, porque si recibe en movimiento es más fácil para ella.

Esa combinación dio un resultado letal en ataque, tiró del carro, animó a sus compañeras que de una visión triste entraron en una dinámica optimista, subieron el nivel defensivo y se encontraron con la aportación de Lucía Prades en la portería.

Esa es grosso modo lo que pasó en un partido que había que ganar, una final anticipada para optar a la grandísima final del sábado, porque ahora hay un rayo de esperanzas, leve, tímido, pero hay que agarrarse a un clavo ardiendo. Serbia empató con Islas Feroe, y el sábado abre la jornada con Montenegro, arrasada por Alemania (18-36); por lo tanto, las montenegrinas tienen que ganar para optar a la segunda plaza, que con seis puntos sería factible. Las Guerreras tienen cuatro, y necesitan ganar a las alemanas invictas y anfitrionas,y la carambola de que también lo haga Montenegro.

Tal vez las matemáticas también influyan en cómo se determinan los partidos en un choque en el que Ambros tomó decisiones radicales, como que a la rápida exclusión de Paula Arcos la premiase con quedarse en el banquillo, o que Lysa Tchaptchet terminase inédita, o que a cinco minutos para el final le diese entrada a Carmen Arroyo para que demuestre que si la necesita puede tirar los penaltis.

La mala noticia es que Jennifer Gutiérrez acabó el choque vendada y con hielo, fruto de haber forzado una falta en ataque en el extremo. En su posición cada jornada se produce el descarte de la convocatoria (en este encuentro Ona Vegué), pero contra Alemania da la impresión que se la necesitará para revertir lo que parece imposible.

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