José Luis Korta tiene 76 años y ha estado 60 en la mar, vinculado al remo. Es difícil definir a este hombre, remero, patrón, entrenador, director deportivo, showman... Polémico también, porque no se calla mi debajo del agua. Participó en El conquistador del fin del mundo. Posiblemente se trata de la figura más emblemática en el banco fijo, que también hizo sus pinitos en el piragüismo. Tuvo amagos anteriores de dejarlo, pero esta vez es la buena. Nacido en Orio en 1949, se consolidó como figura del remo tradicional y olímpico, incluso participando en los Juegos Olímpicos de Moscú 1980, donde logró diploma olímpico
Es la absoluta referencia y hombre-récord de la Bandera de La Concha, la más importante del mundo de las traineras: 8 victorias como remero, 3 como patrón y 6 como entrenador, para un total de 16 en su paso Orio, Lasarte‑Michelín, Kaiku y Castro.
Su fuerte personalidad le granjeó notoriedad más allá del remo. “El remo cada día se parece más al fútbol”, criticó a la Liga ACT. También lamentó que las diferencias en rendimiento entre el mejor y el peor equipo se hayan ampliado de menos de un minuto a hasta tres minutos, algo que consideró una involución. Tuvo guerras con muchos colegas, especialmente el gallego José Manuel Francisco, y estamentos. Casi siempre aludía a que le arrebataron muchos éxitos por trampas y que nadie le ha reconocido su trayectoria por decir tantas verdades.
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En 2018 amagó con dejarlo, deseaba tomarse un respiro, pero su pasión, competitividad y compromiso con el remo le llevaron a volver. Continuó entrenando a equipos, regresó al frente de la élite y siguió siendo una voz crítica y activa en el panorama remero. Ahora no hay vuelta atrás. Su legado es inmenso: un palmarés envidiable, una influencia que trasciende el deporte y una energía intacta a pesar del paso de los años.
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