Ike Cotrina revoluciona el cantón Suizo de Nidwalden con el Stans
Ha clasificado a un equipo de Segunda división masculina para la Final-4 helvética, un club semiprofesional que comparte con su trabajo en la IHF.
En la diáspora por el mundo de entrenadores españoles no todos están en la Champions League o en selecciones punteras. El asturiano Vicente Cotrina (Gijón, 43), Ike en el mundo deportivo, trabaja desde hace unos años en la IHF, en Basilea, donde dirige la Comisión de Entrenamiento y Métodos. Pero esta temporada ha regresado a las pistas “porque, ya lo dice el refrán, la cabra siempre tira al monte”, y lo hace en el Stans, de Segunda división masculina: “Estuve dos años entrenando al equipo femenino. Dejé buenas relaciones, y ahora me pidieron llevar al equipo masculino, que comparto con mi trabajo en la IHF”.
Stans es la capital del cantón de Nidwalden, de unos 8.000 habitantes, y su equipo de balonmano ha logrado una gesta histórica para la ciudad y el cantón: clasificarse para la Final-4 de la Copa de Suiza que se disputa este mes, los días 27 y 28.
“Vamos a disputar la Copa en el Pilatus Arena de Kriens, que es una localidad muy cercana. El pabellón es una instalación nueva y moderna, con capacidad para 4.500 espectadores. Las 400 entradas que nos corresponden se vendieron de inmediato, en menos de dos días, pero nuestros seguidores han comprado más en las taquillas de Kriens”, cuenta Ike.
Esa expectación hace días que la nota en la ciudad, “te saludan por la calle, te reconoce todo el mundo, claro”. Aunque el asturiano juega con ventaja: su mujer trabaja en el juzgado del municipio. “Nos conocimos en el equipo femenino, al que yo dirigí. Pero nuestra historia no es la típica de entrenador y jugadora, porque empezó cuando ya no estaba en Stans, aunque ahora resido allí, con lo que tres días a la semana, hago dos horas y media en tren de desplazamientos, ida y vuelta a Basilea. Un día, teletrabajo; y el viernes no, porque tengo jornada reducida por paternidad”, recita de memoria su programa bien interiorizado. “Es duro, pero me gusta mi trabajo en la IHF, y entrenar, claro”, razona.
Como técnico ha hecho las maletas por medio mundo, en categorías masculina (Anaitasuna y Guadalajara como más destacados en España) y femenina (Bera Bera), y luego como ayudante de Mateo Garralda en la selección de Chile, en Lituania, y una amplia lista de equipos helvéticos. Y ahora, además, tiene un ayudante de lujo en el banquillo: “Viran Morros se ha quedado a vivir este año en Suiza, y me preguntó sobre la posibilidad de colaborar pensando en su futuro. Viene siempre los miércoles, y dirige el entrenamiento. Creo que su experiencia como jugador de alto nivel le viene bien a los jugadores”.
De su plantilla destaca al portero Loy Wey “un chico muy joven que es del Lucerna, pero en Suiza hay una norma que a permite a los menores de 21 años jugar en dos categorías distintas de clubes diferentes”.
Sobre sus posibilidades deportivas en la Copa, está ilusionado, aunque le ha tocado un club destacado en el país, “el Pfadi Winterthur, unos de los más afamados de Suiza, que esta temporada va bien como en los últimos años”.
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Volver a casa es el sueño de cualquier asturiano, pero Ike no se plantea ahora el regreso: “Me gusta mi trabajo, mato mi pasión de entrenar balonmano con el Stans, donde vivo feliz. Nunca se sabe, pero por ahora no me veo mudándome”.
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