ARGENTINA

La fiesta del semillero del surf argentino: la lupa en la proyección

El mejor torneo del calendario nacional, el Young Guns, ratificó la explosión de tantos jóvenes que alimentan al seleccionado. Los motivos del crecimiento y el foco en el caso Thiago Passeri.

A los 15 años se levanta a las seis de la mañana y va al agua, por una hora y media. Si las olas no son tan buenas, cambia por entrenamiento físico -tres veces por semana- y luego, si mejoró la condición, se mete al mar. Sí o sí. A la tarde agarra la compu para cursar el secundario online gracias al cupo que le dio el Enard -al ser parte del seleccionado nacional- dentro del Sistema de Educación a Distancia pero no deja de chequear el mar para ver si sale una metidita a fin de tarde. De lo contrario, algo de internet, juegos online o de mesa, con la familia, tal vez más de noche. Así cada día. Por semanas y hasta meses. Thiago no para un segundo. Va para acá, va para allá, con una pasión contagiosa. Hijo ‘e tigre, dicen. Todos saben quién es y por qué es así. Se trata del hijo de Martín Passeri, el máximo campeón argentino de surf (seis veces), pero a esta altura, con tanto resultado y crecimiento individual, ya es mucho más que eso…

Desde hace tiempo que Thiago no detiene su marcha. Todo arrancó en junio pasado cuando se fue a entrenar y competir a Centroamérica, primero en El Salvador, luego a Costa Rica y más tarde, a Guatemala y Panamá. Después el periplo continuó en California, surfeando en spots míticos y logrando tres finales en torneos. Los tres meses afuera fueron coronados con el título de campeón latinoamericano M14 en el famoso circuito ALAS, tras vencer a un brasileño en la final, además de meterse en el podio de M18, dando cuatro años de ventaja.

Pero no contento con eso, volvió al país, compitió en Mardel y a fin de año viajó a Buenos Aires para rendir los exámenes del SED. El 2024 arrancó igual, yendo a Uruguay, volviendo a Mardel a fin de enero y otra vez regresando al exterior, en febrero, para recoger grandes resultados en Chile y Perú y así quedar líder en el Olas Pro Tour. A fin de mes retornó a nuestro país para dos torneos de juniors, especialmente el más importante del año, el mítico Quiksilver Young Guns que lo tuvo como ganador en la categoría top, la U18. La gran parada anual que tiene el semillero argentino ratificó por qué Passeri pichón es la nueva joya del surf nacional, con una importante proyección internacional.

Pero, claro, fiel a su estilo, no paró ahí y, acompañado de su madre, viajó dos días a Buenos Aires para rendir tres finales que le habían quedado. Justo antes de la fecha límite, el 11, día que inicia el nuevo ciclo lectivo. Tras dos días de abstinencia al agua, no lo detuvo ni el trajín ni los viajes en micro. A las 6 am ya estaba en el agua. “Es muy pasional y, a la vez, muy responsable. Nunca quiere dejar de hacer nada y todo lo hace con mucha seriedad”, explica su madre Mariana, compañera de cada nuevo desafío.

Thiago es parte de esta nueva camada que toma lo que sembraron las anteriores, especialmente la de su padre, el líder del profesionalismo del surf nacional, aunque aporta su impronta. Y el hijo del Guerrero sigue su camino. Y su legado. No es casualidad. Su propio padre es el coach y guía, en el agua. Y afuera. “Thiago está en un momento muy interesante. Creció, está fuerte y ya no se ve como un juvenil. Me lo dicen mucho afuera. Recién cumplió 15 años, pero lo ven como si tuviera 18. O un Open. Tiene que ver con el entrenamiento físico, su predisposición, con las horas en el agua y afuera. Hoy puedo decir que lo veo más cerca del nivel internacional. Tiene una cabeza y una mentalidad de un gran competidor”, analiza quien, a los 48, sigue activo como surfista aunque también dirige un centro de alto rendimiento de surf, con varias de las joyas nacionales a cargo.

“No sé si me esperaba este momento tan bueno, pero todo el trabajo que vengo haciendo con papá en el agua, con Sergio en el gimnasio, para seguir creciendo física, mental y técnicamente está dando sus resultados. Es verdad que todo está pasando muy rápido, pero juro que disfruto cada milisegundo que pasa. No sé si tengo objetivos para el año o sueños para mi carrera. Más que recorrer países, conocer nuevas olas , competir y disfrutar. Y dar mi máximo y llegar hasta donde mis límites digan basta”, admite con la madurez que lo caracteriza.

El padre, igual, quiere dejar un poco de hablar de su hijo y se focaliza en lo que pasó en el Young Guns, evento organizado por Quiksilver, presentado por Ford y con la invitación de Ala Moana Surfshop, que tuvo chicos de 10 a 18 años, un total de 96. “Este torneo es un evento internacional, como los que se hacen en Brasil, por caso, y nos sirve de termómetro para analizar el contexto de la actualidad de los juniors. Que por suerte están muy bien. Se puede apuntar a más, claro. La vara está alta, más que antes, pero estaría bueno tener más trabajo, más apoyo, en todo sentido. Pero no hay dudas que hay un pelotón de chicos que está creciendo mucho y entrenadores interesantes que acompañan y potencian a esta camada”, analiza Martín.

Franco Radziunas salió de estos torneos hasta que dio el salto a Open y ahora, desde Hawaii, en un viaje de mucha experiencia, analiza la importancia de estos eventos para chic@s. “El Young Guns siempre fue el torneo más esperado, por la organización, todo lo que lo rodeaba. Incluso hubo un tiempo que clasificaba a una competencia internacional. Siempre te daba una gran motivación pero, a la vez, te exigía por la condición de la ola y la competencia en sí. Torneos así son muy importantes para que los chicos compitan seguido y así ganar ritmo, experiencia, confianza… A mí, en particular, me costó ganar títulos nacionales como junior, pero siempre estaba esa motivación por competir y mejorar”, resalta a la distancia, ahora ya afianzado como uno de los mejores surfistas argentinos de la actualidad en Open.

Thiago va en ese camino, pero sin perder el enfoque de su presente, yendo paso a paso. “Tienen mucha importancia estos torneos de magnitud como el Young Guns. Hay alto nivel, incluso llegan chicos de afuera. Yo vengo con muchos torneos, afuera y acá, pero no dejo de divertirse. Esta vez no fue la excepción. Me sentí increíble, con mis amigos y familia apoyando desde afuera, el estar en la playa disfrutando y todas esas vibras me hacen sentir increíble y súper conectado con la naturaleza”, cierra. No antes de despedirse y seguir con la pasión de siempre. Thiago no para. Como tampoco el crecimiento de los juniors argentinos.

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