GOLF | OPEN DE ESPAÑA

La nueva vieja vida de Alejandro del Rey

El madrileño, que jugó por primera vez el Open de España como amateur en 2021, se postula como candidato al triunfo con su -4 para -7 de este viernes.

Madrid
ERIK S. LESSEREFE

Cuando Alejandro del Rey jugó por primera vez el Open de España, en 2021, era un amateur con pinta de convertirse en uno de los mejores golfistas españoles del momento. Dos años después, lo segundo se mantiene. De lo primero no queda rastro, porque ya es jugador de pleno derecho del DP World Tour (y uno de los pegadores más largos del circuito), ha jugado este año su primer grande, el US Open y este sábado se postuló como candidato a ganar el Open de España.

El jueves abrió con un -3 amargo, porque dos bogeys al 16 y el 17, parcialmente enmendados con un birdie al 18 que exhibió la clase de jugador que es (casi coge el green desde el tee en un par 4 de unos 330 metros), le regaló su gorra a un niño que esperaba a la salida del hoyo para arrepentirse tres segundos después porque su patrocinador le pide llevarla en las entrevistas televisivas, y contó divertido cómo su vida no ha cambiado tanto desde aquel debut. Entonces le llevaba y traía un amigo en su coche. Esta vez la única diferencia es que lo conduce él: “Me lo ha dejado mi amigo. Había alquilado un coche, porque no tengo propio, pero me lo anularon y tuve que pedir socorro”.

“Prácticamente no he pegado un hierro en todo el día”, bromeaba con sus distancias, con las que se come el diseño de Javier Arana. Este viernes lo volvió a demostrar en una vuelta de -4 para -7 en total que le dejó en la pomada de cara al sábado, el día de movimiento. El par 5 del cuarto hoyo lo devoró, dejándose metro y medio para eagle y embocando. Acompañó luego con birdies al 5, al 9 y al 11 antes de pinchar en el 13.

De completar una buena tercera ronda, será un candidato importante en las quinielas. Ya estuvo cerca de estrenar su palmarés en el circuito a comienzos de año, en Singapur, una experiencia sobre la que habló con AS en junio. “Yo soy de los que cree que en esas situaciones se aprende mucho. No sentí que estaba fuera de lugar ni estuve incómodo. Para ganar un torneo no solo necesitas hacer las cosas bien, también hay momentos puntuales de suerte o de que al de al lado no le salga el día. En Singapur, por detrás vino un tío y se hizo -9, se lo ganó. Yo podría haber jugado mejor, creo que sí, pero el otro también tiene su mérito. Salgo reforzado en el aspecto de haberme visto en la situación, sentí que merecía estar allí y estaba a gusto. Tengo la confianza suficiente para llegar un domingo y llevármelo”, apuntó entonces. Este podría ser el domingo en el que ponga en práctica lo aprendido.

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